Astillero
Guiones y montajes
Política Biutiful
Doncella y villano
Es una variante de las alianzas tan temidas, una forma de mantener el suspenso en obras de desenlaces previsibles, prodigio de entendimiento de algunas de las mafias políticas en busca del nuevo reparto de la plaza, sacrificio extremo de la presunta doncella blanquiazul de modestas aspiraciones al entregarse a las bajas pasiones electorales del villano sabido que ahora se disfraza de defensor del pueblo: declina un casi desconocido Marcos Parra, y la adhesión al senador priísta con licencia, Ángel Aguirre Rivero, es ejecutada con obediencia bovina por Gustavo Madero, que a partir de ahora parecerá Maderito, claudicante de la historia y la doctrina de su partido.
Promiscuidad extrema en un filme de tres equis pintadas en la frente del único y seguro perdedor verdadero, el pueblo guerrerense que es usado como carne de cañón electoral por los primos en pugna, por los priísmos despechados: el PRD y sus aliados de “izquierda” postulan al priísta Aguirre para enfrentarse al más malo de todos que es Rubén Figueroa disfrazado de Manuelito Añorve, priísmo éste todavía más caciquil, sanguinario y corrupto y que por tanto impele al panismo antaño sacrosanto y quisquilloso a unirse al antes mencionado priísta con licencia, Ángel Aguirre, apoyado por Chuchos, Marcelos y Camachos.
Pero, ¿cuál será la moneda de cambio por el sacrificio panista que muy poco aporta en términos de expectativas electorales pero sí mucho en cuanto a imagen unitaria de última hora? AN cede en Guerrero a cambio de que el PRD ceda en... ¿en el estado de México? ¿Intercambio de parejas en la pista caliente? ¿Demostración en vivo, en Guerrero, de que sí funcionan las alianzas y por tanto deben darse también en la tierra de Peña Nieto, aunque fuera con un Alejandro Encinas que ha sabido colocarse en el justo medio aceptable por todas las partes eventualmente coincidentes? Por lo pronto, se demuestra que los caminos de las alianzas son inescrutables y que siguen vivas y con creatividad disponible. Donación panista de votos en Guerrero, donde Aguirre se fortalece aunque la tentación de la violencia aumenta en la misma medida en la sangrienta contraparte figueroista.
Y en el marco de las producciones Biutiful de la política mexicana, cada vez resultan más disparatados los episodios del Teatro Fantástico de CachiDiego. Ayer se conoció la misteriosa aparición de un presunto comunicado de los presuntos plagiarios del grandilocuente panista barbado (los Mis Diegosos Jefuestradores), documento éste que pareciera haber sido pensado para autentificar los dichos de Fernández de Cevallos, con agregados que sugerirían una cierta desesperación argumental que en aras de corregir pifias evidentes o de disipar especulaciones firmemente asentadas estaría cayendo en peores fabulaciones.
Porque ahora resulta que los muy civilizados guerrilleros presuntos habrían perdonado, por generosidad, el máximo símbolo piloso del cautivo, aunque ahora se lamentan por el abuso mediático mostrado por el litigante que, por otro lado, reveló ayer insólita capacidad leguleya al explicar que habiendo sido condenado a muerte logró radicar ante sus captores una demanda de revocación de ese mandato funerario, con tan buenas artes litigantes que de manera expedita le fue concedido y por ello, previa firma de un convenio entre particulares, pudo ser liberado, prodigio éste que más tarde le permitió llegar a San Juan del Río para desyunar con familiares, pedir la presencia de un peluquero que por lo visto no sabía o no quería cortar barbas, y luego encaminarse al Distrito Federal a “enfrentarse” con periodistas, fuerte y firme a pesar de siete meses de encierro, vendas, encogimiento físico y presiones extremas. Chin: ¿ya definieron las postulaciones al Óscar en guión y montaje?
Astillas
Tanto revuelven las aguas los promotores de alianzas partidistas antitéticas, y tan impugnada es con frecuencia la recta definición política e ideológica, que resulta esclarecedora la aparición de Los derechos de las familias en la ciudad de México, texto de Martí Batres en el que se recopilan y explican las transformaciones sociales, en específico las del ámbito familiar, que ha vivido la gran urbe desde que en 1997 llegó a ella un gobierno de izquierda. Editado por Miguel Ángel Porrúa, el libro da cuenta de la evolución del derecho familiar, que le ha llevado del ámbito de la normatividad privada al de la social, y de la construcción de leyes e instituciones que con pleno sentido de izquierda han colocado a la capital del país en una situación de vanguardia nacional. Por encima de las vicisitudes partidistas e individuales que suelen no permitir la vista del bosque, el paso de la izquierda por los poderes Legislativo y Ejecutivo de la ciudad de México arroja un saldo notablemente positivo. Batres hace este resumen: “En poco más de 10 años se transformaron radicalmente instituciones como el matrimonio, el divorcio, el concubinato, la filiación, la adopción, el patrimonio familiar, los alimentos, la patria potestad, la tutela, y surgieron nuevos conceptos como la violencia familiar, interés superior de la infancia, valor económico del trabajo en el hogar, sociedad de convivencia y otros”. En momentos de confusión política e ideológica, cuando el gobierno de la capital del país está en la mira de 2012 por parte de grupos de derecha aliados con un izquierdismo oportunista que gustoso canjearía la posición defeña por otras de provincia (Nayarit, por ejemplo) o por gabinetes federales “plurales”, conviene tener presente lo que la izquierda en el gobierno ha logrado de 1997 a la fecha, con Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y Marcelo Ebrard, más las formaciones parlamentarias local y federal, para lograr cambios sociales importantes mediante el uso del presupuesto capitalino con claro sentido social, de apoyo indudable a quienes están en mayor desventaja...
Y, mientras los marinos acostumbran a los capitalinos a su presencia, según eso en razón de que los zetas ya están en tierra chilanga, ¡hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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