Amigos personales desde que juntos, codo a codo —uno desde Los Pinos y el otro desde San Lázaro— ayudaron a convalidar una elección dudosa, instaurar un gobierno cuestionado e implementar un modelo económico que ha empobrecido a los mexicanos, Diego Fernández de Cevallos y Carlos Salinas de Gortari volvieron ayer a cruzarse. Justo el día en que el ex presidente reaparecía en un foro público en el país 16 años después, anoche surgían las primeras versiones de que el ex senador panista fue liberado por sus secuestradores.
Mientras Salinas deseaba en el Palacio de Minería “que Diego (Fernández de Cevallos) pronto pueda reunirse con su familia”, el político panista, que lleva en cautiverio casi cinco meses —exactamente 147 días— esperaba su liberación, según confirman familiares y allegados al ex candidato presidencial. El secuestro político de más alto impacto ocurrido en México se acercaba así a su fin, mientras también reaparecía el ex presidente de más alto impacto que daba la “bienvenida a la alternancia en 2012” y se destapaba así como el factótum que es del PRI y que pesará en la sucesión en su partido.
A Diego, sus captores estarían por soltarlo tras las negociaciones y los pagos del millonario rescate, el más alto que se conozca por un secuestro en México, que concluyeron la semana pasada, con un pago estimado en 30 millones de dólares.
A Salinas lo invitaron en el IFE a un foro inmejorable para su anhelado regreso abierto a la política. Fue el único ex presidente que aceptó la invitación para participar en el Foro sobre la Democracia en América Latina. Ernesto Zedillo y Vicente Fox declinaron y le dejaron el escenario para él solo.
No se entendería al salinismo sin Diego Fernández y el papel que jugó para sacar las reformas constitucionales con que Salinas dio un viraje a la política económica e inició la apertura comercial del país, o modificó las relaciones Iglesia-Estado o alteró la propiedad ejidal, entre otras reformas de fondo; tampoco podría entenderse el encumbramiento político de El Jefe, su inconmensurable enriquecimiento y el empoderamiento que lo mismo lo hizo candidato presidencial que mandamás de ministros de la Corte o el litigante más rico y poderoso de México.
Y así, unidos lo mismo para hacer planes, hacer negocios o urdir complots, ayer Diego y Salinas, una vez más se cruzaron en casi paralelas reapariciones. Uno metiéndose de lleno a la sucesión de 2012, el otro a punto de la ansiada libertad.
NOTAS INDISCRETAS…
Complicada por el extraño juego de López Obrador que, a querer o no, beneficia a Enrique Peña Nieto al atomizar el voto opositor, la alianza PAN-PRD en el Estado de México sigue en el intento de armar un proyecto competitivo. Los contactos y cabildeos de nombres entre las dirigencias estatales de panistas y perredistas, junto con el CEN blanquiazul, siguen. Tres nombres se negocian actualmente, en ese orden: Giovani Aloy, ex rejoneador y empresario, propuesto por el PAN y no mal visto por perredistas locales; el panista Luis Felipe Bravo Mena, plan “B” pendiente de que lo avale el CEN perredista, y el más sorpresivo de los nombres para una alianza PAN-PRD en el Edomex, la actriz y cantante Lucero, a quien le plantearon la postulación y no la desdeñó de entrada, aunque hoy es algo así como el plan “C” de la alianza que sigue sin terminar de cuajar… Serpiente doble. Tropezón de los dados
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