Julio Hernández López
Ya ni siquiera será necesario esperar a que haya una encuesta o votación para ver cuál de los dos aspirantes perredistas a la candida- tura por la presidencia de la República estará “mejor posicionado” (como supuestamente habrían convenido en un pacto privado): Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubon han adelantado su confrontación y se han metido en un callejón llamado estado de México, que a primera vista pareciera no tener salida unitaria. Aun cuando mantienen las formas de cortesía política y se han abstenido de acusarse de manera personal e irreversible, el tabasqueño blande la etiqueta de “traición” para quien impulse una alianza con el PAN en la entidad de la discordia, y el capitalino esgrime la tesis de que todo lo que divida a la izquierda acabará favoreciendo a Peña Nieto y al PRI. Así pues, traidor acabará siendo llamado alguien, y otro, colaboracionista con el peñanietismo.
Tras los contendientes van formándose, además, las líneas de tiradores. Ayer, por ejemplo, en Toluca, adonde fue a encabezar un mitin de rechazo a las modificaciones que al Congreso bajo su mando propuso el gobernador local para cerrar el paso a las alianzas, Ebrard fue acompañado del todavía coordinador de la bancada senatorial perredista, Carlos Navarrete, y de otro personaje de talante polémico, Graco Ramírez, también usuario de un escaño. AMLO, por su parte, continúa en su gira de la lealtad (Francisco I. Madero encabezó una marcha con título similar cuando se acercaban los momentos de la traición que le abatiría), acompañado de ciudadanos sin partido y miembros del PT, pero también de líderes perredistas pertenecientes a bandos tan criticables y poco confiables como lo son los que a su vez han tomado partido por Ebrard (élites del sol azteca profundamente corrompidas y oportunistas en esa entidad tan disputada).
La división de la izquierda beneficiará, sin duda, a sus adversarios, tanto al priísmo que hoy tiene como puntero a Peña Nieto como al panismo calderonista que pretende levantar cabeza a como dé lugar. No le asiste a AMLO una argumentación sin fisuras en cuanto a la actual oposición cerrada a esas alianzas, cuando las permitió sin protesta en Oaxaca, por razones tácticas que, por similitud, podrían aplicarse hoy a Peña Nieto como ayer sucedió con Ulises Ruiz, y cuando su partido ancla, el del Trabajo, participó en otras elecciones estatales apoyando al PRI y en algunas municipales asociado al PAN. Pero AMLO ha decidido pisar el acelerador y alejarse de cualquier duda respecto a su viabilidad como candidato, buscando rebasar los planes pactados por Manuel Camacho y los Chuchos con el calderonismo para caminar juntos en elecciones estatales y explorar las posibilidades de una insólita propuesta conjunta en 2012.
El adelanto de la contienda interna perredista podría devenir en una división tal que desde ahora queden mermadas las posibilidades reales de López Obrador para obtener un nuevo triunfo en las urnas (que ahora sí le fuera reconocido). Separados, AMLO (PT y Convergencia) y Ebrard (PRD, más lo que se acumulara) no podrán ganar la Presidencia. Aunque, en realidad, Marcelo no es ningún peligro para esa nomenclatura a la que el tabasqueño llama “la mafia del poder”, y sus aires “modernistas” son bien vistos en esas élites. Pero, a fin de cuentas, ése es el objetivo buscado por los grupos de poder que nuevamente cierran el paso a una opción reformista como la de AMLO. En ese esquema, Ebrard, Camacho y los Chuchos podrían acabar ganando, luego de perder.
Astillas
La boda del primogénito del hombre más rico del mundo consumió 20 páginas de la revista Quién y 33 de la versión mexicana de ¡Hola! Espacio faltaría en esta refinada sección para nombrar a los más notables de los mil 700 convidados a la magna fiesta (congregación de famas y fortunas que concitó un proporcional despliegue de seguridad) y para relatar los detalles consignados en las crónicas de la prensa rosa. Baste decir que Felipe Calderón llegó 15 minutos antes de que terminara la ceremonia religiosa, en Polanco, y que el sensacional banquete (el menú: terrina de fuagrás con manzana, ensalada de langosta, sopa de morillas, ternera con papa confitada y tomate cherry deshidratado, y cubo helado de lichi con mango y frambuesa como postre) contó con una creación especial de la chef Paulina Abascal-Sherwell: un pastel de cinco pisos y dos metros de altura, con las iniciales de los novios, de chocolate “con exterior de fondant blanco aperlado y decorado a mano con oro de 18 kilates”. Además, hubo una mesa con una variedad de 100 postres... Deseosos de una defensa más activa de sus intereses, trabajadores de Mexicana de Aviación han convocado a reunirse hoy a las 12 horas en la estación Fray Servando del Metro para marchar a la Cámara de Diputados, donde buscarán que sus demandas sean escuchadas. Los manifestantes han insistido en definir su protesta como absolutamente pacífica, en previsión de eventuales provocaciones... Fotografías de Diego Fernández de Cevallos aparecieron ayer en el centro comercial Santa Fe de la ciudad de México (de saco y corbata, fumando puro). Pero no en paredes, pendones (gulp: qué asociación tan fusilada forman ciertas partes de estas dos palabras) o mensajes de Internet, sino en los vestidos de pequeñas muñecas de trapo que fueron distribuidas en cajas de color rosa con estas frases: “Despierta México” y “Mi nombre es esperanza”. La autora del arranque indumentario-político es la artista sudafricana radicada en México Collete Louise Wall, quien el pasado 11 de junio asistió con un vestido similar a un acto de inauguraciones futboleras organizado por el empresario Alejandro Martí y la embajada de Sudáfrica. Las cajas distribuidas ayer tenían como referencia la empresa Cokaylá, de la cual puede tenerse información en http://youtu.be/O98JcecVPbE y en Facebook, http://on.fb.me/c1Rg1i pueden verse fotos de las muñequitas… Y, mientras surgen marchas ciudadanas contra la inseguridad pública, ¡hasta mañana!
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