domingo, 15 de agosto de 2010

Reprueban expertos el traslado y exhibición de restos de héroes...El acto de hoy en Palacio, "exorcismo propio de una cultura clerical", A. Gilly.


A Lujambio y sus huestes la Independencia les vale madres, opina Taibo II

La grandeza de los próceres no estriba en los huesos, sino en su ideología, señala Antonio García de León

Arturo Jiménez y Arturo García Hernández
Periódico La Jornada
Domingo 15 de agosto de 2010, p. 5

El traslado y exhibición en Palacio Nacional de los restos de los héroes que encabezaron la guerra de Independencia no aporta nada al conocimiento de la historia; es un acto innecesario y espectacular que divide más a la sociedad; es un exorcismo propio de una cultura clerical; un acto de oropel realizado con premura en que lo de menos es la historia.

Son algunas de las opiniones de historiadores consultados por La Jornada a propósito de la exhumación y movilización de esos restos, los cuales esta mañana de domingo serán trasladados de nuevo, ahora del Castillo de Chapultepec al Palacio Nacional.

El domingo 30 de mayo las osamentas que presuntamente son de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, José María Morelos, Vicente Guerrero, Leona Vicario y otros ocho próceres insurgentes fueron llevadas de la Columna de la Independencia al alcázar de Chapultepec, donde fueron remozadas, medidas y contabilizadas. A partir de este domingo permanecerán en exhibición en la Galería del Palacio Nacional hasta el 30 de julio de 2011. A continuación, las reflexiones de los especialistas.

Adolfo Gilly, historiador. Trasladar al Palacio Nacional huesos de muertos ilustres es un exorcismo propio de una cultura clerical de las reliquias.

Paco Ignacio Taibo II, historiador y escritor. Para variar y como de costumbre, (Alonso) Lujambio y sus huestes ni saben lo que hacen ni cómo lo hacen. No hubo una investigación histórica sólida, hay dudas sobre muchas cosas. Si lo vas a hacer, hazlo bien, investiga las fuentes a fondo para saber qué es aquello. Por otro lado, tampoco permitieron que los antropólogos del INAH, los forenses, hicieran el trabajo. Entonces, para variar y como de costumbre, pues todo es una chapuza. Y no permitieron el trabajo de los antropólogos por un problema de premura, como les urge hacer actos de oropel, conmemoraciones porfirianas, así las hacen. Un antropólogo forense es capaz de dar orden al material que hay, saber qué es, repartirlo. Y hacer una investigación histórica que hubiera podido establecer la certeza o la no certeza. Hay grandes dudas sobre los huesos de Morelos, los de Hidalgo no pueden estar en las urnas, sino sólo la cabeza, un montón de cosas que cualquiera que trabaje un poco la historia de la Independencia lo hubiera hecho en serio, pues hay información suficiente. Lo que pasa es que, en manos de estos cuates, a los que la Independencia les vale madres, no hay manera de que lo hagan rigurosamente. En último caso, es parte del oropel. No estarían nada contentos los insurgentes en ser transportados por estos funcionarios públicos. Hasta para lanzar cortinas de humo hay que ser inteligentes. Creo que, simplemente, esto forma parte de la chapuza con la que se está intentando celebrar la Independencia.

Antonio García de León, historiador y lingüista. Es una cosa horrible eso de los huesos de Hidalgo, Aldama y los demás; es una falta de respeto y un sacrilegio estarlos movilizando. Me parece algo macabro e inútil porque la grandeza de los héroes de la Independencia no está en los huesos sino en su ideología, en que ellos fueron los conductores de una gran revolución popular que comenzó en 1810. Es una gran falta de respeto estar movilizando cadáveres, huesos; algo estúpido por parte del gobierno para estar celebrando el bicentenario de una manera tan macabra. Es una especie de cultura gore. Es una distracción eso de sacar los huesos a dar la vuelta. A los héroes de la Independencia hay que dejarlos descansar en paz. El legado de ellos está en sus acciones, su trabajo, su ideología, en el país que ellos pensaron. Ellos soñaron un país, una nación, y eso es lo importante, no sus huesos, que a lo mejor ni siquiera son de ellos. El México actual no es el que ellos soñaron, para nada. En el México actual creo que haría falta otra guerra de Independencia. La nación que ellos soñaron es una nación soberana, grande, con mucho más libertades políticas y libertades sociales, con una estructura muy diferente de lo que es ahora. Olvidémonos de los huesos y tratemos de hacer de este país algo mucho mejor de lo que esos héroes soñaron. Ese es el mejor homenaje que les podemos hacer a esos personajes.

Luis Felipe Barrón, adscrito a la división de historia del Centro de Investigación y Docencia Económicas. Todo lo que haga el gobierno en favor de la cohesión social es adecuado, el problema es que en actos como éste hay quienes tratan de medrar políticamente; yo la verdad no encuentro razón para que los restos de los héroes tengan que exhibirse en Palacio Nacional, me hubiera gustado más una ceremonia digna para regresarlos a la Columna de la Independencia y nos dieran oportunidad de honrarlos ahí.

Este acto –sostiene Barrón– era una oportunidad de reflexión, de identificarnos con la esencia de este país, con lo que tenemos en común, pero se arma todo un lío político porque, entre otras cosas, no tenemos la certeza de que se trate de los restos auténticos, y se genera un debate que, otra vez, nos vuelve a separar; sí era un propósito muy loable sacar los restos y asegurar su preservación y después regresarlos, pero ahora lo que vamos a tener son estos debates políticos sobre si son auténticos o no.

Graziella Altamirano Cozzi, investigadora del Instituto José María Luis Mora. Es necesario conmemorar, pero hacerlo de esta manera, con tanto gasto “estando el país como está, es demasiado; se pudo haber hecho con un poquito de más mesura; el pueblo va a asistir a ver el paso de los restos, de las cabezas que sabemos que estuvieron colgadas en la alhóndiga y va a ser como el arranque de las fiestas patrias, pero siento que los restos tienen que reposar y nosotros conmemorar de una manera más mesurada. Porfirio Díaz festejó en grande el centenario de la Independencia en momentos en que el país había alcanzado gran desarrollo, gran progreso, pero un siglo después el país no está para ese tipo de festejo.

“En mi opinión –dice la especialista– lo importante no es si están plenamente identificados los restos, lo que tenemos que saber es cómo fue la historia de cada uno, quiénes fueron, por qué se levantaron en armas y no si es la cabeza de Hidalgo o de Pedro Moreno.”


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