María Teresa Jardí
Los universitarios, de universidades de paga, a raíz del asesinato de dos estudiantes del Tec de Monterrey, se preocupan por la situación del país. Pero solamente por lo que a los universitarios afecta. Me pide una sobrina que la ayude a elaborar un volante para sus compañeros: “fácil de leer y de entender por ellos”, porque, me explica, no leen y no están enterados de nada de lo que ocurre en el país. Luego de pensarlo mucho, me declaro incompetente para hacerlo. Qué clase de información elemental se puede dar a quien no lee y a quien no está enterado de lo que ocurre en el país, porque no quiere estar enterado y a quien sólo le preocupa el hecho cuando le ronda la muerte. A quien no es capaz, a pesar de haber llegado a la universidad, de pararse a pensar en los más de veintidós mil ejecutados desde la llegada del usurpador ni en las miles de mujeres asesinadas ni en los niños achicharrados por desgobernantes que a la guarderías también han convertido en negocio de las familias mafiosas aferradas en México del poder. Qué decir a quien sólo se preocupa por las muertes impunes cuando a uno de los suyos le toca. No sé qué decirles a universitarios que no quieren saber porque les han taladrado en el cerebro que lo fácil es ignorar lo que al otro le ocurre. A quienes a pesar de tener el privilegio de que los padres les paguen las caras universidades donde estudian, lo quieren todo digerido y cómodo.
Qué va a ser del país, me pregunto, cuando esas generaciones lleguen a gobernarlo. Y claro la respuesta la encuentro en el pirruris del Estado de México, vendido como el producto televisivo que aspira Televisa a imponernos como usurpador del usurpador en turno. Delincuentes de sucio cuello blanco, o de plano vinculados al crimen organizado, los que aspiran a desgobernar el país a modo, quién sabe de qué, porque salvo paraíso de pederastas y tratantes de blancas, México se desdibuja ante el mundo de manera galopante como lugar, incluso, para hacer turismo.
Nos hemos acostumbrado a ser un país con ciudadanos de quinta. Lo queremos todo digerido y toleramos que el sistema educativo se regale a impresentables como la Gordillo, a pesar, incluso de la evidencia, constatada una y otra vez, en cada una de sus cada vez más esporádicas apariciones en público, de que esa mujer presenta claras muestras de padecer mal de Alzheimer.
Qué tiene de raro, entonces, que a un “Zeta” se le deje escapar cuando por equivocación es detenido. Los “Zetas” tienen permiso, como lo tienen todos los grupos paramilitares que el fascista desgobierno fecalista ha ido creando en México.
La apuesta aquí es la guerra sucia. Y, por eso, se legislará, legalizando, lo ilegal e ilegitimo, como ya adelanta Beltrones, dando el poder inaudito, impensable en cualquier otro lugar del mundo civilizado, a los tres ejércitos, cuestión también impensable en el mundo civilizado, legalizando el crimen atroz de continuar la limpia de mexicanos pensantes que no aceptan que así sigan las cosas. No hay una sola discusión de fondo ni en las sesiones de los legisladores ni en las de la Suprema Corte, mal llamada hoy de Justicia. Ciudadanos de quinta somos en un país convertido en bananera república también de quinta.
Endurecimiento de las penas y elaboración de carreteras magníficas y sin molestas cámaras vigilantes para el paso de droga del cártel que “El Chapo” encabeza en el prianista narcoestado a la mexicana.
Publicado por asmodeo en 12:38 0 comentarios
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1 comentario:
cuando los medios masivos de comunicación se vuelven unilaterales y manipulados solo nos queda la ya ceñida libertad de expresión de la red, que esperemos no la terminen de encintar y atar a una silla, los manipuladores gobernantes que se enriquecen y embrutecen a nuestras generaciones de Mexicanos.
Más aportes como este.
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