• Y la música de fondo
• En el surrealismo mexicano…
• En el surrealismo mexicano…
En la guerra, mi estimado, la fuerza y el engaño son las dos virtudes esenciales. Con dosis de alta tensión, atractiva adrenalina y delicada volatilidad finaliza la accidentada semana con una clara línea de fuego entre el partido en el poder (del no poder) y las lacritas tricolores. En medio, una descontrolada ola de violencia que vuelve a pintar de rojo la nota del país colocando el listón al fracaso federal de la guerra contra la organizada delincuencia, y como deliciosa cerecita el peligroso coctelito bajo la crema y nata de lo que sucedió la madrugada del lunes entre el jugador del América Salvador Cabañas y su viejo conocido José Jorge Balderas (AKA JJ), cliente distinguido del Bar Bar y operador de travesuras en varios antros incluyendo… el de Insurgentes, uno que otro en Acapulco, Guerrero y, of course, en el Estado de México.
Y para seguir documentando el original catastrofismo del cuadro nacional, que haría palidecer de envidia al mismísimo Kafka, my friend, desde el (des)gobierno los jilgueros cantan la joyita de que no está descontrolada la inflación, de que vamos por el camino correcto (al despeñadero) y de que en este 2010 habrá un significativo crecimiento.
La histeria colectiva es acompañada por la dulce melodía de la discordia política orquestada (of all other morons) por Felipe Calderón y su talentoso inner circle, desde donde se ha decidido encabezar una irreflexiva ofensiva (¡¿ooootra?!) contra su otrora aliado el PRI, que no entiende que no entiende las intenciones de fondodel PAN que son mantenerse en el poder, haiga sido como haiga sido, utilizando ahora la excelsa miopía, estupidez, ambición, soberbia y frivolidad de las lacras amarillas y sus nuevos valores incrustados en el DIA que no ven más allá del 4 de julio… pensando que pavimentan camino rumbo al 2012.
Y de música de fondo vociferan los sectores empresariales que los intereses políticos obstaculizan las reformas del país, como si esta bola de disfuncionales no fueran parcialmente responsables del actual desmadre y del tiradero político desarrollado por Felipe Calderón, a quien orgullosos ayudaron a entronizar en Los Pinos. Hoy todos los que son (y no están) y todos los que están (y no son) declaran, afirman, señalan, advierten y sugieren la urgente necesidad de que la ciudadanía participe en el boceto de la mentada reforma política —pilar fundamental para la próxima elección presidencial— y de que es necesaria la rendición de cuentas y otras linduras, cuando detrás está el fondo (negro) de su interés por evitar que los privilegios terminen en el proyecto del próximo bodrio fiscal... que amenaza ser un hermosísimo monstruo de seguir las condiciones de confrontación entre el poder Ejecutivo y el Legislativo.
En este atractivo contexto el barco de gran calado avanza dividido, polarizado, fraccionado ante la emocionante adversidad y secuestrado por las cúpulas que no logran mínimos consensos arrastrándolo al frágil camino del resentimiento en un año atiborrado de retos electorales y de símbolos de importantes aniversarios.
Chingón.
El hilo de la simulación entre el PRI y la PANdilla se rompió por lo más delgado: las alianzas electorales y el incumplimiento de la palabra. ¿El resultado? El riesgo de la derrota y el peligro del abuso. El mismo que susurra alterado en el calderón autoritario para comenzar a justificar la guerra sucia de cara al divertido verano peligroso.
Lo excitante del coctelito es que la PANdilla debe sopesar el detallito de que el PRI no es el PRD (que no pinta en ningún cuadro, mucho menos el electoral). Y en el primero abundan los guerreros prudentes. Ésos que no menosprecian al enemigo. Ésos que son expertos en la guerra de guerrillas… políticas. En la ofensiva de baja intensidad. Especialistas en el tablero del leverage para la negociación.
Y a Felipe le quedan en el calendario formal, my friend,.. 35 meses.
¡Adiós!
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