miércoles, 9 de diciembre de 2009

Astillero


Teletón y terrorismo
Vincular crítica con delitos
Amnistía llama a protesta
Julio Hernández López


CEREMONIA EN LOS PINOS. El presidente Felipe Calderón, acompañado del secretario de Seguridad, Genaro García Luna, y del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, escuchan el discurso de Enrique Morones, ganador del Premio Nacional de Derechos Humanos 2009Foto Marco Pelaez


Carlos Loret de Mola publicó ayer, en El Universal, una Historia de reportero denominada Una bomba en el Teletón. En ella narra reprobables amenazas anónimas, hechas por Internet, de colocar artefactos explosivos en los Centros de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) de Tlalnepantla y Guadalajara, y lo sucedido la mañana de este lunes, cuando una llamada telefónica anunciando un estallido “en dos horas”, provocó el desalojo preventivo de niños, familiares, trabajadores y médicos en el centro de rehabilitación de Tlalnepantla.
“El plan estaba hecho”, menciona el periodista de Televisa en una de sus líneas. Lo malo (¿el plan?) es que, a partir de esos datos, el conductor de televisión ha tratado de vincular, sin pruebas, las críticas en Internet al Teletón con amenazas de poner bombas en centros de rehabilitación. Según esas graves acusaciones, el Teletón consiguió este año “de panzazo” sus metas de recaudación, en parte por la crisis económica pero, además, porque hubo de “enfrentar” la “sistemática y organizada campaña –manifestada en Internet pero que mereció difusión y respuesta en televisión abierta– de intento de desprestigio”.
Aún así, en esa batalla que ha de suponerse equilibrada y pareja (internautas contra televisoras), “los anti-Teletón sufrieron una derrota descomunal”, pues en la colecta electrónica se habrían conseguido más dinero y más donantes individuales. Esa lectura bélica (¿de la guerra contra el narco, a la guerra contra los antiteletones?) cerró con un párrafo que constituye una peligrosa acusación contra quienes ejercen su derecho a la crítica y se oponen a los poderes desde Internet, particularmente en las cuentas de tuiter, donde el tema del rechazo al Teletón fue frecuentemente abordado. Dijo Loret de Mola: “su discurso intolerante, sin matices, violento, pero derrotado, derrotado por millones de mexicanos, intentó un día más tarde una nueva ruta de expresión: la amenaza de hacer explotar un Centro de Rehabilitación Infantil Teletón tratando de manchar el triunfo social que representó la posibilidad de fundar dos nuevos CRIT’s, sostener los existentes y abrazar ahora la causa de los niños con cáncer. Está claro quiénes están detrás. Ni buscarle”.
La relación que hace Loret de Mola es inequívoca: quienes criticaron en Internet, derrotados porque el Teletón tuvo más gente y más dinero, “intentaron una nueva ruta de expresión: la amenaza de hacer explotar” etcétera. Pero, ¿quiénes, Carlos? ¿Quiénes pasaron de críticar el Teletón al terrorismo telefónico?, ¿quiénes, derrotados, quisieron vengarse de esa despiadada manera?, ¿quiénes deben ser buscados (aunque, todo está tan “claro”, que “ni buscarle”) y llevados a declarar por la policía cibernética?
Porque, vincular sin pruebas la crítica con el terrorismo es abrir las puertas a la represión; vincular la libre expresión por Internet a la comisión de hechos delictivos como los relatados es una irresponsabilidad. A menos que se den pruebas. Carlos Loret de Mola ha sido un periodista de gran profesionalismo y sensibilidad política, sobre todo en la etapa en que colaboró con Ricardo Rocha en radio. De no poder sustentar lo que ha escrito, debería corregir sus letras y ofrecer disculpas a quienes legítimamente critican al Teletón pero no por ello son terroristas. De contar con pruebas, debería presentarlas de inmediato ante las autoridades correspondientes para que se inicie un proceso de indagación y eventual castigo. De otra manera, parecerá un amago preventivo de Televisa, una treta sentimentalista más para defender el espectáculo anual de caridades deducibles de impuestos, una guillotina judicial sobre Internet o un berrinche en las alturas televisivas al que un redactor cercano da acomedida transcripción pública. ¿Cuál es el plan ya hecho?
Astillas
Lo que los mexicanos no hemos sido capaces de hacer en nuestro país, Amnistía Internacional convoca a realizar en las embajadas de México en el extranjero: protestar abiertamente contra las violaciones y los excesos que cotidianamente realizan las fuerzas armadas mexicanas contra civiles a causa de la presunta guerra contra el narcotráfico. AI, por voz de su representante en México, Alberto Herrera, informó que en los últimos dos años las violaciones a los derechos humanos, como la desaparición forzada y el uso de la tortura, ha llegado a “niveles escandalosos”... Y, ¿en México? Nada, porque la sociedad está bajo anestesia (gracias, Televisa y Televisión Azteca, entre otros), porque los líderes políticos sólo piensan en elecciones (oh, sí, el FAP ahora se llamará DIA, ¡qué bonito!: Diálogo para la Reconstrucción de México, con su Enrique Ramírez y Ramírez en la persona de Manuel Camacho) y porque Calderón el más que Breve sigue aferrado a su discurso neroniano, advirtiendo que no escuchará a quien le hable de dejar la dizque guerra contra el narco: los desoirá y los desverá (perdón por la licencia óptica tomada para encajar en el espíritu salinista), dijo ni más ni menos que frente a quien debería ser el principal impulsor de que el ocupante de Los Pinos oiga y vea, el paniaguado presidente de la CNDH, Raúl Plascencia llevado a esa silla por maniobras y apoyos de Jorge Hank Rhon, según dice el Proceso de esta semana... Para quienes no sepan de Enrique Ramírez y Ramírez: fue director del periódico El Día, que fue una especie de órgano informativo de la izquierda moderada que convivía redituablemente con el gobierno. Una de sus directoras fue Socorro Díaz, priísta de larga carrera que pasó al lopezobradorismo en años recientes... Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela han desconocido legitimidad a la “elección” hondureña reciente. ¿Qué hará México? ¿Sumarse a las maniobras obamistas o a la tendencia latinoamericana?... Y, mientras los franceses se organizan para desplegar una campaña de reconocimiento a las virtudes de recreación fílmica de García Luna Productions, en especial en el documental sobre Florence Cassez, ¡hasta mañana, en esta columna que ya no alcanzó a comentar las imágenes nocturnas de Otumba!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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