Desatienden su queja por usar “ropa escotada y faldas cortas”
Carlos Avilés
El Universal
Miércoles 25 de noviembre de 2009
caviles@eluniversal.com.mx
Adriana sufrió hostigamiento sexual por sus compañeros de trabajo. Lo denunció ante su superior, pero la reacción que obtuvo fue que su jefe, Marco, protegió a sus compañeros y la tachó de ser una chismosa.
Desde entonces su situación laboral se volvió insoportable. Del hostigamiento sexual pasó al acoso laboral.
Adriana labora en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde ha ocupado cargos directivos, y donde no ha logrado que se le haga justicia ni que su caso sea investigado.
Su denuncia ha sido prejuzgada y desestimada por tener fama de utilizar vestimente escotada, con faldas muy cortas y ropa que resulta llamativa.
Cansada de esta situación, después de varias enfermedades contraídas a raíz del estrés generado, que la llevaron a hospitalizarse; de tocar varias puertas, incluida la de la misma dirección de Equidad de Género del alto tribunal —que en teoría defiende y pugna por evitar este tipo de conductas— donde le dieron largas a su asunto; finalmente, Adriana optó por promover una denuncia penal ante la Procuraduría General de la República (PGR).
Las agresiones
Después de cuatro años de ocupar diversos puestos, incluida la dirección de Relaciones Públicas, en julio de 2008 llegó a la Sección de Trámite de Controversias Constitucionales y de Acciones de Inconstitucionalidad de la Corte y ahí fue donde comenzó a registrar parte de las agresiones que narra en la denuncia que promovió ante la procuraduría, registrada como AP/PGR/FEVIMTRA-C/082/2009.
Su compañero Israel, su subordinado con apoyo de su jefe, narra Adriana, “en diversas ocasiones —inclusive frente a mi ex asistente—, se ponía detrás de mí y colocaba sus manos en mis hombros, alegando que me iba a dar un masaje porque me notaba muy tensa”.
Israel también le enviaba por las noches mensajes escritos a su celular, preguntándole si iba a salir con él a cenar o al cine. Sin que se enterara la novia de él.
“En muchas ocasiones le decía a mi asistente, según él, bromeando, que cerrara la puerta de mi oficina y apagara la luz porque se iba a quedar solo conmigo, a lo que me negué y, obviamente, mi asistente no lo hacía”.
Condiciones insoportables
A esto se sumó una propuesta que le comentó otro de sus compañeros, Luis, después de una fiesta prenavideña, en donde le dijo que le encantaba y se moría de ganas de acostarse con ella.
Después de su negativa, Adriana afirma que las condiciones de trabajo se volvieron insoportables por las presiones y humillaciones a las que era sometida por Israel, Luis y su jefe, que le generaron, entre otras cosas, colitis nerviosa y migraña.
Las cosas llegaron al extremo, cuenta Adriana, y un día mientras trabajaban, Luis mantuvo en la pantalla de su computadora una serie de imágenes de mujeres desnudas, lo que la obligó a poner un alto. Su denuncia es la primera de este tipo que promueve alguien de la Corte ante la PGR por la dificultad para comprobar el hostigamiento sexual y el acoso laboral.
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