Astillero

Astillero

Dar a luz

Paternidad irresponsable

Lucero de Los Pinos

Pelear y no pagar

Julio Hernández López

Ahora resulta que a nadie le gusta la criatura fiscal recién parida y en consecuencia nadie quiere asumir paternidades o responsabilidad alguna: los panistas se dicen felipescamente forzados por las circunstancias, los priístas alegan que colaboraron mediante disfra- ces de ausentismos acordados porque sólo así se sal-varía la Patria que esperan administrar a partir de 2012 y los perredistas sacan extemporáneas hachas de guerra declarativa para anunciar “campañas” contra lo que no quisieron pelear más que en términos modosos que resultaron tan imprácticos como “civilizados” y “modernos” quisieron aparecer.

Allí están ya ante los micrófonos periodísticos los “líderes” del paquetazo socialmente criminal, muy serios y conceptuales, tratando de acomodarse ante el futuro inmediato que saben que los condenará. Por ejemplo, casi guerrilleros, muy indignados, aparecen el semichucho Encinas, Juanito Navarrete, que sí se la quiere creer, y Ortega, que ha de estar pensando en una segunda emisión de espots televisivos con niña luego cibernéticamente perseguida. Avisan que harán marchas, mítines, declaraciones y grabaciones para denunciar a posterioridad lo que en su momento enfrentaron con las armas de lo rutinario sabidamente ineficaz. Betty Paredes dice desde Madrid que son fregaderas lo de los nuevos impuestos surgidos de un proceso doloroso e insatisfactorio; Manny Beltrones se pone trágico y nostálgico y va abriendo camino a propuestas de consuelo posdatado, con el señuelo de un 12 por ciento de IVA más delante, junto a otras sobaduras fiscales hipotéticas (sana, sana, impuestito de rana).

En el flanco panista hay de todo, desde Chicharrín Nava, que reconoce que “en el fondo nos deja insatisfechos a todos” el acuerdo impositivo 2010, hasta el taimadamente opositor de coyuntura, Chente Fox, que califica el engendro legislativo de parche, pasando todos por el recepcionista de realezas (¿México es ya un país bajo?), Felipe Calderón, que apechuga el golpe y se dice dispuesto a aceptar los dineros del pueblo que le permitirán mantener su aparato burocrático siempre creciente y el gasto militar y de seguridad pública por encima del social. FC se atreve incluso a sugerir que en materia económica se trace una nueva ruta, con riesgo de que alguien entienda Tuta. Los verbos de la desgracia concertada quedan claros: allanarse los partidos a la realidad impositiva que no querían pero “tuvieron” que aceptar; a llenarse de ganancias los pocos centenares de grandísimos empresarios de siempre que seguirán fiscalmente intocados, y ayunar lo más que puedan las grandes mayorías tocadas “sin querer” por los representantes impopulares.

Pero nada será tan importante hoy para el lic Calderón como los homenajes que hará a su Cid Campeador personal, Juan Camilo Mouriño, a cuya memoria (¡ah!, y también a la de otras 15 personas que con él murieron) se inaugurará hoy un conjunto escultórico y de luces en el sitio donde cayó el avión oficial un año atrás, por culpa de pilotos, controladores aéreos, exceso de velocidad, turbulencias, cansancio acumulado y desacomodo de estrellas y planetas en el universo de felicidad y radiante futuro que en aquellos momentos vivía el circulito íntimo de Los Pinos, con el ahora muerto como verdadero comandante en jefe, según confesiones posteriores que hizo el subordinado Calderón a la hora de los desproporcionados homenajes “de Estado” que le organizó. Mouriño convertido en Monumento a la Luz; es decir, en luz, faro, guía del sexenio perdido y, más específicamente, del ocupante de Los Pinos que sin el hispanomexicano ya nunca más ha podido aparentar algo exitoso.

En el otro extremo de la iluminación política nacional, el Sindicato Mexicano de Electricistas pide a su clientela sustraída que deje de pagar el consumo eléctrico; es decir, en lenguaje cotidiano, la luz. El movimiento de oposición al acto fascistoide de desaparición de la compañía Luz y Fuerza del Centro ha decidido dar pasos firmes a corto plazo, luego de un tramo de tanteos y exploración de las posibilidades reales de lucha que tiene. La presentación de recursos legales será acompañada de acciones sociales que pasan por un paro nacional, el próximo 11, que servirá de medición para intentar la organización de una huelga general. Según lo anunciado ayer, los trabajadores tratarán de presentarse pacíficamente en las instalaciones de Luz y Fuerza, hoy tomadas por la Policía Federal militarizada, pidiendo para esa y otras actividades el apoyo del segmento social que les ha sido solidario y, en especial, de los diputados federales que hasta hora les han acompañado. Martín Esparza, y con él sus principales compañeros en el liderazgo del SME, tienen constante vigilancia policiaca que no solamente busca allegarse información de lo que hacen esos dirigentes laborales sino, en un plano más táctico, tenerlos bajo control visual por si el calderonismo decide dar un segundo golpe de fuerza haciendo que se ordene su aprehensión. Las luces represivas del poder falsario contra las posibilidades de crecimiento de una luz organizada de protesta social.

Astillas

Se produjo una amplia condena a los excesos del presidente municipal de San Pedro Garza García, Nuevo León, quien ha anunciado que brincará cuanta tranca legal sea necesaria para enfrentar a los delincuentes con equipos “rudos” de “limpieza” social. La aparente formalización de escuadrones de la muerte, sin embargo, gana también apoyo en las clases medias y altas que sufren el acoso de secuestradores y extorsionadores a los que no hay poder institucional que enfrente y castigue. El campo social es propicio hoy para la aparición de esas “soluciones” vengadoras que en otros países, como Colombia, con Álvaro Uribe, han llegado al poder y han abierto fuego contra delincuentes sabidos, pero también contra activistas sociales, opositores al régimen y personajes incómodos al poder nacional y a sus manejadores extranjeros... Y, mientras el doctor Córdova pide a quienes no alcancen vacuna contra el A/H1N1 que se resignen, con obediencia ciudadana y buena fe, ¡hasta mañana!

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