Tira la Delegación Benito Juárez 6.3 millones de pesos en 'parches lineales'

En plena crisis, más de seis millones de pesos fueron literalmente tirados a la calle por la delegación Benito Juárez. Le dicen pomposamente “programa de parques lineales”, pero en realidad es una costosísima ocurrencia consistente en “integrar” los parques de Los Venados (Francisco Villa), Arboledas y Hundido (Luis G. Urbina), a través de un “caminito rosa” que según el proyecto estelar del delegado Germán de la Garza constituiría un paseo entre jardines.

En realidad, es una secuencia de parches sobre la banqueta, que efectivamente tenían un pálido color rosado, a través de 18 cuadras, que implica atravesar otros tantos cruceros de tránsito vehicular, algunos de ellos vías rápidas. Los parches, que suben rampas y encuentran obstáculos a cada paso –entradas y rampas de edificios, autos estacionados sobre la banqueta, talleres mecánicos, jardineras atravesadas-- forman supuestamente una especie de pasillo de concreto hidráulico a mitad de la acera, que no es precisamente una tersa alfombra: es áspero, mal terminado y está burdamente grabado a cuadros que quisieron semejar adoquines y cada dos metros ostentan como sello los emblemas de los tres parques y de la DBJ. Además, a las pocas semanas de su terminación, el “caminito rosa” se volvió gris, pardo. Y ya desaparecieron más de la mitad de las boyas de vidrio colocadas en las atravesadas de las calles.



La ocurrencia de los parques lineales es un mal y fallido remedo de programas ecológicos urbanos desarrollados en ciudades como Medellín, en Colombia, donde existen ocho auténticos parques lineales; pero se trata de espacios verdes arbolados, sin tráfico y sin cruces vehiculares, por donde los peatones pueden pasear como si fueran por en medio de un parque o una campiña, rodeados de vegetación. “Respirar aire puro, contemplar los colores de los árboles, disfrutar el sabor de sus frutos, sentir la textura de las hojas y tallos, y aislarse del ruido, es ahora posible sin salir de la ciudad. Todas estas sensaciones se pueden disfrutar en los ocho Parques Lineales que se han construido en Medellín”, pone una crónica. ¿Le suena eso a nuestra colonia Del Valle?

Lo mejor de todo es que los Parques Lineales de Medellín están ubicados en el corazón de los barrios. Al igual que la parroquia, la escuela, las tiendas o los centros comunitarios, estos santuarios ecológicos se han venido consolidando como referentes de la vida cotidiana de los vecinos, visitantes y de todos quienes habitan en este hermoso valle. Son una estrategia de la Secretaría del Medio Ambiente para recuperar zonas aledañas a las quebradas que desembocan al río Medellín; antiguas escombreras o maniguas que eran inaccesibles, son ahora espacios para disfrutar y cultivar una relación armónica con la naturaleza y sus recursos. Los Parques Lineales representan hasta el momento 168 mil metros cuadrados de nuevo espacio público verde, en una ciudad que poco a poco va saldando su déficit de espacio público ambiental. La Secretaría del Medio Ambiente de Medellín viene ejecutando un proyecto de Cultura Ambiental en estos lugares. Periódicamente realiza actividades físicas y recreativas, proyecta películas y dicta talleres de formación en temas ambientales para la comunidad. En estas jornadas, Promotores Ambientales, especialistas en educación física y recreación, acercan a los asistentes a las bondades de la naturaleza y los ayudan a descubrir la importancia de cuidar y querer todos los recursos del planeta.

Los “parches lineales” de Germán de la Garza son una costosa vacilada. Tienen una longitud de 3,095 metros lineales sobre las banquetas de las calles División del Norte, Matías Romero y Porfirio Díaz. El costo de esa monería fue de seis millones 294 mil 695 pesos con 51 centavos según informó a través de la Oficina de Información Pública de la propia DBJ (Oficio JD/OIP/0980/09). Es decir, cada metro del caminito costó a los juarenses exactamente dos mil 33 pesos con 82 centavos. ¿Barato, qué no?