JENARO VILLAMIL
Al gobierno de Felipe Calderón sólo le quedan 16 meses de gestión efectiva antes de que la sucesión presidencial ocupe todos los espacios. Esto le deja al presidente sólo tres períodos de sesiones del Congreso para impulsar eventuales reformas económicas, pero las bancadas del PAN en ambas cámaras “ya no están alineadas al cien por ciento en la visión clásica y tradicional de apoyo al Ejecutivo”, advierte Carlos Navarrete, recién designado presidente de la Mesa Directiva del Senado.
En entrevista con Proceso, el también coordinador de los senadores del PRD subraya que en la bancada del PAN en el Senado percibe “preocupaciones mayores por la situación económica” y no existe una posición homogénea para apoyar un paquete de Ley de Ingresos y Presupuesto para 2010 basado en más impuestos y alzas en los servicios públicos.
Ante los próximos nombramientos que le corresponderá procesar y definir al Senado (el de nuevo gobernador del Banco de México, el de titular de la CNDH, dos ministros de la Suprema Corte de Justicia, un comisionado del IFAI, un integrante del Consejo de la Judicatura y un magistrado del Tribunal de Defensa del Contribuyente), Navarrete señala la importancia de evitar “un proceso opaco, tras bambalinas”, en el que el PAN y el PRI “caigan en la tentación de hacer los nombramientos”, excluyendo al PRD y a las otras fuerzas políticas.
Navarrete se dice confiado de que, tras el paquete económico, el Senado retomará la reforma a la ley de medios que quedó pendiente desde la discusión sobre la reforma política de 2007-2008. El nuevo presidente del Senado admite que “se perdió el impulso” logrado, pero también se declara “moderadamente optimista” ante la posibilidad de que se intente operar una contrarreforma política en beneficio de las grandes televisoras: “Eso no va a suceder, no lo veo”, insiste.
–¿Qué es lo que viene frente a las propuestas de reforma de Calderón?
–No se puede visualizar lo que hará el Senado en este trienio si no se ubica en el contexto de lo que está ocurriendo en el país. Mi impresión es que este gobierno ha agotado su viabilidad. Tres años en donde una conjunción de factores internos y externos, y características propias del gobierno, han llevado a que haya un agotamiento prematuro de la administración de Calderón.
“En empleo, en educación, en salud, en crecimiento económico, en condiciones de vida, hay una percepción negativa de la población, salvo en combate al narcotráfico. Tengo para mí que a este gobierno le quedan 16 meses de gestión: los cuatro meses que restan de 2009 y los 12 meses de 2010. En 2011 el ambiente preelectoral estará muy candente.”
El Senado, puntualiza, debe retomar temas de la reforma del Estado y acompañar a la Cámara de Diputados en materia económica. “Todo el tema económico y fiscal se discutirá en la Cámara de Diputados, pero el Senado debe acompañar el debate. Por supuesto que la prioridad es el tema económico”.
Explica: “A Calderón le estalló en las manos una granada que no viene del narco sino de los pozos petroleros: la caída de la producción y del precio, con lo cual la vieja amenaza de que un día México no podría sostener su presupuesto con los ingresos del petróleo llegó más pronto”.
El senador perredista recuerda que la polarización política manifestada entre 2006 y 2009 impidió al presidente Calderón enfrentar el tema de la modificación sustancial: “una red de protección montada para colocar algodones a grandes empresarios que evaden y eluden impuestos, que se benefician del régimen fiscal, que especulan con los recursos públicos. Esto, junto con los regímenes especiales, que es una protección amplísima, tiene en shock a las finanzas públicas, con la nueva condición de la baja de los ingresos del petróleo. En tres años no la hicieron”.
“Por cierto –refiere–, en mi primera conversación con Agustín Carstens, en diciembre de 2006, tocamos el tema. Expresé con gran franqueza que para el PRD él tenía todos los antecedentes para ser absolutamente desconfiable: viene del sector hacendario, de Gil Díaz, de Pedro Aspe, del FMI. Es un Chicago boy. Con bonhomía, el secretario de Hacienda escuchó y me dio la razón. Sin embargo, dijo: ‘vengo de regreso’.”
–¿Y cuándo lo vamos a ver?
–Él dijo que después de 2007. No ha ocurrido.
–¿Él se comprometió a que iba a afectar intereses?
–Sí, pero no se nota. O dan un golpe de timón para conseguir los recursos que se requieren por la vía de afectar los grandes intereses o se van al desgaste político con olor a epitafio al pretender la tasa generalizada del IVA y una nueva tasa del ISR, subir gas, gasolina, electricidad. Falta que se lo aprobemos en el Congreso. No lo veo viable.
“El Plan de Emergencia, por cierto, tendría que plantearse de septiembre a diciembre para atajar las aristas más filosas de la crisis y luego diseñar el paquete de 2010 con el tema del presupuesto y el déficit de 300 mil millones de pesos anuales.
“Aquí hay dos grandes planteamientos: o sale de ir sobre los grandes evasores y el déficit, o ir sobre una parte del déficit y una parte de impuestos a ISR e IVA, que es lo que están planteando.”
La fractura panista
Navarrete insiste en que no hay una posición homogénea en el gabinete de Calderón en torno de la propuesta económica que presentará el mandatario a la Cámara de Diputados. Aun más, dice, esta división se aprecia también en la bancada del PAN en el Senado, donde varios legisladores se resisten a respaldar al gobierno en los aumentos de impuestos, en el mantenimiento de privilegios y protección a evasores.
“Y eso me parece positivo porque crea un clima de un diálogo en otros términos. Ya no estamos frente a una bancada panista atrincherada en posiciones del gobierno contra una bancada de izquierda”, asegura.
Tampoco cree que el PRI vaya a acompañar a ciegas a Calderón, “como ocurrió durante el primer trienio, sino que va a acotar cosas que no comparte. Hoy el PAN, el PRI y el PRD dicen ‘no’ al incremento del IVA. El único que lo defiende es José Ángel Gurría, en la OCDE”.
Según el presidente del Senado, las posiciones entre los tres principales partidos políticos “están acercándose”, y se muestra moderadamente optimista ante “la posibilidad de que podamos impulsar en las cámaras del Congreso un conjunto de medidas de emergencia de septiembre a diciembre y que podamos construir otro tipo de presupuesto para 2010”.
El resto de la agenda
En lo que respecta a la media docena de funcionarios que el Senado tendrá que nombrar, Navarrete dice que aspira a convencer al PAN y al PRI de incluir la posición del PRD. Sin embargo, de entrada, la designación del ombudsman nacional no pasará solamente por la Comisión de Derechos Humanos que preside Rosario Ibarra de Piedra, lo que implica la pérdida de una posición perredista.
“Eso no es lo más importante, sino el procedimiento”, ataja Navarrete. A fin de cuentas, subraya, quien vota el nombramiento es el pleno.
–Pero la comisión es la aduana.
–Tampoco, porque no será un debate cerrado. Estaría de acuerdo en un modelo similar a de la renovación de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, con comparecencia pública, confrontación de proyectos. Lo que me parece que no debemos hacer es un proyecto opaco, tras bambalinas, donde se barajen nombres en una noche tormentosa, como en el Instituto Federal Electoral.
“Por eso estoy tratando de convencer a la senadora Rosario Ibarra de que no nos entretengamos en que si son una o dos o tres comisiones las que van a dictaminar, sino que nos vayamos al fondo, al contenido de la convocatoria, a la evaluación y a la construcción de la terna.”
En el caso del Banco de México, acota, la diferencia es que el nombramiento es a propuesta del Ejecutivo, y repara en las voces que se pronuncian en favor de que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, ocupe esa posición.
“¿Cuál es la diferencia con el esquema anterior, cuando lo que le dimos fue autonomía al Banco de México para que no tenga el mismo troquel que la Secretaría de Hacienda?”, cuestiona.
–¿Qué papel le toca al presidente del Senado en este esquema?
–Le toca propiciar el acuerdo político. No hay que magnificar el papel del presidente. En el Senado, la mayoría o las mayorías deciden.
En cuanto al dictamen pendiente de la Ley de Medios, Navarrete estima que el PRD empujará para retomarla “quizá después del paquete económico”.
–¿Se perdió el impulso que se había ganado con la reforma política?
–Sí, no tengo duda. El impulso fue muy importante, pero no culminamos el paso. Quedó trunco.
–¿No hay riesgo de que la Cámara de Diputados sea la de la contrarreforma electoral, con una telebancada?
–No lo veo. Contrarreforma no la veo porque hay que alejar la tentación de que dos partidos en las cámaras decidan. Ni PRI ni Partido Verde, en la Cámara de Diputados, ni PRD ni PAN en la Cámara de Senadores, porque eso significaría empate en el Congreso.
“Por eso espero que el PRI sea prudente en la Cámara de Diputados, porque pudiendo construir una mayoría sólo con el Verde, necesita involucrar al PAN y al PRD.” l
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