MÉXICO, D.F., 1 de julio (apro).- Del dislate al disparate. Si en abril de 2002 Vicente Fox evidenció su pobre cultura literaria --al pronunciar equivocadamente el apellido del escritor Jorge Luis Borges durante el Congreso de la Lengua Española en Madrid--, resulta que el pasado viernes Felipe Calderón hizo gala de un disparatado oportunismo en contra de El Rey del pop, Michael Jackson.
Aparentemente, Calderón carecía de mejor argumento discursivo para celebrar el Día Internacional contra el Uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas, anticipando que la muerte de Jackson un día antes por abuso de sustancias tóxicas "se confirmó", según frase que Calderón usó públicamente en dos ocasiones, cuando la autopsia al ídolo pop apenas le era practicada y los resultados del peritaje médico tarden un par de meses en concluir.
El mismo viernes, Apro divulgó tal prédica temeraria, de nulo fundamento legal emitida a bocajarro por Calderón, quien además hizo extensiva amonestación a la juventud:
"Esta muerte dramática, trágica, de alguien que teniéndolo todo, fama y dinero, fue a final de cuentas incapaz de sobrevivir a la muerte (sic), encerrada precisamente en las adicciones", insistió Calderón en su discurso, y también atribuyó al escepticismo espiritual de la juventud el caldo de cultivo para el consumo de drogas. Una juventud, arengó, "que por sus condiciones sociales, familiares, educativas y por falta de oportunidades, tiene pocos asideros trascendentes, (y) tiene poco que creer: no cree en la familia que no tuvieron, en la economía, en la escuela y no cree en Dios porque no lo conocen".
Las reacciones ante esta desmesura presidencial fueron destacadas en los medios nacionales el domingo 28. Desafortunado "diagnóstico" tituló un diario capitalino la misiva firmada por José Luis Ramírez, habitante de Bosques de las Lomas, Miguel Hidalgo, DF, quien escribió.
"La declaración --al puro estilo forense-- del presidente Calderón diciendo que la muerte de Michael Jackson se debió al consumo de drogas nos dejó perplejos y con la boca abierta. Las autoridades de Estados Unidos aún no saben a ciencia cierta la verdadera causa de la muerte del ídolo, y nuestro presidente, aprovechando para llevar agua a su molino en la lucha contra el narco, hace semejante afirmación.
"No sé qué le pasa a Calderón que últimamente se transforma al tener un micrófono a su alcance. ¿Será que ya también lo afectaron los síndromes foxianos? ("Cartas al lector", Reforma)".
En conferencia de prensa al comienzo del Festival Vive Latino, Saúl Hernández, la voz líder del conjunto de rock Jaguares, dijo:
"Con esas declaraciones se reafirma un abismo muy grande entre el Estado y la sociedad. Creo que a la juventud de este país siempre nos han tratado como criminales, siempre hemos sido correteados, marginados... Este tipo de filosofía no ayuda al crecimiento, a la evolución. Sigo creyendo firmemente que el futuro de México está en los jóvenes." ("Saúl Hernández le contesta a Felipe Calderón", por Paula Castro, La Prensa).
El vampiro César López, guitarrista del grupo, en alusión a los chuscos dislates mentirosos del foxismo, señaló que la reciente arenga de Calderón fue ditirámbica, pues "supera todo lo que dijo Fox durante el sexenio pasado" ("Jaguares puso el toque político al festival", por Jorge Caballero, La Jornada).
Y así como en su momento voceros del gobierno pretendieron justificar en España la ignorancia literaria de Fox como "un entendible error de lectura", al pronunciar mal el nombre de Jorge Luis Borges ("¡pero por supuesto que el presidente Fox ha leído a Borges!", afirmó Sari Burmúdez, entonces jefa del Conaculta), aliados panistas de Calderón minimizaron ahora la gravedad de sus comentarios haciendo frágil y precipitada defensa, sin reconocer que el presidente incurrió en desinformación, ni admitir supuestas violaciones a la Carta Magna.
El secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, añadió otra falsedad a la desinformación de Calderón sobre la muerte de Michael Jackson.
Entrevistado por La Jornada, Cordero atribuyó a "familiares de Jackson" la confirmación de que el cantante había fallecido tras "sobredosis de una droga adictiva", por lo que consideró "acertadas las declaraciones del titular del Ejecutivo"; sin embargo, ningún miembro de la familia de Michael Jackson "confirmó" nada similar.
Un paro cardíaco fue la causa que apuntó Jeramie Jackson al anunciar el fallecimiento de El Rey del pop. Ambos vivían juntos, y siendo el colaborador más cercano entre sus familiares (a quienes Michael mantenía económicamente desde los 11 años de edad), Jeramie solicitó guardar luto por la memoria de su hermano en espera de la autopsia. Practicada ésta por forenses del condado en Los Ángeles, los doctores entregaron el cuerpo del ídolo a su familia, postergando emitir su dictamen oficial "de entre seis a ocho semanas", tras los análisis toxicológicos tomados al cadáver ese viernes.
La sorpresiva acusación presidencial mereció críticas y escarnio por parte de legisladores de partidos opositores, como el priista Samuel Aguilar, quien la calificó de "lamentable espectáculo":
"Calderón se equivoca de forma terrible, pues antes de que los especialistas forenses de California emitieran un veredicto científico en torno al deceso ¡él ya sabía de qué falleció!, y aparte lo aprovechó para dar un pésimo ejemplo sobre los efectos de la drogadicción.
"Calderón se manifiesta como un presidente faccioso, que deja ver su vena intolerante a todo aquel que no profesa su misma religión... Vive en el oscurantismo más retrógrado."
Además, Silvano Garay, del PT, lo animó a conducirse "por los cauces institucionales", toda vez que "sabemos que no puede con el tema económico", y que "la seguridad, su gran bandera, se encuentra en su peor momento", pero "eso no lo acredita para descalificar a los que no creen en Dios".
Juan Guerra, del PRD, dijo que "ningún político, por más presidente que sea, tiene atribuciones para que, en un acto público, organizado con recursos del pueblo convoque a la ciudadanía a satanizar a aquellos que no profesan alguna religión, en este caso la católica".
Para el perredista Humberto Zazueta, las palabras de Calderón fueron "un lamentable rosario de argumentos sin sustento histórico ni político", manifestación de "un profundo desprecio por el ser nacional, lo que conduce al peligroso callejón sin salida del maximalismo que rechaza el estado laico".
Pablo Gómez, del PRD, advirtió que Calderón "está desvariando", por lo cual "sería bueno que consultara a su siquiatra para que no diga tantos disparates. Hasta se cree médico legista... es patético, sólo provoca hilaridad" ("Calderón, oscurantista; alienta educación confesional: legisladores", por Andrea Becerril y Roberto Garduño, La Jornada).
Cuestionado acerca de "si los señalamientos del jefe del Ejecutivo podrían constituir una violación al estado laico", el candidato panista a diputado federal César Nava contestó que "no se trató de una profesión de fe ni de un acto de culto, lo cual está prohibido por la Constitución". Nava "insistió que el mandatario habló en términos coloquiales", y demandó "no sobredimensionar las expresiones de Calderón", y considerar "el contexto en que se dieron" ("Panistas cierran filas en defensa de las declaraciones presidenciales", por Georgina Saldierna y Carlos García, La Jornada).
Una analogía acude a nuestra mente. Recordamos el último adiós del músico Brian Jones, estrella de los Rolling Stones, quien sucumbió al abuso de alcohol y drogas hace 40 años. Narra Patricia Fox-Sheinwold, en el libro Demasiado jóvenes para morir (1991):
"El funeral tuvo lugar en su pueblo nativo de Cheltenham el 10 de julio de 1969. Más de 500 mil fanáticos se congregaron para llorarlo a las afueras de la vetusta parroquia local, que Brian solía visitar de pequeño. El canónigo Hugh Evan Hopkins seleccionó leer el pasaje bíblico del hijo pródigo, salpicando la eulogía con su cosecha: '(Brian) nunca mostró tolerancia con la autoridad, los convencionalismos, ni por la tradición. Algo típico en los jóvenes de su generación, quienes ven a los Rolling Stones como expresión de toda su actitud ante la vida. Mucho de lo que esta Iglesia ha representado en 900 años desde su fundación carece de valor para ellos' (Too Young To Die, Crescent Books, Nueva York)."
Admiradores y chicas fans de Michael Jackson han escrito por internet su protesta, en sitios donde se proyecta el tristemente célebre video de Calderón al introducir su improvisada y polémica locución; le prodigan fuertes insultos y palabras satíricas a granel (
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