Irregularidades por $60 mil millones en la Cuenta Pública 2007, detecta la ASF

Enrique Méndez y Roberto Garduño

Al presentar ayer el Informe de resultados de la revisión a la Cuenta Pública 2007, del primer año de gobierno de Felipe Calderón, el auditor Arturo González de Aragón reveló que se detectaron irregularidades en el gasto por 60 mil 723.6 millones de pesos, cuando en el último año de gobierno de Vicente Fox fueron 33 mil millones. Del monto de anomalías, explicó, 18 mil 867.4 millones –31 por ciento– corresponden a estados, municipios y el Gobierno del Distrito Federal.

En su discurso en el salón verde de la Cámara de Diputados, González de Aragón, titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) cuestionó que existan subejercicios por 300 mil millones de pesos, y que esos recursos no gastados se transfirieran a fideicomisos donde priva la opacidad.

El círculo vicioso (en el uso del gasto) se complementa con la discrecionalidad existente en el manejo de los recursos, como los casos de excedentes petroleros; otorgamiento de donativos y préstamos; estímulos fiscales, permisos y concesiones; enajenación de bienes; remuneraciones a servidores públicos; recuperación de créditos fiscales; castigo de carteras vencidas; derechos de trámite aduanero, y fondos y fideicomisos, entre otros, declaró.

González de Aragón también resaltó que cada vez más el Estado relega actividades sustantivas a particulares, mediante concesiones, permisos, contratos y licencias, y que en este rubro se observa una insuficiente regulación y supervisión.

Durante su presentación, a la que asistieron los coordinadores parlamentarios y los integrantes de la Comisión de Vigilancia de la ASF, el auditor demandó reforzar la vigilancia en la operación de empresas, pues la rendición de cuentas obliga a todos, y de ella no pueden estar exentos los particulares que reciben autorizaciones para actuar en nombre del Estado, en actividades que les son concesionadas o permitidas.

Por primera vez en siete años al frente de la ASF, González de Aragón dio un corte político a su discurso, en el cual afirmó que el gobierno de Estados Unidos debiera tener un poco de vergüenza al descalificar a México por la corrupción, ya que no tiene la calidad moral para constituirse en juzgador de conductas ajenas.
Agregó que aun cuando pudiera ser cierto que la corrupción está en todos los niveles del gobierno, Estados Unidos se erige como el gran juez, sin ningún poder y sin tener en cuenta que conductas corruptas en su país, aliadas con intereses particulares, han provocado la gran crisis económica mundial, que ha afectado a más de 6 mil 700 millones de habitantes del planeta.

Debido a que este año termina su encargo y pretende relegirse por otro periodo de siete años, González de Aragón hizo un recuento de las recuperaciones que ha logrado la auditoría por las irregularidades en este lapso, por 33 mil 718 millones de pesos, y propuso a la Cámara otorgar autonomía constitucional al órgano fiscalizador, que le permita imponer sanciones a servidores públicos que incurran en irregularidades en el manejo del gasto, independientes de las que aplique la Secretaría de la Función Pública.

¿Esto para qué? Necesitamos, ante el problema de corrupción en el país, tener un frente más amplio de lucha en su contra, declaró después, en entrevista.

También, a una pregunta sobre la triangulación de recursos a los fideicomisos, expresó que si en 2006, último año de gobierno de Fox, éstos ascendieron a 200 mil millones de pesos, en el primer año de este sexenio fueron 300 mil millones, y refirió que ya se ha pedido a Hacienda explicar las razones por las que crecieron esas transferencias.

Éste es un motivo de preocupación, porque sigue siendo un área de opacidad y riesgo que debemos resolver y transparentar de manera definitiva, afirmó.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Vigilancia, Antonio Ortega Martínez, anticipó: seguramente la pobreza se extenderá en 2009 y 2010 ante la vulnerabilidad de las finanzas públicas del país y por la amenaza del desempleo y la disminución de los ingresos familiares de millones de mexicanos, que no nos perdonarán la ineficacia ni la indolencia para enfrentar estos graves problemas.