domingo, 9 de noviembre de 2008

Mouriño: complicidad lucrativa

Junto con el presidente Felipe Calderón y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, Juan Camilo Mouriño formaba la tríada del poder. Así lo describe la periodista Anabel Hernández en su nuevo libro Los cómplices del presidente, que en días próximos pondrá en circulación Grijalbo. En entrevista con este semanario, (de la cual proceso.com publica un adelanto) Hernández sostiene que aun cuando Calderón le toleraba todo, en Los Pinos y en el PAN Mouriño era criticado por su voracidad empresarial.
Jorge Carrasco Araizaga
Una larga historia de irregularidades, abusos y complicidades es el legado público de Juan Camilo Mouriño Terrazo. Los negocios que el secretario de Gobernación hizo al amparo del poder, sobre todo en los dos años en que formó parte del gobierno de su amigo Felipe Calderón, es apenas lo más visible de su vida como funcionario.
Detrás hubo un político que lo mismo se valió del espionaje y el sabotaje, del uso faccioso de los recursos públicos y de la manipulación electoral. Mouriño fue consejero que terminó por secuestrar al presidente de la República y generar discordias en el círculo cercano de Calderón, incluido el PAN, según la periodista Anabel Hernández.
"Muchos de los que hoy lo lloran, hasta hace muy poco se quejaban de su voracidad", asegura la autora de Los cómplices del presidente, un libro de próxima aparición en el que los protagonistas son Calderón, Mouriño y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
Fue una triada que actuó desde la campaña presidencial de 2006, que hizo cuanto pudo para sabotear a Andrés Manuel López Obrador y que hasta la muerte de Mouriño -el martes 4- estuvo amalgamada por la complicidad, dice en entrevista realizada el jueves 6, horas después de que Calderón reivindicara a su fallecido secretario de Gobernación como "un hombre franco y honesto", que "fue objeto de críticas y víctima de calumnias".
Iniciado el año pasado como una investigación en torno a García Luna, el libro amplió sus alcances a principios de 2008, cuando López Obrador desató el escándalo de los contratos de las empresas de Mouriño con Pemex, luego de las revelaciones de la revista Contralínea sobre ese asunto.
"Este libro lo terminé de escribir el 28 de septiembre pasado, cuando (Mouriño) era secretario de Gobernación, con todo el poder y la fuerza que ello implica. No es una publicación que sale por oportunismo o mala fe. Lo hice cuando él estaba en pleno goce del poder", aclara Anabel Hernández, quien en 2002 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo por revelar el llamado Toallagate, el primer escándalo de corrupción en el sexenio de Vicente Fox.

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