viernes, 28 de noviembre de 2008

Los cien días: Jorge Gil Olmos

JOSé GIL OLMOS
MÉXICO, D.F., 26 de noviembre (apro).- El ulular de las patrullas y ambulancias en Tijuana no paran día y noche. Pero en medio de la tragedia, un señor ya encontró la forma de sobrevivir y se ha montado en la ola de violencia: vende moños negros en los lugares donde hay muertos producto de la batalla entre los grupos del crimen organizado.
Este personaje se dedica a escuchar la radio y donde hay enfrentamientos, ejecuciones o asaltos, se presenta de inmediato y comienza a vender sus moños negros. "Hay que vivir de algo", dice cuando alguien le cuestiona su negocio mortal.
A pesar de las críticas, el negocio de este personaje va prosperando todos los días, pues no para de ir de un lado a otro de la ciudad; sus moños se agotan. Pero mientras a este comerciante le va bien, a la ciudad fronteriza le va muy mal: cada día se le ve más desierta por el miedo. Los bares, cafeterías, restaurantes, antros... están vacíos; muchos autos dejan de circular apenas se oculta el sol porque los asaltos están a la orden del día.
Aunque el Ejército patrulla las calles desde hace unos días, la violencia no para y por eso es difícil ver vehículos circulando en algunas zonas donde, de plano, nadie se atreve a salir.
Hace 100 días, el gobierno Felipe Calderón y los gobernadores firmaron el compromiso para disminuir la inseguridad en todo el país. Ese día, en el Palacio Nacional, el empresario Alejandro Martí, padre de Fernando, quien fue asesinado días después de haber sido secuestrado, reclamó con una sola frase la incapacidad de las autoridades: "Si no pueden, renuncien". Y desde entonces las cosas no han mejorado, han empeorado en todo el territorio nacional.
El gobierno calderonista ha basado su plan contra el crimen organizado dando prioridad al despliegue de más de 36 mil militares en las regiones más azotadas por la violencia en el país, incluidos más de 2 mil 500 en Ciudad Juárez, donde se reporta un promedio de cuatro ejecutados diarios y en Tijuana, donde los números de asesinatos son similares.
La estrategia ha fracasado, pues la escalada de violencia en México por causa de los secuestros y crímenes del narcotráfico se ha incrementado. En lo que va del año se llevan contabilizadas más de 3 mil ejecuciones, mientras que 2007 cerró con 2 mil 673 asesinatos atribuidos al crimen organizado. Esa cantidad se superó el pasado 5 de junio.
Según cuentas no oficiales, en el país se registra un asesinato cada 85 minutos.
En cuanto a los secuestros, a finales de este año se tenían identificados más de 400, pero la estimación es que sólo se denuncia un plagio por cada tres. Es decir, habría más de mil 200.
Las cosas no parecen mejorara. Ciudades como Juárez, Reynosa, Tijuana, Culiacán son presa de las bandas de delincuentes y la presencia de los militares no resuelve absolutamente nada.
La fronteriza Ciudad Juárez es una de las más afectadas por la violencia, por la guerra entre los cárteles de Juárez y Sinaloa que se disputan el trasiego hacia Estados Unidos y la plaza local, que ha dejado cerca de un millar de muertos, sólo entre enero y agosto.
En ese mismo camino está Tijuana, donde por las noches se ven calles vacías, negocios cerrados, y el ulular de las patrullas y ambulancias rompe el sueño de quienes desde hace casi 20 años votaron por el PAN con la ilusión de que la situación mejoraría.

No hay comentarios: