Tras más de dos semanas de los incendios forestales en la Amazonía, existe una enorme irresponsabilidad del gobierno brasileño de Jair Bolsonaro que oculta la gravedad ambiental para amparar a los depredadores (negocio de la soja y la carne) para potenciar el agronegocio en la reserva forestal.
Así lo indicó el sociólogo, doctor en Planeamiento Urbano y Regional, profesor de la Universidad Federal de Rondônia, Luis Fernando Novoa Garzón.
“El crimen brutal que promueve el Estado con los depredadores afecta a toda la población de Brasil, vivimos los efectos de esta terrible de devastación que ahora se intensifica bajo un gobierno neofascista”, afirmó durante una entrevista en el programa Mientras Tanto y por si Acaso transmitido por La Radio del Sur.
Garzón explicó que en Brasil, la gran cadena del agronegocio, de extracción de granos y carne, está fuertemente entrando en la Amazonía, ampliando sus fronteras a partir de la depredación de la selva, el negocio es la soja y la carne.
En ese sentido, señaló que hay órdenes superiores sobre Bolsonaro, "la Amazonía es un juego geopolítico, se sabe como la Amazonia Central en términos políticos se puede integrar al continente para construir corredores de exportación. El gobierno de Bolsonaro está muy alineado de la forma más servil al imperialismo norteamericano".
El profesor de la Universidad Federal de Rondônia recordó que Alcantara fue cedida gratuitamente por el gobierno brasileño a Estados Unidos para imponer una base militar aeroespacial donde se hacen negociaciones secretas.
“Estas medidas de devastación consentida, es un desastre organizado por el Estado, y sus aliados empresariales. Está coreografiada con la superpotencia militar norteamericana (controlar o manejar las inversiones del país)", afirmó el sociólogo brasileño.
Igualmente, aseguró que los activistas ambientales no tienen la capacidad para impedir la destrucción de la Amazonía, “tiene que ser una política general del Estado para que trabaje en la fiscalización e investigación de impedir nuevos incendios, pero lo que tenemos es lo contrario el gobierno lo que está es robando los recursos de la floresta”.
“No solo se están quemando los bosques, son los modos de vida de miles de comunidades tradicionales que viven en la Amazonía, se trata de un crimen ambiental, social y cultural. Es un ecocidio que se está permitiendo contra un Patrimonio Cultural y contra sus poblaciones”, explicó.
“Antes se decía de que había una irregularidad o crimen ambiental y social en Amazonía, hoy se torna como una orden que viene desde el Estado brasileño de que la Amazonía tiene que ser ocupada a cualquier costo sin importar las perdidas, ni consecuencias ambientales, biológicas y sociales”, sostuvo el sociólogo.
La realidad de la Amazonía ha cambiado y los incendios se han vuelto mucho más comunes en la región:
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