domingo, 23 de diciembre de 2018

Diciembre en la capital .- José Agustín Ortiz Pinchetti

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ejemos a un lado la política. Se me ocurre escribir acerca del mes de diciembre en la capital. Sus brillantes celebraciones y esa forma de autoindulgencia colectiva que nos permite anular la última semana del año y disfrutarla en el dulce no hacer nada.
Al final de la temporada habrá un sentimiento de melancolía. Termina un año y empieza otro y nuestras metas siguen ahí junto a nuestros vicios y frustraciones, eso produce un vago sentimiento de culpa. Muy pocos pueden alzar las copas y brindar por un buen año.
Hay mucha gente que repudia las fiestas y el ánimo navideño por ser reflejo de las supersticiones o del consumismo o una mezcla de ambos. Puede haber otro enfoque. Gozar de las fiestas y aprovechar la riqueza cultural de la ciudad que como nunca se manifiesta en esta temporada: teatro, música, museos, gastronomía, incluso muchos espectáculos antinavideños. Una oferta prodigiosa.
Repasemos las fiestas más importantes de la temporada: el festejo multitudinario de Guadalupe; yo no soy de los aparicionistas, pero sí creo en el milagro de la forma en que emergió y se consolidó el símbolo guadalupano. Nada es más poderoso para unir a los mexicanos. Quien quiera conocer al pueblo de México debe asistir la noche de la conmemoración a la Basílica: la fe y el orden admirables. Después hay un conjunto de días para manifestar buenos augurios con sinceridad y/o hipocresía. Todos, incluyendo a los ateos, celebran el 24 y el 25 de diciembre (lo único desagradable es la presencia de Santa Claus, embajador de Coca Cola). La noche de año viejo y la mañana del primero de enero pueden servir para hacer una reflexión breve del sentido de nuestra vida acompañada de propósitos que se extinguirán antes de que termine enero.
En todo el mundo se celebran fiestas al terminar los ciclos anuales e iniciar los nuevos. La fiesta de Navidad es respetada en todo occidente. Como sea, podemos negarnos a disfrutar la riqueza cultural que tiene la capital en estas fechas. Esto no mejorará nuestro estado de ánimo. Les deseo a todos mis lectores felicidades y nos encontramos aquí el 6 de enero.

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