domingo, 9 de septiembre de 2018

La cuarta transformación en el espejo de la tercera

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José Agustín Ortiz Pinchetti
S
e está iniciando un proceso de cambio profundo al que se llama la cuarta transformación.
Veámonos en el espejo de la tercera en su momento inicial: la rebelión de Francisco I. Madero en 1910. El proceso actual y el que se vivió hace 108 años tienen similitudes: ambos son respuesta al agotamiento de un sistema autoritario, incapaz de cambiar, con políticas que mantenían y acrecentaban las desigualdades.
En ambos, después del triunfo subsiste la oligarquía. En los dos hay un líder carismático. En nuestra época la corrupción es aún peor que la del final del porfiriato.
Hay otras diferencias: Madero era un hacendado con una breve trayectoria política y sin experiencia de gobierno, Andrés Manuel López Obrador tiene una carrera de 40 años muy consistente. Fue un excelente jefe de Gobierno de la capital y ha madurado en la adversidad. Su movimiento tardó en convertirse en una fuerza irresistible después de batallar casi 20 años y nunca optó por la violencia.
Madero se inclinaba por una transición pacífica, pero tuvo que convocar a una rebelión armada y ganó la Presidencia en el campo de batalla apoyado por sectores populares y rurales. El maderismo fue una verdadera revolución, derrocó al sistema político que mantenía y garantizaba las estructuras sociales injustas. No resistió la prueba del poder, provocó insatisfacción general, rebeliones y un golpe de Estado que le costó la vida.
López Obrador no improvisa: su plan y su equipo han estado definidos antes de asumir el poder. Madero no contó con un partido para resistir. Morena apoya a Andrés Manuel y se extiende en toda la República.
Este nuevo partido debe darse cuenta de que ya no es oposición, que debe gobernar y reencauzar la energía popular para materializar la cuarta transformación. ( Colaboró: Meredith González Acevedo.)
Twitter: @ortizpinchetti

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