“El odio es la venganza de un cobarde intimidado”. George Bernard Shaw
Su columna de hoy en El Financiero no tiene desperdicio. El periodista Pablo Hiriart, editor de la información política del diario propiedad del empresario Manuel Arroyo, no deja de llorar y maldecir por la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador.
Hiriart ha explicado el éxito del candidato de Morena, ya presidente electo de México, en términos de odio y rencor:
“Esos recorridos de AMLO por el país, en que sembró el odio y bañó en insultos a los que no estaban con él, fueron la clave de su éxito, pero será también la desgracia para él y para México. Ya lo veremos. El germen del rencor y la revancha lo va a rebasar”.
Tristemente, Hiriart es un enfermo de odio. No ha entendido que son tiempos de reconciliación, algo que reconoce hasta su jefe verdadero —no, no lo es el empresario Arroyo—, Carlos Salinas de Gortari.
Para Hiriart, ha sido un “duro amanecer” el de hoy lunes, en el que el resto de los mexicanos celebramos la fiesta de nuestra mejor democracia.
Qué pena. Pablo Hiriart es un hombre inteligente. Si el rencor no lo intimidara podría llegar a ser un buen periodista. No lo será nunca, tristemente: para él nada hay después del odio.
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