TIJUANA, B.C. (apro).- Eran las 8:35 de la mañana cuando apareció Ricardo Anaya en las salas de abordaje del Aeropuerto Internacional de Tijuana. Lo acompañaban su esposa, Carolina Martínez, y algunos integrantes de su campaña como Dante Delgado y Salomón Chestorivski.
La noche anterior, tres portadas de la revista Proceso fueron centro de una confrontación durante el segundo debate presidencial en la ciudad fronteriza.
La primera la mostró Andrés Manuel López Obrador. “Los turbios ingresos de los Anaya”, se lee en la primera plana del semanario que circula actualmente, a partir de un reportaje de Álvaro Delgado. Y “Zavala-Calderón: la candidatura que nació muerta”, dice el cintillo que regularmente acompaña la nota de portada.
Anaya Cortés reviró mostrando una cartulina con la carátula de dos ejemplares más de Proceso.
A su izquierda, un número en el que aparece el fundador y candidato de Morena con un fondo negro en el que se develan nombres de hombres millonarios detrás su campaña con el titular “Los ricos de López Obrador”. Y en la parte superior, el cintillo decía: “Elba Esther Gordillo: la sombra de la revancha”.
A su derecha, el número que se tituló “Pacto de Impunidad. Corrupción en Sedesol y Sedatu”, con José Antonio Meade y Rosario Robles como protagonistas de la portada.
Como pólvora, en redes sociales se expandió que el panista había presentado una fotografía editada de la revista, en la que suprimió el cintillo en el que se lee: “El frente de Anaya también recluta fichas negras”.
Desatadas las críticas, previo a que el candidato tomara el vuelo que lo llevaría de regreso a la capital del país, el reportero le preguntó en tres ocasiones por qué había manipulado la edición de Proceso como material de apoyo en el debate.
En la tercera oportunidad, entre charlas con sus colaboradores y fotografías con algunos pasajeros, respondió que no sabía de qué se le hablaba, que no polemizaba con los medios de comunicación y que sólo hizo énfasis que cada candidato hablara de las portadas que le aludieran.
-No voy a polemizar con un medio de comunicación.
-No es polemizar. Nada más respóndame por qué recortar la portada…
-Es que no sé de qué me estás hablando.
-Ayer presentó dos portadas de Proceso y recortó una parte en la que dice que usted también reclutaba fichas negras. En redes sociales se está diciendo que manipuló esta “prueba”, digamos.
-Simplemente estaba haciendo énfasis en que mejor hablaran de las portadas que los aludían a ellos.
Así concluyó amablemente, se dio la media vuelta y se fue.
La embestida de Dante
El que Salió en su defensa fue el dirigente de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado. Desencajado con la insistencia del reportero.
-Yo te contesto, atajó después del primer intento porque Anaya respondiera.
-La pregunta es para el candidato, se le explicó a Delgado, que montó en cólera.
Y embistió:
“Proceso es una mafia. Por órdenes de sus dueños, presentó una portada que lo favoreciera (a López Obrador) el día del debate. Quiero que sepa la gente que en Proceso son unos facciosos.
Se le recordó que fue Anaya quien presentó dos portadas de Proceso con reportajes de denuncia contra las coaliciones que encabezan Meade y López Obrador, por asumir que jugaban en su favor.
-No no no. Son unos facciosos que siguen instrucciones de sus dueños, gritó al aire y se perdió en la nada.
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