+ Pretenden que sea ariete en vs de AMLO
+ Pánico priista por el desplome de Meade

La estrategia del PRI desde diciembre pasado contemplaba que, al arrancar formalmente las campañas presidenciales el último día de marzo de 2018, José Antonio Meade estuviera bien posicionado en un segundo lugar claro e inobjetable, dejando atrás a Ricardo Anaya, para entonces ir a la caza del puntero: Andrés Manuel López Obrador. “En tres meses cerramos la elección y ganará Meade”, era su vaticinio.
Pero les fallaron, sin duda, tres cosas:
Primera: el enorme desprestigio de la marca PRI – Peña Nieto. Los escándalos de los Duarte (Javier y César), Beto Borge, los Moreira, Montiel, etc, le han pesado sobremanera a Pepe Meade, como prefieren llamarlo sus propagandistas para volverlo “más pueblo”. Aquel desafortunado y patético “háganme suyo” dicho bajo el delirio por un tecnócrata ante las huestes priistas, fue lo peor que pudo haber salido de la boca de Meade, pues de inmediato “lo hicieron suyo”: Romero Deschamps abrazándolo como al hijo pródigo, fue el emblema de la alianza PRI-Meade. ¿Cuál candidato externo? Y por si eso fuera poco, el halo de corrupción que rodea a Peña Nieto, a su familia y amigos (Lozoya, Videgaray, Ruiz Esparza, Alfredo Castillo, por mencionar algunos), ha sido un lastre para Meade quién, sin haberlo calculado bien, tiene prohibido hablar de lo que será el eje de la discusión en las campañas: la corrupción. ¿Qué lucha contra la corrupción podría abanderar Meade si él es el candidato de la corrupción, el candidato del gobierno más corrupto del México moderno?
Segunda: el brinco de secretario de Hacienda a candidato presidencial, fue un lance que no acabó de entender ni de cuajar en el propio Pepe Meade. Su presencia no prende. Su discurso no enciende. Sus frases son planas, sin convicción. Da la impresión de ser un nerd otoñal intentando convencer a los actores que aparecen en sus spots de que es muy honrado o muy ingenuo, y en ambas posturas sale muy mal parado. Lo de honrado queda en entredicho porque frente a sus ojos pasaron de largo los desvíos en favor al PRI desde Sedesol y Hacienda, y Meade ni pudo ni quiso enterarse. Y lo de ingenuo, porque cualquiera podría decir: ¿cómo es posible qué siendo cabeza de secretaría, no se haya dado cuenta de que cientos y hasta miles de millones de pesos se hayan fugado hacia las arcas del PRI? Es de no creerse.
Tercera: a pesar de ser la campaña con más dinero, spots, medios, personal, asesores, propagandistas, comunicadores y asistentes, la de Pepe Meade – les guste o no reconocer -, solamente les ha alcanzado para una sola frase, chabacana y hasta trivial: “#YoMero”. Y ya. Hasta allí. No dieron para más. ¿O alguien recuerda una propuesta o frase memorable, brillante o profunda de Meade como candidato? Pues no. Solamente les ha alcanzado para el simplista #YoMero.
Por eso, en Los Pinos y en el PRI están desesperados: porque Meade está estancado en el tercer lugar de las preferencias electorales y así arrancó en abril. AMLO lo aventaja al dos por uno. Meade está más cerca de Margarita Zavala que del tabasqueño.
Por eso, el TEPJF revivió en la boleta electoral a El Bronco: para que se convierta en otro jilguero más que ataque a AMLO durante campaña y debates, que se le vaya a la yugular y le reste votos en el norte del país, donde cada día está mejor posicionado Andrés Manuel. No le demos muchas vueltas: ese es el motivo central de la vergonzante decisión del tribunal al resucitar la candidatura del regio.
Por eso, su desesperación los llevará a atacar a AMLO para intentar debilitarlo con la presencia del Bronco quien, de un plumazo, se ubica como el ariete que utilizarán desde Los Pinos para intentar aflojar a López Obrador.
Y por eso vendrá más guerra sucia contra AMLO.
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La decisión del TEPJF al ordenarle al INE registrar como candidato presidencial independiente a Jaime Rodríguez, alias El Bronco, es uno de los eventos más vergonzantes, sucios y dañinos para la democracia mexicana. Las opiniones y condenas de especialistas, académicos y opinión pública en contra del tribunal, es unánime: el Bronco hizo trampa al registrar un 58% de firmas apócrifas; 810, 995 firmas no fueron encontradas en el listado nominal; 158,532 simulaciones de firmas…y aun así será candidato. ¡Vaya desvergüenza del Tribunal!
Y lo más preocupante: ¿Es este el Tribunal que calificará, en lo jurídico y en lo legal, quién será el próximo presidente de México? La respuesta es sí.
Las sospechas y dudas sobre la honorabilidad del TEPJF, no son gratuitas. Sobran motivos para desconfiar de la actuación de sus magistrados.
Recurro a mi nuevo libro “1/Julio/2018: Cambio radical o dictadura perfecta” (Edit. Random House/Aguilar), donde se alerta por la innegable falta de confianza hacia nuestros árbitros electorales.
De la entrevista con Eduardo Huchim:
¿Confía usted, plenamente, en el INE y en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación?
(EH): – El INE no es enteramente confiable, pero ofrece cierta garantía de que puede hacer medianamente bien las cosas, si prevalecen en su interior los criterios y posiciones -que se perciben minoritarios- que pugnan por la imparcialidad y el rigor frente a las frecuentes violaciones legales y excesos del PRI y sus aliados. Está en duda si resistirán el canto de las sirenas y las presiones del gobierno y su partido. Un rubro donde se abre una enorme interrogación, es si podrá el INE frenar la presencia de dinero ilícito en las campañas, sobre todo para el PRI. Hasta la primavera de 2018, la fiscalización sigue siendo el talón de Aquiles del INE, porque no se ven garantías de que pueda determinar el gasto real de las campañas y precampañas electorales. Prueba de esa incapacidad fue la elección del estado de México, donde corrieron ríos de dinero ilegal y el INE determinó que el gasto del candidato priista y hoy gobernador, Alfredo del Mazo, fue de 168.2 millones de pesos, lejos del límite fijado por la autoridad electoral, que fue de 285.5 millones. Esa campaña costó en realidad diez veces más o quizá el gasto fue aún mayor. Si el INE no es enteramente confiable, el TEPJF es enteramente inconfiable. A lo largo de 2017, sentencia tras sentencia, acreditó su manifiesta parcialidad por el PRI y en el primer trimestre de 2018, su parcialidad continúa…”.
De la entrevista con José Antonio Crespo:
¿Confía usted, plenamente, en el INE y en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación?
(JAC): – No confío plenamente en el INE y menos en el TEPJF. El INE se ha mostrado timorato en aplicar sanciones e intervenir para impedir irregularidades, y hay ahí una bancada del PRI de cuatro de los once consejeros. En el TEPJF se denota una inclinación más pronunciada a favor del PRI, pues cuatro de los siete magistrados constituyen la bancada del PRI.
Hasta aquí extractos de esas entrevistas. El diagnóstico es grave y debe preocuparnos.
Así, angustiados por que AMLO cada vez está mejor afianzado en su carrera hacia la Presidencia, en Los Pinos consideraron que revivir al Bronco les redituará beneficios políticos-electorales suficientes para disminuir al tabasqueño y subir a Meade. No se explica de otra manera tamaña decisión.
Pero deberán tener cuidado: desde ahora se calcula que El Bronco le restará mayor número de votos – por el perfil de sus electores en Nuevo León-, a Ricardo Anaya y al propio José Antonio Meade.
La porquería del TRIFE podría ser un efecto bumerang en contra de Meade y, por tanto, de Peña Nieto y compañía.
Es la guerra por la Presidencia.
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Lodo, acusaciones, mentiras y ataques, veremos, escucharemos y tragaremos, de aquí al último miércoles de junio. La lucha por el poder en cualquier parte del mundo es encarnizada, no sólo en México.
“Peña Nieto y sus cercanos saben que perder la Presidencia, puede implicar una persecución que los lleve a la cárcel…”, advierte Alfonso Zárate, analista lúcido, dentro de mi libro. No se equivoca Zárate: el pavor de la prisión es una pesadilla permanente para Peña y compañía.
De ahí, la angustia por mantenerse en el poder vía Meade.
Y de ahí, su obsesión por aniquilar – literal- a AMLO.
Al costo que sea.
TW @_martinmoreno
FB / Martin Moreno