viernes, 1 de septiembre de 2017

Escala la crisis en el PAN; se acusan de corruptos y traidores

Ernesto Cordero. Negociaciones con el PRI. Foto: Miguel Dimayuga

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La crisis interna en el Partido Acción Nacional (PAN) escaló a niveles insólitos con las acusaciones de corrupción y traición contra Javier Lozano, Salvador Vega, Roberto Gil Zuarth y Ernesto Cordero –tres secretarios de Estado y particular de Felipe Calderón–, luego de que este último fue electo presidente del Senado sin el aval de su bancada y que perfila la aprobación del priista Raúl Cervantes como fiscal general.
“Los compraron”, afirma el senador panista Jorge Luis Preciado, quien llama la atención del silencio de Calderón y de su esposa, Margarita Zavala, aspirante a la candidatura presidencial del PAN, sobre el comportamiento de los senadores a los que no vacila en llamarlos traidores. “¡Por supuesto que lo son!”
A su vez, el diputado Jorge López Martín, vocero del grupo parlamentario del PAN, repudia la elección de Cordero como presidente del Senado, porque la bancada y la dirigencia nacional, encabezada por Ricardo Anaya, habían acordado que este cargo lo asumirían las senadoras Adriana Dávila y Laura Rojas, seis meses cada una.
“Esto obedece a una operación del gobierno, seguramente hay prebendas”, asegura López Martín, quien coincide con Preciado en que a los senadores Cordero, Lozano, Gil Zuarth, Vega, así como a José Luis Lavalle y Octavio Pedroza, seguramente van a avalar también al priista Cervantes como fiscal general de la nación, que garantizaría impunidad del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Es probable también, afirman en entrevistas por separado, que estos senadores aprueben otras leyes prioritarias para el gobierno de Peña Nieto, y ante ello ningún panista puede quedarse callado, menos Calderón y su esposa Margarita Zavala. “No hemos visto que se esté deslindando”.
–¿Margarita Zavala lo avala?
–El que calla otorga.
Según el diputado federal, quien es consejero nacional, los senadores que votaron con el PRI deben ser expulsados del PAN.
Este episodio del “PAN colaboracionista”, como llama Preciado, recuerda cuando, en 2003, Arturo Montiel, tío y jefe de Peña Nieto, compró a 13 diputados locales del PAN para quitarle la mayoría a la oposición y dársela al PRI.
Catorce años después, Peña, quien fue secretario de Administración de Montiel, hizo lo mismo con seis senadores del PAN, cuatro de ellos miembros del gabinete de Calderón.

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