CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Andrés Manuel López Obrador aseguró que la actual campaña contra migrantes en Estados Unidos no es sólo un asunto de carácter económico sino, fundamentalmente, de interés político.
“Un grupo está sacando provecho del sentimiento nacionalista que permanece aquí y en otras partes del mundo”, dijo el dirigente nacional de Morena desde la Plaza Olvera, en Los Ángeles, California.
Indicó que existe un malestar por el desempleo y los bajos ingresos, así como en la Alemania anterior a Adolfo Hitler había descontento por la inflación. Pero, agregó, culpar de estas desgracias a determinados grupos sociales o culturales, nacionales o extranjeros, tiene una obvia connotación política.
A Donald Trump y al grupo que lo asesora les ha dado resultado azuzar a integrantes de ciertos estratos de la sociedad estadunidense en contra de los inmigrantes y, en particular, los de nacionalidad mexicana, señaló el excandidato presidencial.
“El discurso de odio y la cizaña en contra de los extranjeros, les permitió ganar la presidencia y suponen que van a mantenerse y reelegirse en el gobierno alimentando el odio de unos sectores contra otros”.
López Obrador pidió no menospreciar la capacidad de los actuales gobernantes de Estados Unidos: no son tontos; el discurso pendenciero de Donald Trump obedece a una calculada y fría estrategia política, destacó.
El contenido, la técnica y la propaganda utilizada se inspiran en la teoría concebida en el siglo pasado sobre la defensa del “espacio vital” frente a supuestos enemigos externos y en la exaltación de la superioridad y el patriotismo.
“Durante la pasada campaña presidencial se cometió el error de no advertir la eficacia de la estrategia política sustentada en despertar el odio y el nacionalismo. No se le dio importancia o no supieron contrarrestarla. Pero aún es tiempo de atender las causas del problema y aminorar los daños. Empezando por reconocer que la fobia contra lo externo ha penetrado bastante”, explicó.
Ejemplificó que hace unos días, se dio a conocer, en varios periódicos, el hecho de que una pareja de estadunidenses cenó en un restaurante en Texas y dejó en la nota de pago un mensaje que decía: “La comida fue deliciosa y el servicio fue atento, sin embargo, el propietario es mexicano, no volveremos”, rematando con la frase de Trump, “América es primero”.
Señaló que estos astutos pero irresponsables gobernantes neofascistas quieren construir muros para hacer de Estados Unidos un enorme gueto y equiparar a los mexicanos en general, y a los paisanos migrantes en particular, con los judíos estigmatizados e injustamente perseguidos de la época de Hitler.
Por eso, dijo López Obrador, ante semejante barbaridad, no se debe limitar las acciones a la protesta y a la denuncia en el ámbito internacional, sino considerar como esencial la labor de información al interior de Estados Unidos.
Por ello, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena llamó a hacer frente a la campaña de odio y de violación de los derechos humanos que se lleva a cabo en Estados Unidos en contra de los migrantes, especialmente los mexicanos.
Pidió dirigir toda la atención en hacer ver a los estadunidenses de buena voluntad, que son muchísimos, que están siendo víctimas de la manipulación y el engaño.
Planteó que “debemos dedicar más tiempo al estadunidense de la provincia y de las pequeñas ciudades, el estadunidense que posee valores cívicos, morales y espirituales y que, sin embargo, vive en la desesperanza y está siendo envenenado de odio contra los trabajadores migrantes”.
Precisó que Trump ganó 2 mil 548 condados, mientras que Hillary Clinton triunfó únicamente en 472, aun cuando éstos representen el 64 por ciento de la actividad económica nacional.
Indicó que es en los pequeños condados donde hay más afectados por la recesión económica producida en 2008 y en esos lugares no se han recuperado los empleos perdidos en la industria, en la cual se ocupa más la población anglosajona, mientras que en los últimos años, los nuevos empleos se han venido creando básicamente en el sector de los servicios en las grandes áreas metropolitanas, donde se emplea más a los trabajadores latinoamericanos, asiáticos y afroestadunidenses.
El exjefe de gobierno capitalino urgió a estar comunicados con la población más golpeada por la recesión económica. “Hay que explicarles con argumentos la causa de la crisis que les afecta; debemos hacerles ver que si ellos no tienen trabajo, buenos salarios y bienestar, no es por culpa de los migrantes, sino por el mal gobierno que castiga a los de abajo y a las clases medias y beneficia únicamente a los potentados”.
Expuso que al pueblo de Estados Unidos se le tiene que explicar que ante la crisis del 2008 se buscó primero salvar a los organismos financieros en quiebra.
Además, continuó, se les tiene que hablar de la mala distribución del ingreso, pues mientras ellos pagan impuestos elevados, los más ricos contribuyen con muy poco.
Señaló que a los estadunidenses se les tiene dar a conocer que las fábricas más grandes instaladas en México son de inversionistas o empresarios estadounidenses que exportan mercancías y ganancias a Estados Unidos y que dejan muy pocos beneficios en empleo y en impuestos en la nación mexicana; que muchas empresas están automatizadas y pueden aumentar la producción sin uso intensivo de mano de obra.
Destacó que la generación de empleos en la Unión Americana no depende únicamente de que las empresas no emigren de Estados Unidos, sino de muchos otros factores. Tal es el caso de México, en donde, a pesar de que se habla del éxito del modelo exportador, la economía ha permanecido estancada durante tres décadas.
“El fomento de una economía para las élites no significa ni desarrollo ni creación de empleos”, enfatizó López Obrador.
Mencionó que Trump con frecuencia sostiene que Estados Unidos compra más de lo que vende a México, que existe formalmente un déficit de 60 mil millones de dólares, pero esto no es del todo cierto, porque las exportaciones mexicanas contienen un alto porcentaje de capital, tecnología e insumos estadunidenses.
En otras palabras, explicó: “si fuera cierto que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) solamente beneficia a México, nuestra economía no permanecería estancada ni habría migración”.
Recordó que en 1970, cuando las exportaciones de México sólo representaban el 7.8 por ciento del PIB, el crecimiento de la economía era de 6.5 por ciento, mientras que ahora, cuando las exportaciones significan el 35.3 por ciento del PIB, la economía solo crece en 2.5 por ciento.
“No somos, por lo tanto, un país que está creciendo con base en la apertura externa, pues a pesar de que exportamos mucho en valor, también importamos la mayor parte de ese valor”, comentó a externar que estos y otros argumentos deben darse a conocer a los estadunidenses.
Anotó que esgrimiendo razones se pueden convencer a la población afectada por la crisis que sin odios ni rencores, es posible construir mejores sociedades en ambos lados de la frontera, con el ideal de la justicia y de la fraternidad universal.
Aseguró que “en vez de la hostilidad, lo más conveniente para nuestros pueblos y naciones es el respeto, el entendimiento mutuo y la cooperación para el desarrollo”.
Convocó a los académicos e intelectuales estadunidenses poseedores de valores cívicos, sociales y democráticos a la elaboración de un plan que recoja ideas que permitan convencer y persuadir a los trabajadores y a las clases medias de Estados Unidos que los migrantes no son sus enemigos, sino sus hermanos, admirables seres humanos que, al igual que los fundadores de esta gran nación, se vieron obligados a salir de sus lugares de origen por necesidad y no por gusto.
“Debemos contrarrestar con fundamentos la estrategia de Trump y sus asesores. No con gritos o insultos ni respondiendo a las provocaciones, sino con inteligencia, sabiduría y dignidad, con el método de la no violencia. Esta es una batalla que debemos dar en el terreno de las ideas”, manifestó López Obrador.
Aseguró que es una lucha contra los que atizan el egoísmo, y en defensa de los olvidados para que no siga creciendo en ellos el resentimiento contra los que no son de su clase, de su nacionalidad o de su religión. “Al discurso del odio hay que responderle con el principio espiritual del amor al prójimo”, subrayó.
Indicó que incitar al odio contra los migrantes es una forma de atentado contra la humanidad, porque “nos hicimos humanos caminando. Nuestros ancestros, los de todos, salieron de África, llegaron a Medio Oriente, a Europa, posiblemente a México; está comprobado que se asentaron en Asia y desde allí poblaron el Continente Americano”.
Insistió que la migración es el fundamento de las naciones y Estados Unidos es un ejemplo. La fuerza de las culturas vivas está en la suma de todas las influencias, de todas las lenguas, de todas las inteligencias.
“Los humanos hemos caminado mucho y hemos poblado casi todo el planeta pero venimos todos de una misma cuna. Hoy en día reconocemos nuestra historia compartida mediante el valor universal de la fraternidad”, argumentó.
Destacó que cuando se erige un muro para segregar a las poblaciones o cuando la palabra “extranjero” es utilizada para insultar, denigrar y discriminar a nuestro semejante, se ofende a la humanidad, a la inteligencia y a la historia.
“Sin embargo, estoy optimista, considero que el muro y la demagogia del patrioterismo no podrán con el talento y la dignidad del pueblo estadunidense. Apuesto a que con argumentos, la fuerza de la opinión pública terminará por hacer entrar en razón a quienes, como Donald Trump, optan por el uso de la amenaza y de la fuerza”, manifestó.
Desde el estado de California, refugio bendito de migrantes, y al recordar a César Chávez, un luchador social excepcional, quien nos enseñó que la libertad no se implora, se conquista, López Obrador expresó a todos los mexicanos de este lado de la frontera “nuestra más sincera solidaridad, activa, comprometida, apasionada y fraterna. Igual que a los latinoamericanos y a todos los migrantes del mundo”.
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