Jaime Avilés (@desfiladero132)
10 de febrero 2017.- ¿Cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler? ¿Cuántos millones de células con colita hay en un mililitro de semen? ¿Cuántas personas de buena o de mala fe marcharán el domingo, codo a codo con Isabel Wallace y Enrique Krauze, por la unidad nacional de Peña Nieto, Videgaray, Chong, Murillo Karam y Javier Duarte?
¿Cuántos minutos de sueño perderá Trump luego del desfile de la derecha patriotera? ¿Cuánto mejorarán los modales del patriarca de Washington en su relación con nuestro presidentito? Pase lo que pase este domingo, la estupidocracia no saldrá fortalecida: la movilización, promovida desesperadamente por Televisa, será como inyectarle Viagra a un eunuco: no levantará nada, ni siquiera la aprobación de Peña —12 por ciento—, y de seguro no impresionará a Trump.
¿Entonces para qué van a manifestarse los empresarios que no pagan impuestos, los intelectuales que aplauden aquí la represión que condenan en Venezuela, los rectores de la UNAM y de la Ibero y los violadores de derechos humanos agrupados en el hashtag #VíborasPorMéxico?
Otrosí (o tal vez no): ¿Es una marcha para respaldar a Peña, el eunuco, o a Videgaray, al que no tardan en darle un trapeador y una jerga la próxima vez que vaya al Departamento de Estado? Para no adelantar vísperas, propongo estas reflexiones destinadas a descubrir el origen de nuestra catástrofe y las vías de salida para superar, no esta crisis, sino esta etapa histórica.
Un genio así no lo tiene ni Aladino
Hombre “pre-pa-ra-dí-si-mo”. Discípulo favorito de Pedro Aspe Armella, autor del modelo de negocios conocido como “instrucciones para vender un país y comprarlo en el mismo sexenio”. Estratega que va siempre veinte jugadas más adelante de sus adversarios. Un genio que ya hubiera querido Aladino.
Por su importancia en el gabinete, Luis Videgaray es el segundo principal responsable del fracaso de este gobierno, pero es también el que diseñó el proyecto de Peña desde el fraude electoral de 2012. ¿No fue Videgaray el arquitecto de la estructura financiera que, enlazando cuentas bancarias por medio mundo, introdujo al país cinco millones de dólares del crimen organizado, los lavó por medio de Monex y Soriana, y los usó para comprar millones de votos para el candidato del PRI?
¿No fue Videgaray quien se encargó del casting para conocer a los directores de los medios y hablar de contratos de publicidad, de pagos mensuales y anuales y otras recompensas a cambio de que, por ejemplo, jamás difundieran que Peña no sabe cómo se llaman las capitales de los estados? ¿No es por culpa de Videgaray que siguen pendientes de cobro facturas de 2013, 2014, 2015, 2016, por decenas de millones de pesos que tienen casi en bancarrota a varios periódicos?
¿No fue Videgaray el que planteó la ecuación: dinero que deje de darnos Pemex lo compensaremos con el dinero del IVA? ¿No es Videgaray el que se puso a cobrar impuestos en las zonas fronterizas, encareció todo y arruinó la economía de los pobres en los paraísos turísticos? ¿No fue la pérdida de poder adquisitivo de los pobres lo que redujo el volumen del IVA? Y como cereza del pastel, ¿No fue Videgaray, el supersecretario de Hacienda, el que aumentó de 5 mil a 9 mil billones de pesos la deuda pública?
Gracias a Videgaray, la deuda pública equivale a más de la mitad de lo que produce México, el 51 por ciento del Producto Interno Bruto. Gracias a Videgaray estamos donde estamos. Una buena pregunta es: ¿Por qué si Videgaray es tan incompetente, destructivo y nefasto, hoy está al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores? ¿Por qué debo salir el domingo a apoyarlo?
La primera movida diplomática de Videgaray fue un plagio: si el emperador Moctezuma envió a Cortés un mensajero cargado de regalos en señal de cordialidad, Videgaray, un día antes de su primera visita oficial a Washington, convenció a Peña y Hacienda anunció que dejaba de cobrar impuestos a los campesinos de Estados Unidos que exportan papa, cebolla y chile a México. ¿Resultado? Chile, sobre todo, fue lo que obtuvo Videgaray en Washington: léase, la famosa llamada de Trump al presidentito.
Con apoyo artificial, Peña mostrará después de la marcha #VíborasPorMéxico que es más débil de lo que parece. Lorenzo Meyer, en el Reforma de ayer, tocó un tema que esta columna abordó en noviembre: las coyunturas internacionales en que se produjeron los grandes cambios en el país. Las colonias españolas de América se independizaron cuando Francia invadió España, Benito Juárez derrotó a Maxiliano cuando Francia fue amenazada por Prusia, la revolución de 1917 triunfó porque Estados Unidos miraba a Europa, la expropiación petrolera se llevó a cabo porque en Europa iba a estallar la segunda gran guerra.
El éxito de nuestros gobernantes, en situaciones críticas, depende en mucho de cómo entiendan la coyuntura internacional. Peña necesita apoyo popular real y puede obtenerlo. Como primera medida, que decrete la reducción al 50 por ciento de los salarios de aquellos servidores públicos que ganen más de 100 mil pesos al mes. Como segunda, reestructurar el presupuesto de egresos y anular el aumento a los precios de las gasolinas, el diesel, el gas y la electricidad.
Tres. Sacar a Javier Duarte de la mansión donde lo tenga escondido y entregarlo a la justicia junto con Fidel Herrera, Beto Borge, Tomás Yarrington, Humberto Moreira, César Duarte, Gabino Cué, la señora Wallace y Jesús Murillo Karam. Si con este tipo de medidas Peña no logra movilizar a las masas y convertirse en un ídolo del pueblo, deberá reconocer que lo suyo, lo suyo no es la política.
Y como lo suyo, bien lo sabemos, no es la política, el domingo, después del desfile de #VíborasPorMéxico, volveremos a lo mismo: a Peña Nieto se le acabó el sexenio el año pasado y le faltan muchos meses. No puede hacer nada ante Trump. Pero nosotros sí podemos hacer algo: exigirle que destituya a Videgaray, anule el gasolinazo, suspenda la construcción del absurdo aeropuerto en el lago de Texcoco y aplique medidas de austeridad para impulsar programas urgentes de empleo, entre ellos, por ejemplo, fundar una nueva red nacional de ferrocarriles para pasajeros, acondicionar los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos para que de Oaxaca a Veracruz pasen más mercancías de Asia a Europa que por el canal de Panamá, reactivar las refinerías, cosas por el estilo…
1 comentario:
En esta ocasión Mi apreciado Jaime, inauguras el periodismo ficción. Los que fuimos a la marcha no apoyamos a Peña. Todo lo demás tiene razón, pero las plañideras no resuelven nada.
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