Hasta nueve de cada 10 se alimentan con dulces y refrescos, aseguran expertos
Es la causa de que un tercio de infantes y adolescentes tengan sobrepeso y obesidad, explican
Ángeles Cruz Martínez
Periódico La Jornada
Martes 13 de diciembre de 2016, p. 31
Martes 13 de diciembre de 2016, p. 31
En México, 80 por ciento de los niños de seis meses a cuatro años de edad no comen carne y sólo la mitad consume vegetales, pero entre 62 y 90 por ciento ingieren dulces y sobre todo refrescos. Eso explica que un tercio de niños y adolescentes vivan con sobrepeso y obesidad, y tengan riesgo cuatro veces mayor de desarrollar diabetes, afirmó Salvador Villalpando, jefe del departamento de gastroenterología y nutrición del Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG).
En contraste, 38 por ciento de los infantes de uno a dos años tiene anemia por deficiencia de hierro a causa del bajo consumo de carne y vegetales. Advirtió que es inadecuado dar a los niños bebidas azucaradas o productos con exceso de sal.
Por este motivo, el país enfrenta un grave problema de salud que se resolverá solamente con la prevención, es decir, asegurando que desde la gestación y el nacimiento los niños consuman los nutrimentos necesarios para un sano desarrollo. Atender a los infantes cuando ya están obesos
es llegar tarde, pues difícilmente se logra que vuelvan a tener peso normal.
Cada año en el HIMFG 400 nuevos pacientes con obesidad se someten a tratamientos clínicos para bajar de peso y prevenir o atender los padecimientos asociados, pero únicamente 6 por ciento consigue reducir algunos kilos para llegar a la condición de sobrepeso (que aún no es el peso normal) y se mantiene así al año de la terapia. Esto significa que 94 por ciento no lo logra.
Este es un fenómeno que ocurre en México y el mundo, indicó el especialista. Uno de los obstáculos es la falta de apego a buenos hábitos de alimentación.
Son casos de excepción los pacientes que alcanzan un peso normal. Villalpando recordó ayer a Zaira, de 14 años, quien medía 1.65 metros y pesaba 98 kilogramos. Dos años se mantuvo en 72 kilogramos.
En conferencia de prensa, Villalpando y dos médicas del área de nutrición del HIMFG presentaron la guía de alimentación complementaria para el niño sano, elaborada por un grupo interinstitucional de especialistas, con el propósito de contribuir a la prevención.
El documento propone los alimentos y las porciones que corresponden a cada grupo de edad. Esto es relevante porque con una investigación se detectó que los pequeños de seis a 11 meses consumen 40 calorías de más a diario, pero en el grupo de uno a cuatro años el exceso en la ingesta es de 221 a 240 kilocalorías por día.
En otro estudio se encontró que 9 por ciento de los niños de seis a 11 meses y 3 por ciento de los de uno a dos años consumen cereal, 80 por ciento no come carne y sólo la mitad consume vegetales, pero la mayoría ingiere dulces y entre éstos, los más frecuente son los refrescos.
La guía plantea que la alimentación complementaria a la leche materna debe iniciar a los seis meses de nacidos con porciones adecuadas y crecientes para cada grupo de edad y con productos de los cuatro grupos de alimentos: cereales, carne, verduras y frutas.
El texto identifica prácticas inadecuadas como dar a los niños bebidas azucaradas (refrescos), leche entera de vaca antes del año de edad, así como alimentos de alta densidad energética con azúcar añadida, como jugos o yogurt de sabor.
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