Por: Redacción (@revistapolemon)
28 de julio 2016.- El ex presidente priista Carlos Salinas de Gortari pidió a los mexicanos dejar de lado el populismo de Andrés Manuel López Obrador, a quien se refirió como ” el otro innombrable” y olvidándose de ser el principal promotor del neoliberalismo en México, criticó el sistema económico que él impuso durante su gobierno.
“Dejemos de lado ese neoliberalismo que significa abusos del mercado y un individualismo egoísta y posesivo. Pero también el populismo, no voy a decir nombres (risas), es el otro innombrable (risas). Dejemos de lado también el populismo que no es otra cosa que los abusos del Estado y que pone a la gente en lugar del pueblo”.
En su papel de conferencista, Salinas de Gortari expuso que “ni la libre competencia es sinónimo de libertad libre, ni el Estado interventor lleva a más justicia, ya lo hemos vivido esos dos excesos en nuestra gran nación”.
Carlos Salinas de Gortari en Acapulco, Guerrero.
Frente al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, empresarios y políticos reunidos en el evento Era Familiar Princess 2016, celebrado en Acapulco, Salinas de Gortari defendió el Tratado de Libre Comercio entre México, Canadá y Estados Unidos que él firmó, pues desde su perspectiva “fue una decisión mayúscula, fundamental y tuvimos que lanzarnos en un cambio de 180 grados a una negociación que con el tiempo se está viendo que tiene y ha tenido un resultado beneficio para los tres países”.
Y después fustigó al candidato republicano Donald Trump, por anunciar que de ser presidente una de sus primeras acciones será eliminar el TLC.
“Ese que anda diciendo que eliminar el tratado porque representa un subsidio de México a EU, pero si nosotros somos la economía más pequeña, ¡caramba! Lo que nos ha permitido a los tres países una gran sinergía es que producimos como la región de América del Norte”.
Sobre la privatización los bancos nacionalizados, Salinas dijo que su intención era que se “quedarán en manos de los mexicanos y no de los extranjeros”. Y después ya no quiso tocar el tema.
Al final de su intervención, una persona del público le cuestionó sobre la razón por la que no opina sobre lo que ocurre en el presente, Salinas contestó: “La pregunta se responde por sí misma, porque no me meto en los asuntos del presente, porque no son mis asuntos, yo estoy pensionado y desempleado”.
Carlos Salinas de Gortari. Foto: Especial
Salinas y el neoliberalismo
Durante su gobierno (1988-1994), Salinas de Gortari autorizó la venta de los bancos nacionalizados por el ex presidente José López Portillo en 1982 y subastó a precios módicos 400 empresas públicas como Telmex y Mexicana de Aviación.
Salinas realizó también una modificación a la ley minera en la que abrió las puertas a la inversión extranjera. Desde entonces, el 70 por ciento de las concesiones, que suman 92 millones de hectáreas en el territorio nacional, están en manos de extranjeros.
En el campo, Salinas reformó el artículo 27 constitucional para terminar con el reparto agrario y permitir el arrendamiento y venta de la tierra para capitalizarla, lo que provocó el despojo a los ejidos para “convertir su patrimonio, hasta entonces colectivo, en propiedad privada”, según refiere en un artículo publicado en La Jornada, el abogado especialista en derecho indígena, Francisco López Bárcenas.
Con la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Salinas comenzó el desmantelamiento del campo mexicano, pues al permitir la importación de productos y alimentos, puso a competir de manera desigual a los campesinos con sus similares extranjeros. Antes del acuerdo, el país importaba el 19 por ciento de los alimentos; hoy la dependencia es del 42 por ciento.
No es la primera vez que el ex presidente Carlos Salinas se retracta sobre el carácter neoliberal de su gobierno. Hace unos meses, durante una conferencia en una universidad de Madrid, el ex mandatario dijo que ese sistema “sólo propone abusos en el mercado para el individualismo posesivo”.
En 2011, entrevistado por ADN Político, Salinas de Gortari afirmó que el neoliberalismo inició en 1995, año en el que había ya concluido su mandato.
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