Traidor y ladrón |
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente suspendido de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, apartado en mayo del cargo por la Corte Suprema debido a acusaciones de corrupción, renunció este jueves al puesto aunque no a su escaño como diputado.
“Solamente mi renuncia puede ayudar a estabilizar la Cámara”, dijo Cunha, con lágrimas en los ojos, en referencia al caos que vive el órgano legislativo desde que fue apartado del cargo.
La Cámara de Diputados de Brasil es presidida desde entonces de forma interna por Walter Maranhao, recordó la agencia Xinhua.
Cunha fue el responsable de iniciar en diciembre pasado el proceso de destitución de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, de quien es un declarado enemigo, por supuestas irregularidades fiscales.
El legislador también puede perder próximamente su escaño como diputado en un proceso abierto por el órgano legislativo.
Tras ser aprobado en la Cámara Baja el envío al Senado del caso contra Rousseff por amplia mayoría, Cunha pasó a ser el primero en la línea de sucesión a la presidencia del país, que ocuparía siempre que el titular viajase fuera.
Ante tal posibilidad, la Corte Suprema reaccionó rápidamente y lo suspendió del cargo, debido a las denuncias que hay en su contra por supuesta corrupción en el caso de la empresa estatal Petróleo Brasileño Sociedad Anónima (Petrobras).
“Tengo la conciencia tranquila”, porque “contribuí a que el país esté mejor y a librarlo de un gobierno criminal” que “hundió en el caos a la sociedad brasileña”, aseguró Cunha en rueda de prensa.
El diputado se refirió en estos términos a la decisión de haber iniciado los trámites para el juicio político a Rousseff, que podría costarle el cargo, quien el 12 de mayo fue apartada de sus funciones.
“Libramos a Brasil de un gobierno que cometió crímenes de responsabilidad y que era inoperante. Todo eso me enorgullece”, dijo Cunha en referencia a las denuncias contra Rousseff por supuestas irregularidades fiscales.
El legislador, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el mismo del presidente en funciones, Michel Temer, deseó “el mayor éxito” al actual gobierno, que acabará el mandato vigente si finalmente Rousseff es destituida por el Senado en agosto.
Pese a que siempre dijo que no renunciaría al cargo y que es inocente, Cunha perdió apoyo entre los congresistas en las últimas semanas, al tiempo que se incrementaron las denuncias en su contra.
Varias de estas denuncias fueron de delatores en el caso, con documentos del Ministerio Público de Suiza que confirman que el legislador tiene cuentas en el país helvético con dinero que presuntamente procede de la red de corrupción en la petrolera estatal.
La justicia brasileña también investiga, además de Cunha, a su esposa Claudia Cruz y a su hija, quienes supuestamente se habrían beneficiado del dinero desviado ilegalmente de Petrobras.
En su declaración, Cunha expresó “confianza” en la justicia brasileña y reiteró que demostrará su inocencia, además de que no tuvo participación alguna en las corruptelas detectadas en la petrolera estatal.
Con esta renuncia, la Cámara Baja deberá realizar ahora nuevas elecciones para elegir a su presidente, actualmente en manos de forma interina por el diputado Waldir Maranhao, quien es rechazado por la gran mayoría de los integrantes.
La falta de apoyo que tiene Maranhao con sus colegas mantiene casi paralizados los trabajos legislativos, lo cual, según Cunha, podrá ser remediado con su renuncia y una nueva elección interna en ese órgano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario