jueves, 12 de mayo de 2016

¿Capitalinos corruptos?

polucion

José Antonio Sosa Plata
@RafaelPacchiano, secretario del Medio Ambiente, anunció que el gobierno emitirá en julio una nueva norma para fortalecer el control de verificación vehicular en la #CDMX. En conferencia de medios dio a entender que la medida es necesaria porque 1.7 millones de autos obtuvieron el holograma cero o doble cero de forma “indebida” o mediante “corrupción”.
El argumento es sorprendente
Y no porque no supiéramos que todos los días hay #corrupción en los verificentros de la capital y del área conurbada, sino por la impresionante magnitud del número informado.
Se trata de una situación preocupante
Aunque Pacchiano no lo dijo abiertamente, varios medios de comunicación dieron por hecho que los automovilistas aceptaron pasivamente o se involucraron de manera proactiva con los operadores de los establecimientos para actuar en forma corrupta.
El caso amerita una investigación a fondo
La clausura de 37 centros de verificación durante la actual administración (cuatro en lo que va del 2016) es un dato significativo, pero que muestra desafortunadamente su ineficacia ante el descaro con que operan los responsables y trabajadores.
Por donde se le vea, es una situación grave
Primero, porque las sanciones que las autoridades responsables han aplicado parecen muy pequeñas frente a las dimensiones que ha adquirido el problema. Segundo, porque en la corrupción han participado cientos de miles de ciudadanos.
La impunidad avanza
En contraste, y aunque resulte paradójico, parecería que los esfuerzos para disminuirla están favoreciendo a la cultura de la corrupción y deteriorando seriamente el tejido social.
Por eso, la redefinición de reglas es insuficiente
Si resulta cierto que un millón setecientos mil ciudadanos se han involucrado durante los últimos meses en un acto de corrupción para poder circular todos los días, ¿de qué tamaño es la que se registra en otras áreas de trámites y servicios, tanto a nivel federal como local?
¿Acaso es cierto que “la #corrupción somos todos”?
Por supuesto que no. Pero si el problema está creciendo en dichas proporciones —ya sea por necesidad, conveniencia o interés particular— es muy poco lo que podrá hacerse para consolidar una ley anticorrupción como la que ahora está discutiéndose en el Poder Legislativo.
Se tiene que cambiar el paradigma
Es momento de retomar la visión de que la corrupción y la impunidad no están ni se generan sólo desde un lado, pues ahí está la otra cara de la moneda, la que no se ha querido ver porque se tiene miedo a las reacciones adversas de algunos grupos sociales.
Para corregir se requiere una solución integral
Si las autoridades quieren corregir a fondo, hay que trabajar en diversos frentes: legal, cultural, político, económico, mediático y social, por mencionar los más importantes.
Se tendría que lanzar una gran cruzada
Sin embargo, es obvio que aún no están dadas las condiciones para el cambio. No se quiere, no se sabe o no se puede. Los conflictos de interés, la lucha del poder por el poder (sin respetar los límites que marcan las leyes y la ética) o el miedo a reducir los niveles de popularidad o votos en las elecciones lo impedirán por mucho tiempo.
A pesar de todo, no hay que bajar la guardia
Los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil tienen una oportunidad ante la que no pueden ni deben permanecer indiferentes. ¿Por qué? Porque la contaminación en la #CDMX también es culpa de la corrupción.
La causa lo amerita
Erradicar la corrupción que surge desde una parte importante de la ciudadanía requiere un esfuerzo tan grande como el que se ha hecho en favor de aprobar la #Ley3de3. De la misma manera, el activismo en las #RedesSociales debería tomar el tema como una bandera permanente.
Los gobiernos tienen mucho qué hacer
Con nuevas estrategias y planes de #ComunicaciónPolitica hay más que ganar de lo que puedan perder. Frente a la crisis de liderazgos y partidos que vivimos desde hace años, estarían construyendo nuevos escenarios en donde la justicia sea algo más concreto que una oferta de campaña.

No hay comentarios:

Escándalos de Luis Mendoza Acevedo