CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Afuera de la agencia del Ministerio Público Federal en la delegación Azcapotzalco, Nayeli Camacho Olvera pegó su celular a su boca y, con un tono angustiado, repitió: “¡Trépense, pues!, pero necesitamos los números de las cámaras, ¡Ya!”. Su interlocutor le dijo que las placas de ciertas cámaras estaban amarradas en los postes a varios metros de altura.
Esta tarde, el pequeño grupo de compañeros y personas solidarias con Jorge Emilio Esquivel Muñoz –el ocupante del auditorio “Che” Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras detenido anoche– requería con urgencia identificar las cámaras de vigilancia instaladas afuera de la UNAM, para luego exigir a la Procuraduría General de la República (PGR) recuperar los videos de la detención.
Según Camacho, estos videos destrozarán la versión de la Procuraduría sobre el arresto de Esquivel Muñoz ElYorch –como le llaman sus compañeros— por presuntamente llevar en su mochila 50 envoltorios de cocaína en piedra, 26 pastillas psicotrópicas “Ribotril” y una bolsa con 300 gramos de mariguana “en greña”.
Los videos demostrarán, agregó, que el joven no traía mochila en este momento y que la PGR le fabricó delitos. En entrevista con Apro, Nayeli Camacho ofrece una versión de los hechos radicalmente distinta a la que la PGR detalló en su comunicado este jueves.
Cuenta que ayer por la noche se organizó un evento político-cultural para la liberación de los presos políticos y el cese del hostigamiento contra los activistas en el auditorio “Che” Guevara. En el acto participaron DJs e integrantes de diversos espacios autogestivos.
Poco después de las 21:00 horas, ella se despidió de sus compañeros, pues debía volver a su casa. Yorch le propuso acompañarla hasta la parada de autobús, ubicada a corta distancia. Como volvería al auditorio, no llevó ninguna mochila.
Según su relato, ambos salieron por la puerta principal de la UNAM, cruzaron la pequeña glorieta y llegaron a la parada “base uno”, frente a la tienda Superama del Eje 10. Ahí vieron a dos amigos con quienes platicaron un momento. A las 21:25 horas, cuando ella abrazaba a uno de esos compañeros, “oí cómo corrieron a mis espaldas”.
De inmediato, la joven se dio la vuelta y vio a unos hombres que “embistieron” a Yorch por sorpresa. “Lo taclearon como en un partido de futbol americano. Luego se formó una bola de gente, eran un chingo”, recuerda.
Más hombres corrieron hacia el tumulto. Nayeli estima que eran unos 15, todos vestidos de civil, con la base del cráneo rapado y el pelo corto, “de estilo militar”. Entonces, sigue el relato, aventaron a Yorch contra los magueyes y lo golpearon, lo arrastraron hacia una camioneta Van de color blanco sin placas.
Cuando pasó el efecto de sorpresa, la joven se acercó a su amigo, quien se resistía en el piso. Al menos tres hombres sacaron sus pistolas.
Ella pidió auxilio a gritos. Los vigilantes de la UNAM la escucharon desde la caseta de la entrada de la Universidad. Pero cuando se dirigieron hacia la parada de autobús, “cuatro o cinco nos apuntaron a todos y le quitaron el seguro a las pistolas. Fue cuando nos congelamos”, añade.
“¡Métete, métete!”, urgió un vigilante de la Universidad a Camacho mientras los hombres subían Esquivel a la camioneta. Ella corrió hacia el auditorio “Che” Guevara para advertir a los asistentes de lo que acaba de ocurrir. Muchos salieron corriendo pero la calle yacía desierta.
La llamada
Fue hasta las dos de la madrugada cuando Nayeli recibió una llamada de la PGR. Le dijeron que Yorch estaba detenido en la Unidad Especializada en Investigación de Delitos de Narcóticos Destinados al Consumo Final (UEIDCNCF), ubicada en la calle López del Centro Histórico.
Este jueves, Camacho ingresó la queja CAON1602250003 a través del portal digital de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en la que denunció la “detención arbitraria” y “fabricación de delitos” contra Jorge Emilio.
“Duró como cinco minutos. Fue rápido, muy rápido”, explica la mujer y añade: “Para mí fue un levantón, pensé que si no era la tira lo iban a desaparecer”.
Por la mañana, pudo ingresar a la sede de la UEIDCNCF y platicar 10 minutos con su compañero, aunque bajo la vigilancia de policías. “Todavía no había esta tontería de que le habían encontrado tanta droga”, cuenta. “Me dijo que lo habían madreado pero que no estaba herido”, dice mientras recuerda los rastros de un golpe en la mejilla de su compañero.
En el transcurso de la mañana, las autoridades trasladaron a Yorch a la agencia del Ministerio Público de Azcapotzalco. Una decena de compañeros acudió al edificio. Un policía vestido de civil, con walkie talkie en la mano, sacó fotos con su celular y generó molestia en el grupo.
La versión oficial y el hostigamiento
La PGR aseveró que residentes de la delegación Álvaro Obregón “aportaron datos de los lugares en que el detenido vendía droga”. Posteriormente, dijo, elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) lo ubicaron en una tienda de autoservicio ubicada en la avenida Universidad “cuando realizaba el intercambio de algo que sacaba de entre sus ropas con una mujer, quien se retiró del lugar”.
Según la versión oficial, “al abordarlo e identificarse como policías, se realizó una revisión a la maleta que portaba, en la que se encontró el narcótico mencionado, así como 400 pesos en efectivo”.
Nayeli Camacho insiste en que Yorch no traía mochila anoche y que las únicas palabras que escuchó de los hombres vestidos de civiles eran insultos contra el joven. Incluso, desmiente que se hayan presentado como policías.
Por esta razón, afirma que los videos de las cámaras de vigilancia invalidarán la versión de la PGR. Incuso, menciona que una persona se comunicó con ella en la tarde para aportar su testimonio ante las autoridades.
Alberto Moreno, otro compañero del detenido, cuenta a Apro que Yorch es un residente “visible” del auditorio “Che” Guevara: tiene el cabello pintado, se viste de punk y vive “congruentemente con su forma de pensar”. Cuenta que también estuvo presente durante la detención, aunque la vio desde lejos, pues salía de un taller de teatro.
También ocupante del “Che”, afirma que ayer por la tarde sus compañeros identificaron a tres policías vestidos de civil en los alrededores del auditorio. “Es común”, resalta, “vemos que esta persona no es estudiante, no es maestro ni trabajador”.
Según Nayeli Camacho, la detención “arbitraria” de Jorge Emilio Esquivel ofrece a las autoridades universitarias una oportunidad para poner de nuevo en la mesa el tema del auditorio “Che” Guevara.
“En los últimos tiempos no era un tema que discutía la comunidad universitaria porque el ‘Che’ logró comunicar con los estudiantes y tenía buena imagen entre la banda: Está el comedor vegetariano, hay eventos culturales y talleres”, resalta.
De hecho, detalla que Esquivel se dedicaba a confeccionar artesanías de alambres y cuero que vendía en el pasillo de la biblioteca.
“Ahora están inventando este crimen fabricado contra el compa, se está haciendo de una magnitud tal que se genera un consenso en la comunidad para desalojar ya”, advierte.
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