lunes, 2 de noviembre de 2015

Pobladores indican que normalistas desaparecidos fueron trasladados a Carrizalillo

Militares custodian la mina de Carrizalillo en Guerrero. Foto: Miguel Dimayuga
Militares custodian la mina de Carrizalillo en Guerrero. 

CHILPANCINGO, Gro. (apro).- Habitantes de Carrizalillo confirmaron que al menos un centenar de sicarios al servicio del grupo delictivo Guerreros Unidos se refugió en ese poblado tras la masacre y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, tal como lo informó proceso.com.mx el 11 de febrero de 2014.
Los habitantes del lugar rompieron el silencio y también denunciaron públicamente la existencia de fosas clandestinas: señalaron que tienen indicios de que los normalistas desaparecidos fueron trasladados a esta comunidad, donde se encuentra asentada la minera canadiense Gold Corp.
Encabezados por el comisario ejidal Ricardo López García, hicieron un llamado a los padres de los 43 estudiantes para que viajen a Carrizalillo y busquen ahí a su hijos.
El viernes 31 de octubre, vecinos de la comunidad aseguraron a medios locales que tienen indicios de que los normalistas habrían sido trasladados a ese lugar, luego de la cacería desatada en Iguala la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre.
Señalaron que en las primeras horas del 27, al menos una treintena de hombres armados procedentes de Iguala arribó a Carrizalillo a bordo de varias camionetas.
Afirmaron que los sujetos son miembros de la banda Los Peques, señalada como el brazo armado de Guerreros Unidos, y que habrían sido protegidos por la familia Peña Celso, que se refugió en Iguala después de que varios de sus integrantes fueron asesinados.
De acuerdo con los denunciantes, en esa ocasión llegaron al lugar varias retroexcavadoras, y una gran cantidad de arena destinada para una obra pública “simplemente desapareció”.
Las declaraciones se dan a conocer luego de que la semana pasada pobladores de Carrizalillo retuvieron a nueve agentes federales y un civil identificado como Modesto Onofre Peña Celso, presunto miembro del grupo delictivo Guerreros Unidos, quienes pretendían llevarse al comisario ejidal Ricardo López.
La comunidad, ubicada sobre la rivera del río Balsas, en el llamado ‘Cinturón de oro, ha padecido la confrontación entre sicarios al servicio de la banda Los Rojos y Guerreros Unidos, que buscan hacerse del control de la ruta de trasiego de drogas y las millonarias ganancias que obtienen a través del cobro de piso a la empresa minera Gold Corp.
Según los pobladores de Carrizalillo, durante la retención de los federales y de Modesto Onofre Peña Celso, este habría confesado que en varios cerros existen fosas clandestinas que fueron utilizadas por los miembros de Guerreros Unidos para desaparecer a sus víctimas.
Incluso dijeron que ellos mismos acudieron a un punto y encontraron restos humanos, motivo por el cual lanzaron un llamado a los padres de los 43 normalistas para que busquen ahí a sus hijos.
El 11 de octubre de 2014, proceso.com.mx dio a conocer, con base en un reporte federal, que un grupo de sicarios al servicio de Guerreros Unidos se había refugiado en Carrizalillo con la protección de autoridades de los tres niveles de gobierno y del Ejército, luego de ocurrida la masacre y desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa.
La nota se tituló: “Señalan a pandilleros de ‘Los Peques’ como agresores de normalistas”.

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