domingo, 15 de noviembre de 2015

¿No que somos de izquierda? .- Antonio Gershenson

Leonel Luna, líder del PRD en la ALDF

E
l domingo pasado comenté propuestas positivas de un grupo o una sección del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en favor de la unificación de la izquierda y criticando seriamente a los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN). Dije que no sólo estaba yo de acuerdo, sino que era importante después de la firma, a principios del gobierno actual, del PRD con PRI y PAN, del Pacto por México y las reformas que le siguieron, con el cual era importante una ruptura total. Y porque un sector del PRD había estando hablando con el PAN de pactos electorales regionales.
Ahora se han dado muestras de que esto ya no es sólo un peligro, sino una realidad. El martes pasado salió una noticia de la que repito el principio: “Los dirigentes estatales de los partidos Acción Nacional (PAN), José de Jesús Mancha, y de la Revolución Democrática (PRD), Rogelio Franco Castán, crearon ayer el Frente Amplio Opositor para emprender ‘el rescate de Veracruz’”.
Por si eso fuera poco, el día siguiente, el miércoles 11, en la nota titulada Analiza el PRD alianza para 2016, se habla de impulsar la creación de un amplio frente político, que involucre tanto al PRD como a Morena, Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo y Acción Nacional. El nuevo dirigente del partido estaría en eso, según la información. Si eso se confirma, ese jefe estaría con un estreno espantoso. Menos mal que en México no hay un partido nazi con el cual aliarse.
Es ridículo creer que todos esos partidos de izquierda van a aceptar la alianza con el PAN. Estos señores están fuera del mundo.
Incluso, dentro del PRD, los que firmaron los desplegados de la semana pasada a los que menciono al principio de este artículo y en el texto pasado, están contra el PRI y el PAN.
No escarmentaron con la experiencia del Pacto por México y lo que siguió, y el desastre electoral que el PRD tuvo en las pasadas elecciones.
No podemos dejar de recordar, aunque sea un poquito de nuestra historia política relativamente reciente.
El último presidente del PRI antes de los panistas, hizo todas las estupideces posibles. En su entrega fracasada a las trasnacionales, que primero fracasó en la entrega de instalaciones petroquímicas de Pemex y luego el intento de privatizar la industria eléctrica pública, retirando la iniciativa legal en ese sentido tres meses antes de las elecciones, lo cual sumado a otros fracasos, le dio la victoria ¡al PAN! No toda la gente entendió de inmediato que en varios sentidos sería un gobierno aún peor.
La izquierda no pudo hacer nada al respecto. Se fueron turnando la Presidencia PRI-PAN-PAN-PRI. Y algunos izquierdistas trabajan para que sea de nuevo el PAN. Porque con la izquierda pulverizada ése es el peligro. Y nadie en el sol azteca cree que lo que queda de ese partido pueda ganar las próximas elecciones.
Vicente Fox siguió el proceso privatizador de Pemex y del sector estatal. Siguió beneficiando a los multimillonarios, a costa de la mayoría de la población. Y mucho más, redujo la participación estatal en otros sectores, incluso el social. Le siguió Felipe Calderón, igual o peor. ¡Y con esos quieren aliarse algunos que se dicen de izquierda! Para entonces, el PAN ya estaba muy quemado, pero el ganador fue otra vez el PRI. Se turnan, para fregar mejor al país.
Y el PRI que entra es el más derechista de su historia. Ninguna entrega anterior se compara con la actual. Ni Miguel Alemán, alquilando parte de Pemex a empresas estadunidenses en el noreste, hizo algo comparable con la entrega actual. En varios sentidos, este PRI se coloca a la derecha de los dos gobiernos panistas que lo precedieron. Sus entregas de entonces (por ejemplo, Burgos que fue tal vez la mayor) palidecen al lado de la actual.
Hay que decir que no toda la historia de esto es igual. En 1960 el gobierno de López Mateos, en el artículo 27 constitucional, nacionaliza la industria eléctrica y quita, de las facultades de Pemex, la de firmar contratos con particulares. Esto muestra que ha habido cambios positivos y posibles.
Si el PRI se sigue desgastando como hasta ahora, puede perder las siguientes elecciones, como perdió las de 2000, con Zedillo. Y hay sólo dos alternativas: la más fácil y visible es el PAN. Y es seguir con lo mismo de los últimos cuatro sexenios, ya mencionados. La otra, que todavía no existe y que habría que generar, es, como hemos visto, un frente único de la izquierda, organizaciones sociales y pueblo en general, todos los más afectados por la actual situación, contra el PRI y el PAN.
Acabo de ver una noticia en este periódico, es viernes, en el que una diputada local de Movimiento Ciudadano, en la Asamblea, reclama al líder del PRD, por haber desechado una propuesta de Morena sobre el presupuesto participativo de Iztapalapa, y éste le contestó:Propóngala usted y la apoyamos, no vamos a respaldar propuestas de Morena.
Es muy importante discutir todo esto. Estamos en una situación difícil y no es fácil superarla. Debemos profundizar, debemos tener la mayor comunicación posible, intercambiar ideas y tratar de encontrar soluciones. En los tres últimos artículos en este espacio, tratamos de aportar diferentes aspectos de esta situación, pero muy relacionados entre sí.


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