El jueves por la noche, las redacciones de medios de comunicación y los reporteros de la fuente en la Ciudad de México recibieron una comunicación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que levantó altas expectativas.
El PRD invitaba a una conferencia a las 10:30 de la mañana en el piso 8 de la sede nacional de ese partido, en la capital del país. Además, planteaba ese llamado, luego de ese evento también se invitaba a las 12:00 horas para presenciar “la afiliación al partido de una personalidad de la vida política mexicana”.
La fuente se movilizó, comenzaron los rumores, ¿quién será esa “personalidad de la vida política mexicana” que, en estos momentos, cuando nadie quiere acercarse al Sol Azteca, apostará por ese partido?
La respuesta llegó horas después, y la “personalidad” también. Ni más ni menos que un ex perredista, que luego priista, que luego fue del Partido Verde, que luego fue del Partido Nueva Alianza y que ahora vuelve al redil: René Arce Cirigo.
Obvio, el desencanto de los reporteros de la fuente, los que buscaban la gran nota y a la gran “personalidad”, fue grande.
Arce Círigo encarna lo que hoy es el PRD, y lo que lo ha puesto en el descrédito: un político arribista, dispuesto a cambiar la ideología por puesto, concesiones y, claro, dinero, y al que su partido le ha importado un cacahuate.
Si no, vea Usted:
En junio 2011, René Arce presentó su renuncia al Grupo Parlamentario del PRD tras la polémica que ocasionó su apoyo a la campaña del priista Eruviel Ávila Villegas, entonces candidato al Gobierno del Estado de México, a quien prometió “100 mil votos”.
Meses después, Arce Círigo se integró a la bancada del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Luego, en enero de 2014 el ex perredista se afilió al Partido Nueva Alianza, fundado por la ex líder magisterial Elba Esther Gordillo Morales.
Durante el proceso electoral de 2012, René Arce y su hermano Víctor Hugo, así como los ex perredistas Ruth Zavaleta Salgado y Ramón Sosamontes Herreramoro, se unieron a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto mediante la llamada “Alianza por un proyecto de país”.
René Arce fundó ese mismo año un partido político llamado Concertación Mexicana, el cual fue conformado por políticos como Manuel Espino Barrientos, Jorge Carlos Díaz Cuervo, Patricia Olamendi Torres y Teresa Vale, entre otros, que también apoyó la candidatura de Peña Nieto. Apoyada por ese partido, trascendió que la también ex perredista Rosario Robles Berlanga, ahora titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, contendería por la Presidencia. Pero, al final, nada de eso ocurrió.
Ahora, René Arce Círigo regresa como el hijo pródigo a un partido francamente devaluado por las acciones de “políticos” como él. Encima será asesor personal del recién elegido presidente nacional del Sol Azteca, Agustín Basave Benítez, un neoperredista que llegó de bateador emergente a ese puesto y que fue electo desde la cúpula de ese partido, dominada por Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano Grijalva.
Total, todo un desastre para la ya de por sí devaluada imagen del perredismo en todo el país, que el viernes hizo otro oso inmenso y, de nuevo, reveló que no sólo no le importa quedarse sin la gente más valiosa, sino que alienta el regreso de los peores.
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