23 de mayo de 2015. Sin la menor esperanza de obtener espacios de gobierno en la ciudad de México, el PRI está en peligro de perder Guadalajara y el estado de Nuevo León. Enrique Alfaro ganará la alcaldía de la capital de Jalisco y Jaime Rodríguez, El Bronco, aglutina el descontento de los empresarios de Monterrey, quienes rechazan aIvonne Álvarez, candidata del viejo partido de siempre.
Una victoria del Bronco supondría un durísimo golpe a los empresarios de Peña Nieto. A través del saliente Rodrigo Medina –otro copetoncito decorativo como Aristóteles Sandoval y ya saben quién más– los magnates del estado de México se sienten dueños del proyecto Monterrey VI, que según dicen llevará el agua del río Pánuco hasta el valle del Cerro de la Silla para hacer posible el fracking en Coahuila, un sueño tan disparatado como los pronósticos de Luis Videgaray en materia de crecimiento económico.
Es tan grande la desesperación del PRI que, viendo perdidas las plazas de Guadalajara y Monterrey, acude al terrorismo de las amenazas de muerte en contra de Enrique Alfaro, candidato de Movimiento Ciudadano (MC) en tapatilandia, y del propio Jaime Rodríguez, quien sumó esta semana el apoyo del panista Fernando Elizondo, aspirante a la gubernatura neoleonesa por MC.
Antes de adherirse al Bronco, éste contaba con 31% en la intención de voto y Elizondo con 4%, muy por encima del 26% de Ivonne Álvarez. Digan lo que digan las encuestas, en las que nadie en su sano juicio puede confiar, la verdad es que el PRI está al borde de un ataque de pánico.
Finanzas públicas en riesgo de quiebra, narco insurrección en Jalisco, Michoacán, Guerrero, Tamaulipas; desempleo galopante, alza continua de precios, generalizada inconformidad social, ¿quién, a menos que venda su cruz por hambre o sea amigo o familiar de algún candidato, votaría por el PRI?
Tamaña desesperación explica la obligada sumisión de los consejeros del INE, peleles farsantes, desconocedores del amor propio, vacíos de dignidad, que violaron las leyes electorales faltando a su deber de expulsar al Partido Verde, limitándose a castigarlo con “tres días sin televisión”, como si el dedo chiquito de la dictadura fuera sólo un niño latoso y berrinchudo.
No menos viles y serviles son los magistrados del Tribunal Electoral, que ayer por segunda vez despojaron de su candidatura a Marcelo Ebrard, para privarlo de la protección del fuero y facilitarle a Peña, y sobre todo a su ave, la dicha de verlo tras las rejas por haber filtrado a Carmen Aristegui la información que desató el escándalo de la Casa Blanca. Ebrard, cuando obtuvo hace días la nominación al cargo de diputado suplente, declaró que a Peña se le había cebado la oportunidad de tenerlo en el exilio.Error: Peña lo quiere tener en la cárcel.
A 15 días de los comicios del 7 de junio, la descomposición política evoca la repulsiva imagen de un excusado que desborda materias fecales, mientras Felipe Calderón y su Eva Braun de toda la vida, hacen campaña sonriendo como si no fueran culpables del baño de sangre en que sumergieron al país, ni de la destrucción del aparato productivo, ni de la privatización del petróleo, que consumó Peña Nieto con la ayuda del PAN, del PRD y del Verde, los nuevos sectores del PRI.
Ante la obsecuencia de Lorenzo Parachoques –intelectual de probeta que jamás había platicado con un indígena, antes de entrevistarse con quienes le parecieron marcianos de los que, dijo, más vale reírse para no acabar en el psiquiatra, según reveló Gobernachong al filtrar una de tooodas las conversaciones telefónicas que le tiene grabadas para manejarlo como títere de guante–, los promotores del anulismo deberían aceptar que, a estas alturas, no sólo perdieron el debate sino que seguir llamando a no votar es hacer campaña a favor de la dictadura.
Hay que votar –y votar contra el PRI, el PAN, el PRD y el Verde– tachando el escudo de Morena, excepto en Guadalajara y Monterrey, porque a la mejor, detrás de la sonrisa imbécil de Lorenzo Parachoques, el INE declara inválidos todos los votos que sean necesarios para impedir que el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador pierda su efímero registro.
Son capaces de todo, están empanicados, saben que la compra de votos y el voto duro no les alcanzarán para mantener la mayoría en la Cámara de Diputados, y no tienen certeza de hasta qué punto les funcionará la campaña fraudulenta del Verde.
Hay que votar por Morena para impedir en San Lázaro –aunque parezca imposible– la privatización del agua, la persecusión a quienes investiguen los sistemas hídricos y el trasvase de los ríos de Tamaulipas y de Jalisco, para llevar torrentes de h2o al norte de Coahuila –vía Monterrey VI–, así como a los latifundios foxistas de Guanajuato, desde la presa del Zapotillo que destruiría Temacapulín.
Votar por Morena para diputados federales en todas partes, por Amílcar Sandoval en Guerrero, por Enrique Alfaro en Guadalajara, y por El Bronco en Nuevo León. Éstos obstaculizarían la realización de los proyectos hidráulicos concebidos para beneficio único de las empresas mineras y petroleras.
En San Pedro Garza García, por ejemplo, los empresarios locales rechazan que Higa, la constructora de Peña, les arrebate el negociazo de Monterrey VI, al que el “gobierno” federal no los invitó a participar.
Si admitimos que votar es ya –y todavía– la única forma legal de oponerse al “gobierno”, ayudemos a los que por necesidad van a vender su cruz. En la ilustración de aquí abajo se explica cómo, si enseñamos a los hambrientos a meterse en la casilla con un tache negro de papel, colocarlo sobre el escudo del PRI, tomarle una foto con el celular y después votar por quien más les convenga, el manejo del fraude electoral quedará desquiciado.
El PRI –ya lo dijo el papá del gobernador de Jalisco– tendrá “observadores independientes”, dentro y fuera de cada casilla, para avisar al coordinador de distrito cómo está votando la gente. El coordinador de distrito, a su vez, llevará acarreados a las casillas donde los reportes sean desafavorables. El truco de la crucecita negra bien recortada para que parezca un tache puede volver locos a los mapaches y cambiar la historia.
No entiendo a quienes no votan porque dicen que les da asco pero son fanáticos del futbol. ¿Hay algo más asqueroso que la Federación Mexicana de Futbol o la FIFA? Pues los trucos, las mañas y las cochinadas que se hacen fuera y dentro de la cancha nada le piden a las porquerías que exige nuestro sistema electoral. Si el PRI sabe que tiene perdida una casilla va y la revienta para que los votos no valgan. “Yo no voy a legitimar el triunfo de estos ladrones votando”, dice una muñequita en el proceso electoral de España. “¿Por eso vas a legitimarlos no votando?”, le responde su amiga.
En Polemón estamos de fiesta. A partir de hoy publicaremos en varias entregas el ensayo que la gran periodista madrileña, Pilar Velasco, de la Cadena SER, nos regaló en vísperas de las elecciones de mañana en España, el país que menos confía en la Unión Europea y donde la izquierda, representada por Podemos, tendrá una prueba de fuego, similar a la que Morena experimentará dos domingos más tarde.
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