Astillero
Las medallitas de EPN
Ayotzinapa: protesta persistente
El despertar en San Quintín
Kiko, gobernador
sordo y ciego
Julio Hernández López
SEIS MESES DESPUÉS. Encabezados por padres y familiares de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos desaparecidos en Iguala el 26 de septiembre de 2014, miles de personas participaron en otra marcha para exigir que sean presentados con vidaFoto Víctor Camacho
N
ada le importa al ocupante actual de Los Pinos que en diversas encuestas de opinión aparezca un alto índice de reprobación a su ejercicio gubernamental. Él no está dedicado a la frivolidad (es decir, la de las encuestas) y lo único que desea es servir bien a la patria, sin más recompensa, premio, aliento o reconocimiento metálico que la satisfacción del alto deber cumplido. Todo un estadista, pues, al que no encandilan los oropeles de la falsa fama ni la consecución de
logros personales(sean casas o no, que a fin de cuentas tales bonos inmobiliarios serían lo menos cuantioso). Y ya encarrerado en esa entrevista al término de una gira por Tlaxcala, en la que habló de que él no trabaja ni dedica su empeño a colocarse
medallitas, sentenció, con la vista tendida en el horizonte histórico que desde ahora adivina áureo y benevolente para su obra:
hoy no me ocupa, a final de cuentas, revertir o mejorar índices de popularidad; lo único que me interesa es que a México le vaya muy bien. Ah.
En las calles de varias ciudades del país y del extranjero, en cambio, la tarea política y la figura personal del mexiquense sufrían un rechazo clamoroso. No con la numerosidad de otras ocasiones, pero sí con una persistencia y pertinencia meritorias, miles de ciudadanos recordaron los hechos de Iguala y Cocula a medio año de sucedidos, bajo la premisa vigente y fortalecida de que
Fue el Estadoel responsable real de lo acontecido con los estudiantes de Ayotzinapa.
Se sostiene la protesta por los 43 a pesar del tiempo transcurrido, la marrullera táctica gubernamental de buscar el cansancio a largo plazo de los opositores y el privilegio mediático y político a un proceso electoral ciertamente desangelado y sin esperanzas sensatas de cambio profundo y real. Y justamente contra este aspecto, el de los comicios considerados como engañifa sistémica que en las circunstancias actuales consolida y convalida el actual desastre institucional, los familiares de los estudiantes desaparecidos y los dirigentes de ese movimiento de lucha enderezaron ayer sus baterías, demandando al desconchinflado Instituto Nacional Electoral que no realice el simulacro democrático en Guerrero.
Concentrada la atención en las movilizaciones relacionadas con Ayotzinapa, por el significado de medio año sin justicia, otros actos de protesta se desenvolvían con menos reflectores. En San Quintín, en el municipio de Ensenada, trabajadores agrícolas sometidos a explotación inhumana caminaban por la carretera transpeninsular en apoyo a quienes en esos momentos negociaban con autoridades gubernamentales y representantes patronales un aumento salarial y condiciones de trabajo mínimamente humanas. Los empresarios, que han hecho grandes fortunas mediante la exportación de productos agrícolas a mercados no sólo de Estados Unidos, sino también de países de Asia y Europa, mantenían a la hora de cerrar esta columna su generosa oferta de incrementar en siete pesos el pago diario a una mano de obra constituida por mexicanos convertidos en virtuales esclavos laborales, a los que se escamotea una remuneración decorosa y las prestaciones básicas, y se les mantiene hacinados en condiciones que recuerdan las peores escenas del porfirismo.
Despertó el gigante que vive en San Quintín y despertó con sed de justicia, dijo Justino Herrera, vocero de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social, según la edición de Internet de La Jornada Baja California, que dirige la periodista Mireya Cuéllar. Un grito rei-terado fue el de
¡No más salarios de hambre!, entre esos jornaleros agrícolas que en su mayoría son indígenas y provienen de otros estados de la República. Ellos han constituido parte de ese México (hasta ahora) invisible, el de los más pobres entre los pobres, despojados de derechos y justicia, condenados a la condición de meras máquinas recolectoras de productos luego vendidos a consumidores extranjeros con grandes ganancias para los empresarios que hoy se lamentan de las fresas echándose a perder en los campos por la protesta de los jornaleros, pero nunca se preocuparon por la atención de esos trabajadores en términos de humanidad y justicia. Empresarios largamente infractores de la ley, sin proporcionar seguridad social ni otras prestaciones a sus peones acasillados, pero que hoy hacen cuentas adoloridas ante el riesgo de tener que pagar unos pesos más a los trabajadores.
Y, desde luego, el gobernador panista Francisco Vega de Lamadrid, apodado Kiko, sobrellevando las pláticas y negociaciones con la balanza oficial cargada en favor de los hombres de
negocios, cerrado a escuchar la voz de los que protestan,
ciego y sordo, cree que no existimos, según se denunciaba anoche. Incluso, alcanzado a pie por Basilia Hernández José y Juana Morales Gaspar, integrantes del Comité de Seguimiento de los Pueblos Indígenas, quienes reprochaban al mandatario que no se haya presentado en San Quintín a atender los problemas y demandas, contestó:
Mire, señora Basilia, ya me han platicado de usted y no crea que no sé lo que usted representa. En primer lugar, no crea que por no estar ahí personalmente en San Quintín no estoy interesado en la problemática. Ahí está el gobierno del Estado y estoy muy al tanto de lo que ahí acontece(nota de Miguel Cervantes Sahagún).
La postura distante del panistaKiko en San Quintín es parecida a la del priísta Kike en Iguala. El bajacaliforniano también podría alegar que no busca
medallitasy que no le preocupa lo que digan sus presuntamente gobernados. Tal es la conducta de la clase política actual, alejada de la realidad, eludiendo los conflictos hasta donde le es posible, dedicada a la construcción de escenarios falsos mediante el uso de los medios de comunicación alineados a la pompa oficial y cerrados a la difusión y el análisis de los problemas populares. ¡Hasta el próximo lunes!
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