Don Julio Scherer y Vicente Leñero hicieron periodismo de la mano y se fueron juntos de la mano, consideró la escritora.
Julio Scherer luchó contra un periodismo corrupto,contra gente ligada totalmente al gobierno, contra las grandes prebendas; empezó en los años 50 y fue subiendo, gracias a grandes reportajes; era el hombre más apasionado que uno se puede imaginar: se lanzaba, se jugaba la vida, estaba dispuesto a perderla con tal de conseguir la noticia, apuntó Elena Poniatowska, sobre el fundador de la revista Proceso y ex director de Excélsior, fallecido el 7 de enero.
En entrevista para Aristegui CNN, recordó cuando coincidió con él en 1959, durante la revolución cubana. Julio “estaba entusiasmadísimo con hacerle una entrevista a Fidel Castro y recuerdo que se comía las uñas… que lo esperó toda una noche, parado afuera del elevador, porque le dijeron ese elevador lo toma Fidel, cuando abra las puertas lo vas a ver y toda la noche estuvo ahí esperando, y le hizo la entrevista, hizo grandes entrevistas”.
“Julio quería a Enrique Maza, ante todo, que era su primo, era un religioso que escribió en Proceso, también quería muchísimo a Andrés Manuel López Obrador, lo fue a ver durante la huelga en el Zócalo… y era también muy amigo de Heberto Castillo, admiraba a Heberto y lo quería. Su gran cuate del alma era Vicente Leñero, toda la vida, y fíjate lo absurdo, yo le preguntaba a Vicente ‘¿cómo está?, ¿cómo está Julio?’. Jamás pensé que pudiera morir antes que Julio, ni siquiera sé si Julio lo llegó a saber porque Julio ya estaba tan enfermo”.
Scherer y Leñero “se murieron como de la mano, hicieron periodismo de la mano, se fueron juntos de la mano”, comentó la escritora.
“Es una pérdida inmensa”, reconoció.
A Julio, “lo que estamos viviendo, la violencia, le hubiera hecho un daño espantoso, para él hubiera sido intolerable vivir todo esto¨: la corrupción, el mal gobierno, la casa que descubriste de los 7 millones en las Lomas, todo eso yo creo que lo hubiera enfermado”, abundó.
El periodista era un “hombre que le preocupaba infinitamente el mal, en el sentido religioso y en el sentido de la moral… el mal en la frivolidad, es un país que está en el mal, no mal, dentro del mal. Es terrible pensar en esto, es terrible vivir esto y para Julio eso hubiera sido un golpe tremendo”.
“Nos vamos con el dolor de la pérdida de un hombre limpio en un país sucio, y de un hombre que va a hacer una falta tremenda y un hombre que abrió la puerta… a todo lo que es bueno de México”.
-¿Empieza la leyenda?
“Yo creo que no, no lo vamos a convertir ahorita en santo pero sí empieza la pérdida que es tremenda”.
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