Las palabras pueden mentir, el cuerpo jamás.
La detección del engaño, se basa patrones concretos, y en simples cambios de conducta, los cuales no forman parte de la naturalidad del lenguaje corporal de una persona.
Aún y cuando cuidaron mucho el video editándolo, generando un guión y 7 cortes, la lectura de Angélica Rivera da muestras de cierta inverosimilitud.
Sin embargo, antes de realizar este análisis se calibró a la primera dama con otros videos para entender de dónde parte la lectura natural de su cuerpo.
Toda emisión de mensajes tiene detonadores de emociones (reacciones límbicas), micro-expresiones, liberadores de estrés, apaciguadores e ilustradores que no pueden ser controlados al 100%.
Es clara la capacidad histriónica de la primera dama, sin embargo, el cuerpo de Angélica Rivera refleja un estado de alerta, se muestra estresado, y con una tensión muscular alta.
Más allá del contenido del mensaje, a continuación le presento sólo algunas imágenes que “representan” lo que el cuerpo quiso decir en este mensaje que pretendía esclarecer la procedencia de los recursos que utilizó para adquirir la “casa blanca”.
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