Especialistas en el tema disienten sobre si la reforma energética en el país se concretó porque lo necesitaba Estados Unidos. "No es por seguridad energética de México sino de EU", dijo Alberto Montoya. "El mayor riesgo era la continuidad", sostuvo Pardinas en un debate en MVS.
La reforma energética en México se impulsó y se hizo porque Estados Unidos necesitaba la apertura del sector, sostuvo Alberto Montoya, investigador de la Universidad Iberoamericana; en contraste, Juan Pardinas, director general adjunto del IMCO, aseveró que Pemex estaba “aislado del mundo” y defendió la participación de empresas privadas en el país, con el fin de mejorar la producción de petróleo.
En una Mesa de Debate en Noticias MVS primera emisión, ambos confrontaron sus posturas, y basaron su debate en la dependencia de los Estados Unidos en petróleo y gas, la producción de energéticos en este país y las reservas de crudo.
Montoya sostuvo que EU tiene una condición de dependencia energética; señaló que en el mundo todos los días extraen entre 83 y 85 millones de barriles de petróleo, de los cuales EU consume 20 por ciento, “es una economía que consume muchísima energía y no tiene petróleo, podría garantizar su consumo tal vez 5 años, por eso se promovió la modificación de la política energética de México“.
El investigador citó un documento del Senado estadounidense, en el que se reconoce a México como “vecino confiable”, e indica que las importaciones desde ahí apoyan la seguridad energética de los norteamericanos.
Descalificó la “idea falsa de que EU es la nueva Arabia Saudita”, pues sostuvo que EU “tiene dependencia del petróleo, eso explica su intervención en el Medio Oriente”.
Además, Montoya aseguró que EU “no va a exportar petróleo” en un futuro, sino que siempre será dependiente y “lo va a hacer por décadas”, es un “importador neto” y no tiene reservas importantes (entre 25-28 mil millones de barriles).
En cuanto a México, dijo que es “falso que ha aumentado potencial de reservas”: son 14 mil millones de petróleo y “no es racional para un país con 14 mil millones de barriles, aumentar su tasa de extracción en un millón de barriles diarios”.
Expuso que “producimos más de lo que necesitamos para nuestro consumo interno”, y la única razón es para que tenga crudo Estados Unidos.
Por ello afirmó que el aumentar la producción de barriles no es por interés de México sino por interés de EU.
“A nivel mundial el 77 por ciento de las reservas son propiedad de empresas estatales en el mundo”, puntualizó.
Montoya consideró que hay una “falta de visión” en este tema, pues con los ingresos de Pemex -sin otorgar todo al Estado- podría invertir en tecnología, sin entregar el “valor intrínseco del petróleo”.
“México tiene los recursos para satisfacer sus necesidades de energía con su propio trabajo, con sus propios recursos, no necesita de la inversión extranjera y que otras empresas realicen inversiones, la negación de esta premisa es la base de todo”, sostuvo.
“Nosotros tenemos que ver la posibilidad de acceder a niveles superiores de desarrollo y eso requiere un nuevo equilibrio entre mercado y el Estado”, agregó. Y mencionó que en México tenemos 30 años que se demuestra el camino equivocado de las privatizaciones. Ahora, el riesgo lo está asumiendo la nación mexicana y no las empresas que vendrán a invertir en el sector.
“El mayor riesgo era la continuidad”
En sentido contrario, Juan Pardinas aseveró que la reforma energética era necesaria, pues “dejamos de producir gas a pesar de que tenemos muchísimo, no construimos los tubos suficientes, tuvimos que encontrar nuevos socios”.
“El mayor riesgo era la continuidad, si uno cree que fue imposición externa hay que ver los números”, dijo y apuntó una caída en las exportaciones.
Sostuvo que EU tiene los suficientes hidrocarburos, y en México a pesar de ser país riquísimo en hidrocarburos estaba a punto de ser más importador que exportador.
Indicó que en los últimos diez año la producción cayó 1 millón de barriles diarios, de 3.4 a 2.4 millones, pese a que se ha invertido más, lo cual ya no redituaba.
Señaló que en el país las estimaciones de reservas probables han crecido, incluso a más de158 mil millones de barriles, pero reconoció que “viene la era del petróleo difícil”, en referencia a las formas de extracción.
“Supongamos que nos quedan 10, 20 años del petróleo, una tercera parte del dinero del país depende del petróleo… ese recurso se nos estaba acabando, la capacidad de Pemex para extraerlo era limitada, si lo comparamos con lo que está sucediendo en cualquier parte del planeta. Países como Cuba abrieron su sector energético mucho antes que nosotros“, expuso.
”El riesgo no es solo sobre el sector energético, era el resto de la economía que depende del abasto de energía… toda la economía depende del abasto garantizado”, indicó. Defendió la reforma energética porque no podíamos permitir la caída de producción de petróleo, importación de gasolina y gas.No obstante, reconoció que es un tema ofensivo que en las leyes se haya incluido el pago del pasivo laboral (pensiones) de Pemex y CFE.
“Estamos en proceso como la caída de muro de Berlín… nos volvimos importadores de gas de países africanos y sudamericanos a precios más altos que lo que pudimos producir… no estamos descubriendo el hilo negro, simplemente nos estamos poniendo al día… para tener un Pemex fuerte, en las condiciones en las que estaba, aislado del mundo, no compartía riesgos, no multiplicaba operaciones“, explicó.
Pardinas indicó que ahora con la reforma energética a punto de ponerse en marcha -tras la aprobación en el Congreso de las leyes secundarias- “necesitamos órganos que vigilen, un Estado fuerte, vemos que el problema de corrupción no deriva de la reforma… el tema de la corrupción es prevalente antes y después de la reforma y sin duda es uno de los desafíos“.
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