(21 de junio, 2014).- I.- El chuchismo peñista tiene a punto del hundimiento a lo que resta del PRD, y cuyo salvamento corre a cargo de Cuauhtémoc Cárdenas y otros marinos remeros leales a la causa. Chucho Zambrano, azuzado por Chucho Ortega (y los dos incitados por Peña a cambio de recompensas), siguen acosando a Morena-López Obrador. El servilismo de esos Chuchos mantiene a raya la prudencia y moderación de Cárdenas; y ya que desde España, Peña envió su agradecimiento a los del PRD, a los del PAN y a los del PRI–pero ni una flor a los Verdes ni al Panal–, el de la fallida Revolución Democrática está punto de convertirse en otra sucursal del priismoempanizado.
II.- Ante el descrédito y deserción de militantes del perredismo para irse a las filas lópezobradoristas, los dos Chuchos –conste que no lo escribo con minúsculas– la traen contra Andrés Manuel López Obrador. Si “voló la mosca”, Zambrano ataca al de nuevo en el diamante beisbolero para demostrar que ha superado el infarto y quien en su Twitter le dice a Peña que se le ve cara de enfermo y le propone que renuncie. Recibiendo rápida respuesta del vocero de Los Pinos Eduardo Sánchez de que el inquilino de la mansión presidencial corre, diariamente, varios kilómetros y le lanza el reto de que haga lo mismo. Este tecleador es de los que “perciben” que Peña sufre las consecuencias de la extirpación cancerosa de su tiroides, pero niegan la información sobre si padece males físicos. Allá él y sus médicos con el nuevo Joseph Córdoba y émulo de Mouriño: Aurelio Niño Mayer. Mandamás desde dentro y cuña de Videgaray; gestor –dicen– del “haber de retiro” para los magistrados del TRIFE como pago al favor hecho al mexiquense en las elecciones para suceder a Calderón; y que sigue la misma ruta del panista y lleva a la derrota al PRI, para una nueva alternancia si Jorge G. Castañeda le atina a que AMLO puede ser el relevo.
III.- Sin ninguna asociación de ideas, de pronto me acuerdo del apodado “Encantador de perros”, el mexicano-estadounidense César Millán, con sus programas y libros para educar a los dueños de perros más que al mismo “amigo del hombre”. Pero Chucho Zambrano, azuzado por Chucho Ortega –poder tras el trono perredista–, se va con todo contra López Obrador, y aunque el PRD mayoritario está con Cárdenas, las demás tribus andan a la greña por querer imponer a Carlos Navarrete; y los ilusos que no pasan de cuatro, por subir al trono a Ebrard que está atrapado en la corrupción y pillería del desastre de la Línea 12 del Metro.Ortega y Zambrano saben que están perdidos y no les queda más que irse al PRI de Peña, o que éste los nombre en un cargo para coronar su cadena de traiciones y oportunismos. Los Chuchos seguirán atizando el fuego contra el tabasqueño, pero con tan mal tino que el chuchismo escupe sobre sus cabezas y la porquería les cae sobre sus caras.
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