Foto: Cuartoscuro
La escritora recibió anoche la Medalla Bellas Artes 2013. Agradeció y rindió homenaje a su familia. Este se convierte en el reconocimiento más reciente, después de que en noviembre del año pasado recibiera el Premio Cervantes 2013.
La escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska recibió anoche la Medalla Bellas Artes 2013, de manos del presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa.
Antes de ingresar a recibir la medalla, se tomó unos minutos para hablar con periodistas con los reflexionó acerca del oficio de escribir; “es una chinga”, comentó sobre el periodismo. Además indicó que “nunca he pretendido ser escritora, he pretendido ser periodista porque nunca he tenido respuestas, he tenido preguntas”.
Durante la ceremonia, celebrada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la autora de libros emblemáticos de la segunda mitad del siglo XX rindió homenaje al amor e hizo referencia a su familia materna, de la cual supo hasta que llegó a México, en 1942, que su apellido era precisamente, Amor.
Dijo que se encontraba con los sentimientos encontrados porque, dijo, en estos últimos meses ha desaparecido gente amada de la cultura de México, como Juan Gelman, José Emilio Pacheco, Federico Campbell y Guillermo Tovar de Teresa, la escritora agradeció la Medalla y subrayó que “amor con amor se paga”.
“La Princesa Roja”, como es conocida la escritora a partir de su activismo político iniciado en los años 60, recordó que fue tras su llegada a México, en la década de los 40, cuando supo de la existencia de un segundo apellido en su pequeña familia y que éste es famoso.
En ese sentido, la autora de “Leonora” decidió rendir un homenaje a su madre, a su abuela, a sus 12 tías y a su única hermana que le sobrevive, como muestra y símbolo del amor que de ellas siempre ha recibido y de la incansable lucha que han mantenido por lograr y alcanzar sus objetivos de vida, aún en contra de los principios aristocráticos que rigen a la clase social a la que pertenece y a la que renunció luego de llegar a este país.
En el acto, Tovar y de Teresa puso en relieve que la voz múltiple de la galardonada queda clara al observar los distintos aspectos de su obra. “México es un país al que ella ayudo a levantarse, con la vitalidad de su obra”, mencionó el funcionario.
El responsable de la política cultural de México expuso, además, que “el ejercicio plural en su labor periodística y literaria ha hecho un cuadro polifónico del país” y añadió que ella es capaz de llevar a la palabra escrita aquello que ve y escucha.
“Periodismo y literatura le permiten escribir y hacer paradigmas con un estilo único en el ejercicio de ambas disciplinas. Rendir este homenaje a Elena es reconocer su labor como partícipe de la cultura nacional, en su calidad de protagonista y observadora”, acotó Tovar y de Teresa.
Al tomar el micrófono, Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), elevó la voz para decir:
“A lo largo de su trayectoria, Elena Poniatowska ha tratado de entender lo que pasa en México, desde que comenzó a aprender el idioma español, por las empleadas domésticas de su hogar en este país, en la residencia que vinieron a ocupar sus familiares al llegar de Europa a la Ciudad de México”.
De la Fuente añadió que el mundo de las clases altas ya era bien conocido por Elena, de ahí que “decidió investigar entre los quienes nacieron en el chilaquil, como ella misma lo dice”.
Para el doctor De la Fuente, al igual que como lo mencionó y lo hacía Monsiváis, “otro cronista de las catástrofes naturales”, Poniatowska se ha adentrado en el periodismo y de ahí ha saltado a la literatura y a la actividad política.
Otro invitado al panel fue el escritor, catedrático y traductor Juan Villoro, quien en su oportunidad aseveró que “el Premio Cervantes de Literatura nunca se había entregado, en toda su historia, con el espíritu de esta ocasión: Se está premiando con este reconocimiento, a las muchas voces que ha representado la obra de Elena Poniatowska”.
Villoro estimó que la obra de la galardonada ha hecho del pensamiento periodístico “una forma resistente de literatura” y advirtió que la premiada se ha dedicado “al arte de oír y ha escuchado al otro, entendiendo por ´el otro´ al resto del mundo”.
Antonio Lazcano, científico dedicado al estudio del origen de la vida, compartió una anécdota. “Cuando la tía Carito se enteró de que la joven Elenita tenía aspiraciones de escritora, le dijo que la iban a dejar escribir novelas, pero no vivirlas y nuestra festejada hizo cabal caso de esa advertencia”, apuntó.
Entre los asistentes a la entrega de la Medalla Bellas Artes 2013 estuvo, también, un intelectual mexicano de rancio abolengo, Héctor Vasconcelos.
El diplomático y académico de la UNAM, además de entrañable amigo de Elena y toda su familia, participó con algo más privado, pero que tiene repercusiones públicas en la vida y obra de la galardonada: Sus elecciones de vida.
“Elenita decidió, como desde joven, la clase de vida que el futuro le tenía preparada, ir tras las causas de los oprimidos en este país. Así, tomó como suya la lucha de los Ferrocarrileros, el movimiento social de los estudiantes y la desgracia de quienes lo perdieron todo tras los sismos del septiembre de 1985”.
Elena Poniatowska, ser humano de carácter carnavalesco y autora de novelas, cuentos, obras infantiles y ensayos, escuchó atenta cada uno de los comentarios que sobre ella y su labor se hicieron esta noche, los cuales agradeció con amor.
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