Apurado por dar al incipiente espuriato algún tipo de legitimidad y/o sustento, Felipe Calderón se dio prisa en iniciar la guerra contra el narco. Apenas diez días después de haber sido investido como presidente de la República, dio inicio en Michoacán a su atroz experimento. A partir de del once de diciembre de 2006, México se ha teñido de sangre y no ha dejado de sorprenderse con una violencia brutal, que igual generan las fuerzas de los tres órdenes de gobierno, que los distintos grupos de la delincuencia organizada… Y el narcotráfico, lejos de desmoronarse, luce más fuerte, convirtiéndose para todo el país en un problema cada vez más complejo, cuya solución se percibe larga, remota, quizá imposible.
La confusa situación que sobre el narco impera en todo el país, ha hecho crisis precisamente en Michoacán. Ahí, a la pugna entre los contrincantes enfrentados desde el 2006, se han sumado grupos de autodefensa, integrados por ciudadanos que ante la inoperancia y posible complicidad de las fuerzas del orden con bandas del crimen organizado, se han levantado en armas contra estas últimas.
Como mexicano preocupado por la pésima situación que atraviesa el país, uno no deja de sorprenderse con las imágenes que saturan las redes sociales, en las que es imposible dejar de notar la calidad del armamento que exhiben los grupos de autodefensa (tan diferentes a las anticuadas que portan los policías comunitarios en Guerrero). Sorprende el despliegue que en las últimas semanas han realizado, tomando poblados de Tierra caliente. También sorprenden las manifestaciones que contra estos grupos realizan algunos ciudadanos. (¿Acarreados por los mafiosos? Los de la autodefensa dicen que sí.) Y aunque sea frecuente el traslado de elementos de la fuerza pública a la zona de conflicto, también es motivo de sorpresa que sigan enviando a Michoacán más y más personal armado. Sorprende el accidente del doctor Mireles, quien anunció que las autodefensas se habían levantado en armas contra la delincuencia organizada, y la asistencia que le brindó el gobierno federal. Sorprenden las actitudes de funcionarios municipales, estatales y federales, quienes no atinan a dar con una solución real al conflicto.
Sorprende y atemoriza lo que está pasando en Michoacán. Y ante tan confusa situación, es poco lo que aclaran los medios de comunicación. Así, resulta difícil saber a ciencia cierta lo que en realidad ocurre en aquella entidad. Sólo queda clara una cosa:
El altísimo costo de las usurpaciones para el país.
@Vegdelanoche
Nota editorial, escrita para ser leída el 14 de enero de 2014 en #LosAtractivosDeLaNoche, programa de radioamlo.org, que ese martes no se transmitió por problemas técnicos. PD: La dos noche siguiente, por un apagón doméstico, no tuve acceso a la red. Al fin, parece que la madrugada que alía el viernes al sábado será posible publicar esta nota. Una disculpa a radioescuchas y lectores. ¡Y un fuerte abrazo!
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