miércoles, 27 de noviembre de 2013

El país cayéndose y Peña gritando: “¡Gol!”




Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas

Como en la Roma decadente del panem et circenses, que los autócratas emperadores ofrecían al pueblo para, con un pedazo de pan, entretenerlo y distraerlo de los asuntos de pobreza, abusos, criminalidad y falta de empleo, en espectáculos de lucha a muerte de leones contra gladiadores, el fútbol se ha vuelto el circo masivo actual. Ver de Ludwig Friedlaender: La sociedad romana, FCE; y de varios autores: Historia ilustrada de la antigua Roma; Susaeta ediciones. Es la gran distracción para que por unas horas la nación, atrapada en la brutal inseguridad sanguinaria crea que ya no hay mil homicidios… sino solamente: 999 como dicen Peña, Osorio Chong y Mondragón; y así el resto de los delitos que tienen a las tres cuartas partes del territorio bajo fuego, secuestros, desaparecidos, desplazados, feminicidios y prostitución con mujeres prisioneras de los tratantes. El país se cae económicamente, pero aumentan los impuestos contra la clase media degradada a pobreza en 54 millones, con 26 millones sobreviviendo en la informalidad; ya que los empresarios sí pueden pagarlos pues los trasladan a los consumidores. Millones de jóvenes no pueden asistir a escuelas superiores por falta de cupo y tampoco tienen empleo. Y los despedidos llegan a más de 3 millones.
Esta situación repercute en lo social, ya que cuando menos 90 millones de mexicanos están atrapados en la crisis de hambre, mientras las élites políticas se disputan el botín petrolero que insisten en privatizar, como han hecho con la celebración de la Revolución de 1910 al llevársela a una fiesta privada en Los Pinos y el Campo Marte, como hizo Zedillo con las celebraciones del calendario histórico nacional, temerosos ambos de que un acto masivo, fuera del circo futbolero, provoque la explosión popular de la democracia directa contra la democracia representativa.
Como un emperador romano, a tal grado Peña desestima la ira popular, que el día del partido del club de Azcárraga contra Nueva Zelanda, abandonó sus obligaciones y se puso frente al televisor (por donde se infló su imagen: Televisa), y cuando entraba un gol a favor de la selección nativa, previa presencia del fotógrafo de la Presidencia, saltaba del sillón, gritaba, se despeinaba su copete y alzaba los brazos.
El casi secretario de Comunicación de Los Pinos y de Palacio Nacional, jefe nato de todas las direcciones de Comunicación del Poder Ejecutivo Federal y protector del ya cesado de esa dirección en el Senado: Carlos Olmos Tomasini, envió la mejor foto a todos los medios de comunicación (a Televisa con un millón de pesos por pago de publicidad), para que lo viéramos entusiasmado por el circo peñista; y para mostrar que Peña y su grupo mexiquense-hidalguense, están fascinados por el circo futbolero mientras el país va al total desastre económico, social y de seguridad. Las élites la gozan porque tienen resueltos sus problemas: ahorran completos sus millonarios salarios, comen y se hospedan en mansiones, tienen choferes, automóviles y telefonía sin costos. Así que en su descaro Peña nos muestra cómo es capaz de entusiasmarse y corear, como porra de Televisa, el “¡Gol!” del circo.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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