La
disputa por la clase media
Por: Salvador Camarena - septiembre
10 de 2013 - 0:01 COLUMNAS
En una de esas cosas que sólo pasan
en México, el día de ayer Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo
Coordinador Empresarial, y Martí Batres, líder del Movimiento Regeneración
Nacional, es decir la derecha más derecha y la izquierda que se autodefine como
legítima, coincidieron en argumentos: la iniciativa de reforma hacendaria
anunciada el domingo afecta a la clase media, se lamentaron tan disímbolos
personajes. Hay al menos tres explicaciones para el hecho de que el agua y el
aceite hayan tenido este lunes un argumento similar frente a la propuesta
fiscal del Presidente Enrique Peña Nieto. Primera explicación. Es cierto, los
clasemedieros mexicanos vamos a pagar más impuestos. De aprobarse la reforma
hacendaria no está claro que los ricos-ricos de México vayan a pagar más a
Lolita (en una de esas sus empresas deducirán menos, pero lo de que los dueños
paguen más, está por verse), sin embargo lo que es un hecho es que los
clasemedieros pagaremos más por nuestra hipoteca (superado cierto monto ya no
será deducible), por la aspiración de dar educación privada a nuestros hijos
(la instrucción no pública causará IVA), por tener y alimentar mascotas; e
incluso algunos simplemente contribuiremos más en el Impuesto Sobre la Renta
por el hecho de ser trabajadores independientes (será menor el monto de las
deducciones permitidas) o por haber escalado lo suficiente para superar los
ingresos de 500 mil pesos anuales (aumentará la tasa de ISR). Sin embargo, el
gobierno sostiene que sólo el uno por ciento de la población en México gana más
de medio millón de pesos al año. Así lo expone en la iniciativa de reforma: “Es
importante destacar que esta medida no afecta a las personas de ingresos bajos
y medios en el país, toda vez que no implicaría un incremento en la carga
tributaria de la mayor parte de la población. Información de la Encuesta
Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares indica que menos del uno por ciento
de la población total (o de los perceptores de ingresos de los hogares) recibe
ingresos iguales o mayores al límite propuesto de 500 mil pesos al año”.
Entonces, ¿por qué Gutiérrez Candiani y Batres declaran a favor de la clase
media? He aquí la segunda razón. Porque saben que la clase media está compuesta
por una población que se autodefine a partir de una noción de consumo y una
expectativa de movilidad antes que por ingreso específico. Es decir, ambos son
conscientes de que pueden hacer más ruido, y captar la atención de un más
amplio rango de población, al decir “clase media”, pues muchos hogares se
sentirán aludidos, así ganen ocho mil pesos al mes o mucho más. Así lo explican
Luis de la Calle y Luis Rubio en su libro Clasemediero (CIDAC, 2010): “en
México, los integrantes de la clase media pueden tener ingresos desde unos
cuantos salarios mínimos por hogar hasta varias decenas del mismo indicador:
pueden estar en el más alto decil en la escala del ingreso nacional o ubicarse
varios deciles más abajo”. La clase media mexicana, explican los autores, tiene
subgrupos. Entre ellos destacan tanto los que surgieron de las prestaciones que
lograron para sí los miembros de la burocracia y el sindicalismo, como aquel
individuo que busca mejorar “a diario, que busca negocios, que igual emigra a
Cancún porque percibe ahí mayores fuentes de trabajo, que a Chicago en busca de
una mejor calidad de vida. Estas personas tienden a desarrollar una ética del
trabajo, buscan nuevas oportunidades para ellos y para sus familias, entienden
la competencia como inherente a su existencia y son fuertes críticos tanto del
gobierno como de los impuestos”. O sea, todos conocemos al menos a un
clasemediero. Una tercera explicación sería que tanto el líder de los
empresarios como el ex militante del PRD descubrieron que la iniciativa de Peña
Nieto los deja con pocos argumentos propios –en el caso de Morena, y contra lo
que dijo López Obrador el mismo domingo, no se propone alza general de
impuestos, y paradójicamente por lo mismo, porque se desechó gravar con el IVA
a medicinas y alimentos, los patrones están inconformes–. De la Calle y Rubio
destacan una característica más de la clase media que explica muy bien por qué
ahora quieren defenderla tanto Morena como el CCE: “En México, la clase media
ha experimentado, más que ninguna otra, las consecuencias de las crisis
financieras. No es casualidad que su actitud política se incline a ser
conservadora y rechace cualquier alternativa que pudiera alterar su seguridad”.
La clase media mexicana, esa que detesta las marchas y las protestas, esa que
no tiene ni lobbistas en el Congreso ni genios contables que le busquen hoyos a
la ley para evadirla, ayer estrenó dos atípicos defensores. A ver quién más se
apunta a tratar de salvar a los clasemedieros de nuestro país, que constituimos
un gran botín de consumidores, de votantes y… de contribuyentes.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/10-09-2013/17297. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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