A Laura Bozzo, famosa por su frase “que pase el desgraciado”, le funciona hacer programas de televisión que tengan títulos del tipo: “Voy a tener un hijo de tu marido”, “Regalaré a mis hijos pues reharé mi vida”, “Me enamoré del novio de mi hija” y cosas por el estilo. Ella sabe que el drama vende.
Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, lo sabe también. Hace unos días, anunció su solidaridad con Guerrero enviando una “modesta” ayuda: tres helicópteros del grupo de rescate del Estado de México, Los Relámpagos. La solidaridad del gobierno mexiquense también incluía enviar a Laura Bozzo para que se rodeara de personas damnificadas y grabara su próximo programa de televisión que se transmitirá el lunes.
El show, desde luego, no acaba ahí. Resulta que la presentadora en su afán de ayudar al pueblo de México casi pierde la vida. Muchos medios de comunicación la entrevistaron al respecto y ella explicó que estaba grabando (¿no que canalizando ayuda?) en una zona de arenas movedizas cuando fue rescatada junto con su productor, Cristian Suárez (que además es su pareja) por miembros del Ejército Mexicano, que les salvaron la vida. ¡El Ejército! ¡En emergencia nacional! ¡Salvándole la vida a Laura y a su novio! ¡Imaginen cuán romántico! Espero que mínimamente algún militar le haya dicho “si no ayudas no estorbes”
Laura también dijo que no entendía por qué se involucraba a Eruviel Ávila, ya que ella además de conductora de televisión era parte de los rescatistas “Los Relámpagos” y por eso se desplazó en su helicóptero. – Entonces ¿el novio y los camarógrafos son rescatistas también? y ¿todos fueron convocados a tan difícil misión? ¡Cuánta coincidencia! Una duda más: ¿los cuerpos de rescate no están entrenados para no hundirse en arenas movedizas?
Para cerrar con broche de oro, Laura contó que se ha encontrado con historias tan conmovedoras que le tuvieron que aplicar una inyección para el sistema nervioso por un ataque de llanto.
El negocio evidente: hacer de la tragedia un show. La palabra desgraciado admite varias acepciones. Una de ellas es: “aquel que padece una desgracia” y 95 personas muertas, 102 desaparecidas y 18 lesionadas, 31 mil 298 personas trasladadas a albergues, 54 mil 173 viviendas afectadas y 28 ríos desbordados en Guerrero es, sin duda, una desgracia. La otra acepción de desgraciado es “perverso, ruin, miserable”. Buen adjetivo para calificar a quien hace promoción política con el dolor ajeno, como Eruviel.
*Paola Zavala Saeb es integrante de *DHP, abogada, especialista en derechos humanos. Ha publicado anteriormente artículos de opinión para El Universal y Nexos en línea. Ha realizado trabajos de consultoría e investigación para ONU- DH, GDF, CIDE, SCJN, TEPJF y el INMUJERES.
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