Por JESUS SOSA CASTRO
Parecía una carrera de búfalos. No escatimaron recursos ni cuidaron las formas. Los operadores de Martí Batres, Ramón Jiménez y Manuel Huerta, se emplearon a fondo para aplastar la expresión ciudadana en la elección del Comité de Morena en la GAM. De aquí y de allá fueron acarreando votos hechizos. ¡Para eso son expertos! Se trataba de cerrarle el paso a los que defendemos el proyecto de Morena, a los que ingenuamente creímos que el juego electoral iba a ser limpio, que ya no era posible que en nuestras filas cupiera la mala fama que traen adherida en la piel los nuevos cácaros de la política
¡Pero no fue así! Los intereses de los señores que se han montado en los votos de la gente, no andan con pequeñeces. El poder que les dimos con nuestro voto, les ha cambiado la vida. Algunos buscan que Morena les asegure lo que el entreguismo del PRD los convertirá, pronto, en seguros desempleados. Por eso hoy buscan refugio en un partido que se empeña en ser diferente, que quiere ser ajeno a las mañas, trampas y corruptelas de estos mapaches de “izquierda” El domingo pasado volvieron por sus fueros imponiendo carro completo. ¡Aunque digan lo contrario, se les veía larga la cola!
El domingo 21 de julio, Manuel Huerta demostró que no es diferente a los que amamantan al status quo. No sólo se convirtió en el acarreador de esos votos que siempre están a la venta. Chaqueteó a los que lo llevaron a la cámara. Puso a disposición de los votantes hambreados, los recursos económicos de nuestros impuestos para pagar los camiones que los transportaron al evento del 18 de marzo. De manera grotesca llegaban los grupos con la consigna de favorecer a los candidatos de “Martí Batres, Ramón Jiménez, y de Manuel Huerta” el Diputado acarreador.
Obran entre decenas de personas, las pruebas que documentan el marcaje de sus trapacerías. La Señora Rosario Segundo, responsable de un módulo de atención ciudadana de Manuel Huerta, se la pasó convocando a las personas para ofrecerles todo tipo de apoyos a condición de que votaran por sus candidatos. Hay registros de las denuncias que varios afiliados hicieron sobre la planilla que traían los contingentes del Distrito uno, siete y seis para garantizar que salieran triunfantes sus propuestas. Simularon un debate civilizado, y utilizaron su discurso para presentar una imagen de lo que no son, reflejando de paso, su más absoluta indigencia política e intelectual. Sus intervenciones dieron pena ajena y algunos de ellos se comportaron como verdaderos pelafustanes.
Una cosa importante apareció en esta asamblea. Hay una fuerza política ubicada en los cuatro distritos federales de la GAM que dio sentido a la discusión. Evidenció las carencias de las tribus y de los acarreados. Cumplió con el encargo de luchar por un partido diferente y expresó el genuino interés por alcanzar un cambio a favor de los intereses del pueblo. Esta fuerza impulsó un debate que dignifica la política y llena de honor la palabra, la verdad y la inteligencia. Los otros, los de las tribus que aplastaron a la parte ciudadana del Partido, utilizaron un lenguaje y un discurso que marcó la diferencia entre quienes defienden la verdad y quienes viven de la demagogia. Oír hablar a sus candidatos de honestidad, contra el acarreo y la corrupción, producía hilaridad y vergüenza. Los mapaches paseaban su insolencia y hacían gala de los ofrecimientos que los jefes les habían hecho.
Pero no hay crimen perfecto ni mapacherías que no se descubran. Los observadores y decenas de compañeros documentaron los atropellos que se cometieron en contra de la voluntad democrática de los ciudadanos. Si se decide impugnar el proceso electoral por las ilegalidades cometidas por Manuel Huerta y sus contlapaches, es responsabilidad de los órganos correspondientes. ¡Los ciudadanos, así lo exigimos! Si se pasan por alto estas recurrentes violaciones a la legalidad y a los derechos de los militantes, querrá decir que Morena no podrá con los tramposos y los arribistas y que su idea de partido, será un engaño más a las fuerzas que luchan por un país diferente.
Los que votamos por una opción democrática, hoy no pudimos ni contra la basura ni contra el acarreo. Se impusieron los que siempre se aprovechan del hambre y la ignorancia de la gente. Lo grave, por tanto, no es haber sido derrotados por estos mafiosos. Lo verdaderamente lamentable estuvo en que los miembros de estos grupos no tuvieron la capacidad para hacer suyas las exigencias de la gente y en cambio, le cerraron la puerta al naciente poder ciudadano. No entendieron la urgencia de cambiar los paradigmas que han enfermado la política y dieron muestras del enorme apego por el poder y las formas perversas para alcanzarlo. ¡Estamos urgidos de parar esta casta de vividores de la política! Si no reforzamos la lucha, nuestro trabajo de organización y desplegamos toda la capacidad para alcanzar el cambio que se necesita, pronto este país se irá al desfiladero. ¡Y si no, al tiempo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario