SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis (proceso.com.mx).- En una carta, el subcomandante Marcos manifestó al panista Luis H. Álvarez que fracasó en su intento de hacer creer a la gente que estaba enfermo y pidió ayuda al gobierno federal para ser atendido. Aprovechando la misiva, acusó a Felipe Calderón de haber bañado en sangre al país durante su sexenio.
“La presente no es sólo para reafirmar lo que el silencio multitudinario del 21 de diciembre le debe haber dejado claro a usted, a la clase política y al gobierno de Acción Nacional, en general, y a Felipe Calderón Hinojosa en particular: Fracasaron”, señala en su misiva dada a conocer hoy.En su clásico estilo, el líder guerrillero ironiza con la versión que el panista publicó en un libro a cuya presentación invitó a Felipe Calderón.
“Pero, señor Álvarez, su fracaso no debe buscarlo en nosotros, ni siquiera en el poco profesionalismo de su nada inteligente servicio de inteligencia (aunque ahora sabe que fueron y son unos sinvergüenzas). ¿A quién se le ocurre que un zapatista, cualquiera de nosotros, acudiría a un gobierno de criminales para pedir ayuda si estuviera enfermo? ¿Quién puede pensar racionalmente que los zapatistas se alzaron por dinero?
“Sólo la mentalidad de conquistador demodé (cuyo mejor ejemplo es Diego Fernández de Cevallos) que les inculcan en su partido político, Acción Nacional, pudo haberles permitido tragarse con entusiasmo esa rueda de molino.
“Y no se necesitaba inteligencia, sino mínimamente leer los periódicos o escuchar los noticieros de antes: los bribones que se presentaron ante usted como “amigos cercanos al Sup Marcos”, son los mismos que simularon una rendición y “entrega de armas” al nefasto Croquetas Albores en 1998, simulando ser zapatistas, y que son unos conocidos estafadores que ya no engañan a nadie… bueno, a usted sí. ¿Cuánto le sacaron? La diferencia es que el Croquetas sabía que era una pantomima y pagó por ella (y para que los medios presentaran el balneario del Jataté, a las afueras de la cabecera municipal de Ocosingo, como si fuera “en la selva lacandona”), y a usted no sólo lo engañaron, sino hasta lo puso en un libro
“Y no conforme con eso, invita usted, a la presentación de ese libro, a Felipe Calderón Hinojosa, borracho de sangre y alcohol, que no sólo balbuceó incoherencias, también distribuyó a los medios la versión estenográfica. Claro que los medios cobraron doble: no por publicarla, sino por no publicarla, puesto que hacía patente el estado de ebriedad de quien profirió esas palabras. Creo que ahora es claro que Felipe Calderón Hinojosa mintió hasta el último minuto y que es una invención descarada lo que señala en su último informe de gobierno. El único acercamiento que tuvo su gobierno con “representantes y mandos del EZLN” fue el de sus ejércitos, policías, jueces y paramilitares.”
Advierte Marcos a Luis H. Álvarez que Calderón y el PAN fueron los responsables de la represión al EZLN. “Sus compañeros de partido, que lucraron con la sangre de inocentes, y ahora lamentan que para el mercado hubo quien pagó-cobró más, todos, no son sino una runfla de criminales que hizo y hace grotescas contorsiones al desatinado ritmo que los medios les marcan. ¿Tiene de qué enorgullecerse al haber sido parte de un equipo con un hampón como Javier Lozano Alarcón, que tuvo que esconderse en el Senado para no ser llamado a cuentas por la justicia? ¿Se siente usted bien por haber sido compañero de Juan Francisco Molinar Horcasitas, un criminal con las manos manchadas de la sangre de infantes?
“Y, aunque a veces las paradojas son cómicas, otras son trágicas. Su partido político, Acción Nacional, fue uno de quienes encabezaron, desde el amanecer de 1994, los gritos histéricos en contra nuestra, pidiendo que nos aniquilaran, porque amenazábamos con sumir al país en un baño de sangre. Y resultó que fueron ustedes, hechos gobierno, quienes extendieron el terror, la angustia, la destrucción y la muerte a todos los rincones de nuestro ya maltrecho país.
“Y qué me dice de cuando los miembros de la bancada de su partido (junto con la del PRI y la del PRD), votaron en contra de los Acuerdos de San Andrés por los que usted trabajó, advirtiendo que esos acuerdos significaban la fragmentación del país. Y ha sido su partido, señor Álvarez, quien entrega una nación hecha añicos”.
Marcos ironiza al referirse a Calderón: “El mal gobierno de Felipe Calderón Hinojosa es conocido como el que llevó la muerte absurda a todos los rincones de México, ofreció a víctimas y victimarios la injusticia, y dejó, como sangriento auto homenaje al crimen hecho cogobierno, su monumento. Si Porfirio Díaz dejó el Ángel de la Independencia, Felipe Calderón dejó la Estela de Luz. Sin quererlo, ambos anunciaron así el fin de un mundo, aunque tardaron, tardarán, en entenderlo”.
Y le recomienda Luis H. Álvarez: “Le sugiero que agregue un epílogo a su libro. Algo como: “Debo reconocer que se puede ser un pésimo alumno de las comunidades indígenas zapatistas. Sin embargo digo, después de escuchar su estruendoso silencio, que aprendí lo principal: que no importa que usemos bombas, balas, toletes, golpes, mentiras, proyectos, dinero, que compremos medios para que griten falsedades y callen verdades, el resultado siempre es el mismo: los zapatistas no claudican, no se venden, no se rinden y… ¡sorpresa!… no desaparecen”.
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