domingo, 28 de octubre de 2012

“#YoSoy132 y el espectáculo de la democracia”.

Un artículo para responder al programa “Sin Filtro” de Televisa

Por Mariana Favela * / PosgradosUNAM#YoSoy132
Foto: José Andrés Solórzano
Frente a una organización que ensaya una democracia directa y participativa, los medios al servicio del poder y el poder al servicio de los medios, se esmeran por construir cabezas ficticias cuyo discurso se acopla con comodidad a la cartelera de la simulación democrática. La política de la imagen que ayudó a construir el producto presidencial, inventa ahora la imagen telenovelera de muchachos críticos cuyo discurso se adapta con comodidad al teatro democrático. El sistema telepolítico se aprovecha de la miseria ética de los sujetos que se prestan para ello.
La crítica más peligrosa que un movimiento social puede hacer a las estructuras tradicionales del poder es organizarse de forma descentralizada, democrática, horizontal y efectiva. Es peligrosa porque exhibe el autoritarismo de las estructuras de los partidos políticos, los sindicatos charros y los medios de comunicación, pero además es estratégica porque es el mecanismo más efectivo contra la infiltración y la cooptación. Con formas organizativas no centralizadas, se pueden cooptar individuos pero no al movimiento.
De fondo, el problema del circo telenovelero que Televisa presenta como “debate político” en el Programa Sin Filtro es la ridiculización de la protesta social, es la manipulación mediática que sirve para simular una aparente apertura democrática en los medios y para deslegitimar las demandas que han articulado amplias movilizaciones, aquellas que apuntan, con acierto, a la malsana colusión entre el poder político y mediático en este país. Lo que vivimos es una readaptación de las formas tradicionales de cooptación. Cuando el telepoder no puede intervenir en la organización social, incorpora a su programación una versión aligerada, cómoda y ridícula de la crítica.
En un país marcado por el dolor y la muerte, la violencia y la corrupción, la colusión de la clase política y empresarial  con el crimen organizado; en un país donde el Estado reprime violenta y cínicamente como sucedió en Michoacán; en un país donde se pretende legalizar la explotación y el abuso de los trabajadores mediante la reforma laboral; en un país donde la lucha por la autonomía y la defensa de los territorios indígenas es acallada con fuego  y sangre;  en un país donde un represor, ligado con el narcotráfico y que gobernó el estado con más feminicidios, pretende ocupar la silla presidencial con el favor de los medios de comunicación, no podemos permitir que nos distraiga la telenovelización de la protesta social.
En el país de las ficciones hasta la cooptación es simulada. Televisa se queda con los personajes que inventó. En el país del corporativismo, la tranza y la cooptación, un movimiento que pretende la democratización auténtica del país, no puede dejar de celebrar que ha aportado alternativas a la forma jerárquica y centralizada de organizarse. La lucha contra la concentración del poder en la deliberación sobre los asuntos públicos, es la mejor estrategia contra la cooptación y los intentos de desarticulación de la manifestación social.
El Movimiento #YoSoy132 sigue trabajando, a pesar de la ofensiva en su contra, que ahora presenta la cooptación como un espectáculo mediático. No somos la caricatura que Televisa vende de nosotros. La creatividad, el arte y la espontaneidad con la que miles de personas en todo el país se reúnen en asambleas y grupos de trabajo, es la verdadera cara del movimiento. Es la lucha por la democratización del país y contra el neoliberalismo.
El movimiento 132 quiere transformar la vida política del país desde una visión apartidista, pacífica, plural y democrática. Somos estudiantes, trabajadores, indígenas, migrantes, maestros, periodistas, amas de casa, jóvenes, ancianos, campesinos y artistas, todos dispuestos a caminar, escuchar y aprender de otros. Somos la lucha cotidiana por un país donde quepamos todos. Nuestra voz y nuestras demandas no caben en la estrechez de sus pantallas ni de sus poderes. No queremos las migajas del poder, queremos  justicia y libertad para construir una democracia auténtica. El movimiento no tiene líderes porque somos una voz de voces, un tejido de inquietudes, un paso en un camino que no es sólo nuestro y en el que, afortunadamente, no hay marcha atrás.
* Mariana Favela @favulas. Estudia el Doctorado en Filosofía de la Ciencia. Pertenece a la Asamblea de Posgrados UNAM #YoSoy132.  

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