Para cumplir con los exigentes requisitos que señala el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) a las organizaciones que aspiran a convertirse en partidos políticos, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) deberá presentar en enero toda la documentación que demuestre su existencia en las 32 entidades federativas del país. De no hacerlo así, tendrá que esperar seis largos años.
Puesto que de aquí a enero faltan tres meses, el proceso que se inició hace apenas dos semanas –con la elección de delegados distritales a las asambleas que ya empezaron a integrar los primeros consejos estatales-- podría equipararse a la gestación de un ser humano: tras la unión del espermatozoide con el óvulo, empieza un periodo de tres meses para ver si el embrión “amarra” y se transforma en cigoto.
Si la comparación es válida, Morena está viviendo un embarazo de alto riesgo, que puede desembocar en un aborto involuntario, tan doloroso como frustrante.
Después de la emotiva y calurosa mañana del domingo 9 de septiembre en el Zócalo, cuando Andrés Manuel López Obrador anunció su separación de los tres partidos que impulsaron su segunda candidatura presidencial (el PRD de Marcelo Ebrard, el PT de Alberto Anaya y el MC de Dandy Delgado), el acoplamiento entre los seguidores del tabasqueño y los ideales que inspiran a Morena ha padecido tantas contrariedades que el un embrión podría morir tratando de desarrollarse.
En otras palabras, la gente buena y noble que huyó de la corrupción imperante en los partidos tradicionales para crear una organización ajena a los vicios y las malas mañas de los vividores de la política, observa con horror, escándalo y en algunos casos con asco y tristeza, cómo los aparatos del PRD, PT y MC se apropian de las estructuras de Morena, impiden que accedan a ella los ciudadanos que luchan “por ideales, no por cargos” y –me escriben militantes de base de Morena desde el norte, el centro y el sur del país-- “engañan” a López Obrador.
Desde Ciudad Obregón, Sonora –luego de contarme con detalles el “acarreo” de personas, la compra de votos, el reparto de dinero y la formación de planillas amañadas con gente que pertenece al PRD--, una dolida compañera termina así su carta: “la verdad desanima todo esto, ya que a AMLO le simulan y es difícil que nos crea y nos escuche”.
Desde Cancún, otra compañera prefiere de plano pintar su raya: “En la asamblea para designar delegados hubo acarreo y sólo logramos instalar dos de Morena; el resto son vivales y [...] AMLO no nos quiso escuchar, aunque Morena ha sido violada, nos dijo que la Comisión de Honor y Justicia lo va a solucionar, o sea que los violadores nos van a resolver”.
Desde Durango, gente que lleva años luchando contra “el Tirantes (cacique) Yáñez del Partido del Trabajo”, denuncia que éste se apoderó de Morena. Desde Coyoacán, quienes hicieron toda la talacha para preparar los congresos distritales protestan porque “los lacras de (René) Bejarano ni siquiera nos dejaron entrar a las asambleas y pusieron a los suyos. A Luisa Alcalde la marearon y no nos escuchó”.
No se trata de casos aislados, pues también desde Monterrey deploran que “las bases de Beto Canalla (PT) nos impusieron como dirigentes de Morena a batos que ni conocíamos”. Y así por el estilo. Tal vez, como lo dijo Dandy Delgado, “si Morena quiere el registro (de partido político) le ofrecemos el del Movimiento Ciudadano”. O como a su vez lo anunció Jesús Zambrano: “Si Morena se vuelve partido, competirá contra nosotros”.
Quizá, como los líderes del PRD, PT y MC no están dispuestos a permitir que AMLO deje de ser el imán que les asegura millones de votos y millones de pesos, han resuelto impedir por todos los medios que esa linda morenita llegue al mundo pero, si de todos modos logra nacer, desde ahora se están encargando de que vea la luz del sol como la hija de una desdichada prostituta adicta a las drogas duras y enferma de Sida.
¡Qué espanto! Hoy por eso también estaré een Twitter, en la cuenta @Desfiladerito132, por si ocupan.
Jaime Avilés
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