Aunado a la falta de rendición de cuentas sobre el gasto público está el hecho de que fueron rebasados los presupuestos enviados por Hacienda para el 2011 y que los aprobaron los diputados.
Conforme avanzan los días son más y más las corruptelas y yerros que se dejan a la vista, porque descubiertos han estado, del mandato de Felipe Calderón. No sólo se trata de este número que cada vez se incrementa de manera alarmante sobre los cadáveres, o la exhibición de compromisos aprobados para su grupo cerrado relacionados con la venta indiscriminada del patrimonio nacional, sino que la opacidad, la nula transparencia con la que manejó los fondos públicos llegan al extremo de sumar, en tan solo un año, 367 mil millones de pesos, cifra nada despreciable en un país cuyo número de pobres, con una falta visible de inversión nacional, se compromete a salvar a otros, a vender energéticos baratos, en tanto en este suelo el futuro es totalmente incierto para una inmensa mayoría.
Aunado a la falta de rendición de cuentas sobre el gasto público está el hecho de que fueron rebasados los presupuestos enviados por Hacienda para el 2011 y que los aprobaron los diputados. En este círculo no se sabe de donde salieron los fondos para que se pudiera llegar a otras cifras mucho mayores en lo presupuestado para cada Secretaría y la danza de números parece no tener fin, sobre todo si se toman en cuenta los fideicomisos que ni se sabe cuantos son ni la suma de sus importes y los célebres subejercicios.
Si, como lo denunciara Josefina Vázquez Mota, no hubo dinero para la campaña panista habrá que preguntarse inocentemente a donde ha ido a parar toda la cantidad que se suponía tenían destinada como fondo para no perder la Presidencia y sobre todo cual ha sido el destino de los gasolinazos y de los permanentes incrementos al gas y al servicio eléctrico, así como los excedentes petroleros, de los cuales ni Felipe ni Vicente han rendido cuenta alguna.
Ahora que, al renglón más sensible en el presente para la ciudadanía, el de la seguridad, es que fueron cargados miles de millones de pesos. Se pretendió hacer creer que serían para la campaña presidencial solo que, vistos los resultados, no fue así y desaparecieron cantidades que superan en mucho las aprobadas tanto para la Secretaría de la Defensa Nacional, como para la Marina y, obviamente, para Seguridad Pública Federal, no sin ello beneficiar con cantidades que superan hasta un tanto más las ejercidas en años anteriores al propio Estado Mayor Presidencial.
Pero los datos que ahora se revelan también tienen por objeto lograr que el PAN modifique su postura al momento de la aprobación de la Reforma Laboral o, de otra suerte, puede ser que la cuenta pública del 2011 sea un severo dolor de cabeza para Felipe Calderón a quien también señalan de heredarles una nómina que resulta, dicen, impagable ya que tiene en su haber 5 mil directores generales, 10 mil directores de área, más de 26 mil subdirectores y cerca de 31 mil jefes departamentales. Así de obeso es el aparato burocrático y así de importante para los priístas es ejercer la presión para lograr el objetivo que genera una descomposición total a la clase trabajadora, lo cual no es sino una revelación más de la disposición existente para satisfacer las demandas de la clase empresarial, la de las grandes empresas que, como Wall Mart, envían señales de generación de miles de empleos en la época decembrina siempre y cuando las condiciones de contratación los satisfagan.
Otra área que sufrirá sacudimientos porque existen compromisos contraídos con distintos grupos es la referente a los diplomáticos, a los embajadores. Ahora el perfil a llenar tiene mucho que ver con el acomodo de firmas en el área petrolera, en la generación, venta e importación de gas y en lo referente a la electricidad. Sólo quienes tengan dominio de las relaciones comerciales tendrán cabida en este nuevo grupo en el que, es costumbre, los titulares del Ejecutivo enviaban en calidad de premiados a quienes salían de las Secretarías o a sus muy reconocidos amigos.
En este tenor el único que espera no lo cambien es el jalisciense Francisco Ramírez Acuña, en quien encontraron los del equipo de Peña Nieto a un colaborador muy presto a solucionar todos los problemas y a garantizar que la agenda propuesta por el mexiquense se cumpliera a cabalidad. Como se sabe, Ramírez Acuña estuvo en Gobernación y fue aspirante a la candidatura por la Presidencia respaldo en su “destape” de Felipe Calderón cuando se desempeñaba como gobernador. El embajador de Colombia, Florencio Salazar Adame, es otro del que se ha dicho que rinde buenas cuentas al priísmo aunque no lo hubiese hecho así en su entidad natal, la que gobernó con toda incapacidad.
Toda la información que posee Francisco Barrio de los tricolores de la época en la que ocupó la titularidad de la Función Pública y desde donde ofreció atrapar a “peces gordos” no va a servirle para mantenerse al frente de la embajada en Canadá, pese a que los de antes vuelven a ser los de ahora. Entre sus atributos no está el comercial, salvo aquel que sirve para el patrimonio personal. Otro que habrá de abandonar la posición es el que se encuentra en el Vaticano ya que los compromisos contraídos con el clero son muchos y de ellos resalta que Federico Ling Altamirano no quiso verse envuelto de lleno en la anulación de matrimonios como el de “La Gaviota” y con los antecedentes de los de Martita y “Chente”.
Así las cosas, los jaloneos están, en varios rubros, a la orden del día y de los resultados, por desgracia, no podremos esperar nada bueno para los ciudadanos trabajadores.
Aunado a la falta de rendición de cuentas sobre el gasto público está el hecho de que fueron rebasados los presupuestos enviados por Hacienda para el 2011 y que los aprobaron los diputados. En este círculo no se sabe de donde salieron los fondos para que se pudiera llegar a otras cifras mucho mayores en lo presupuestado para cada Secretaría y la danza de números parece no tener fin, sobre todo si se toman en cuenta los fideicomisos que ni se sabe cuantos son ni la suma de sus importes y los célebres subejercicios.
Si, como lo denunciara Josefina Vázquez Mota, no hubo dinero para la campaña panista habrá que preguntarse inocentemente a donde ha ido a parar toda la cantidad que se suponía tenían destinada como fondo para no perder la Presidencia y sobre todo cual ha sido el destino de los gasolinazos y de los permanentes incrementos al gas y al servicio eléctrico, así como los excedentes petroleros, de los cuales ni Felipe ni Vicente han rendido cuenta alguna.
Ahora que, al renglón más sensible en el presente para la ciudadanía, el de la seguridad, es que fueron cargados miles de millones de pesos. Se pretendió hacer creer que serían para la campaña presidencial solo que, vistos los resultados, no fue así y desaparecieron cantidades que superan en mucho las aprobadas tanto para la Secretaría de la Defensa Nacional, como para la Marina y, obviamente, para Seguridad Pública Federal, no sin ello beneficiar con cantidades que superan hasta un tanto más las ejercidas en años anteriores al propio Estado Mayor Presidencial.
Pero los datos que ahora se revelan también tienen por objeto lograr que el PAN modifique su postura al momento de la aprobación de la Reforma Laboral o, de otra suerte, puede ser que la cuenta pública del 2011 sea un severo dolor de cabeza para Felipe Calderón a quien también señalan de heredarles una nómina que resulta, dicen, impagable ya que tiene en su haber 5 mil directores generales, 10 mil directores de área, más de 26 mil subdirectores y cerca de 31 mil jefes departamentales. Así de obeso es el aparato burocrático y así de importante para los priístas es ejercer la presión para lograr el objetivo que genera una descomposición total a la clase trabajadora, lo cual no es sino una revelación más de la disposición existente para satisfacer las demandas de la clase empresarial, la de las grandes empresas que, como Wall Mart, envían señales de generación de miles de empleos en la época decembrina siempre y cuando las condiciones de contratación los satisfagan.
Otra área que sufrirá sacudimientos porque existen compromisos contraídos con distintos grupos es la referente a los diplomáticos, a los embajadores. Ahora el perfil a llenar tiene mucho que ver con el acomodo de firmas en el área petrolera, en la generación, venta e importación de gas y en lo referente a la electricidad. Sólo quienes tengan dominio de las relaciones comerciales tendrán cabida en este nuevo grupo en el que, es costumbre, los titulares del Ejecutivo enviaban en calidad de premiados a quienes salían de las Secretarías o a sus muy reconocidos amigos.
En este tenor el único que espera no lo cambien es el jalisciense Francisco Ramírez Acuña, en quien encontraron los del equipo de Peña Nieto a un colaborador muy presto a solucionar todos los problemas y a garantizar que la agenda propuesta por el mexiquense se cumpliera a cabalidad. Como se sabe, Ramírez Acuña estuvo en Gobernación y fue aspirante a la candidatura por la Presidencia respaldo en su “destape” de Felipe Calderón cuando se desempeñaba como gobernador. El embajador de Colombia, Florencio Salazar Adame, es otro del que se ha dicho que rinde buenas cuentas al priísmo aunque no lo hubiese hecho así en su entidad natal, la que gobernó con toda incapacidad.
Toda la información que posee Francisco Barrio de los tricolores de la época en la que ocupó la titularidad de la Función Pública y desde donde ofreció atrapar a “peces gordos” no va a servirle para mantenerse al frente de la embajada en Canadá, pese a que los de antes vuelven a ser los de ahora. Entre sus atributos no está el comercial, salvo aquel que sirve para el patrimonio personal. Otro que habrá de abandonar la posición es el que se encuentra en el Vaticano ya que los compromisos contraídos con el clero son muchos y de ellos resalta que Federico Ling Altamirano no quiso verse envuelto de lleno en la anulación de matrimonios como el de “La Gaviota” y con los antecedentes de los de Martita y “Chente”.
Así las cosas, los jaloneos están, en varios rubros, a la orden del día y de los resultados, por desgracia, no podremos esperar nada bueno para los ciudadanos trabajadores.
Lilia Arellano - Revista EMET
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