MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Trabajadores, colaboradores y simpatizantes de la revista Zócalo salieron este viernes a las calles del centro de la Ciudad de México a vender el número del mes de agosto que fue boicoteado por la empresa Intermex, filial de Grupo Televisa, que se negó a distribuirlo porque su portada cuestionaba a esa televisora.
Durante la acción de venta colectiva exigieron el respeto a la libertad de expresión y a informar a los ciudadanos.
“Estamos convencidos que el motivo por el cual suspendieron la distribución de la revista Zócalo se encuentra en la imagen de la portada correspondiente al mes de agosto (www.revistazocalo.com.mx). Y en términos generales por la línea crítica de Zócalo frente al duopolio televisivo. Consideramos como inaceptable la actitud de Intermex por su carga de censura y chantaje contra la revista, sus colaboradores y lectores”, señaló Carlos Padilla, el director general de la publicación dedicada al análisis del periodismo y de los medios de comunicación.
La edición que molestó a la empresa encargada de la distribución de Zócalo lleva como título una pregunta: “¿La TV hace presidentes?”, acompañada de una imagen en la que se ve el logotipo de Televisa resquebrajado, en forma de huevo descascarado, del que va emergiendo un dinosaurio con copete, en clara alusión a Enrique Peña Nieto. En la ilustración se aprecian los logotipos de las empresas Monex, Soriana, la Organización Editorial Mexicana y el PRI, entre otras, que han sido vinculados por los partidos de izquierda a la denuncia de fraude electoral.
En la portada también se anuncia un reportaje sobre los fallos de cálculos de las casas encuestadoras y otro sobre cómo el duopolio Televisa-Iusacell afecta la competencia.
“Sin mediar motivo o anuncio la empresa Intermex, perteneciente al Grupo Televisa, retuvo en sus bodegas la distribución de la revista Zócalo correspondiente al mes de agosto, que debió haber entregado en las tiendas Sanborn’s de todo el país desde la primera semana de agosto, omisión que provocó que sus habituales lectores no tuvieran oportunidad de conocer los contenidos”, indica Padilla en el portal electrónico de la revista.
En su relato de los hechos, el periodista señala: “Durante la segunda y tercera semanas de agosto, nos percatamos que los ejemplares del mes en curso no se encontraban en las tiendas Sanborn’s. Preguntamos la razón y nos dijeron que la empresa proveedora no los había entregado. Preguntamos en varias ocasiones a Intermex las razones por las cuales los ejemplares de Zócalo no habían sido repartidos en las tiendas Sanborn’s y nos respondían que la revista ya había sido “dada de baja”, pero que darían aviso de su nueva vigencia, que era cosa de avisarles a las tiendas Sanborn’s y que estaban esperando que Sanborn’s reactivara el código sin que a la fecha esto haya ocurrido. Sin embargo, durante todo el mes los ejemplares no fueron repartidos para su venta”.
No obstante, la publicación nunca fue distribuida. Sin explicación de por medio se quedó en bodegas. Por esa razón, sus trabajadores convocaron “a la acción de venta colectiva” el viernes 31 de agosto para vender la edición censurada. Los inconformes estuvieron de las 13:00 a las 15:00 horas en el cruce de las avenidas Chapultepec y Balderas, donde fueron acompañados por lectores, estudiantes de periodismo, colaboradores. En el acto denunciaron la censura de Intermex y se manifestaron por el derecho a la información de los ciudadanos y la libertad de expresión.
Por el momento, la revista continuará distribuyéndose a través de librerías Gandhi, Fondo de Cultura Económica y en las librerías de las Facultades de Estudios Superiores Acatlán y Aragón, la UAM Xochimilco y la Escuela de Periodismo Carlos Septién, además de puestos de periódicos del centro de la Ciudad de México, así como por suscripción.
Durante la acción de venta colectiva exigieron el respeto a la libertad de expresión y a informar a los ciudadanos.
“Estamos convencidos que el motivo por el cual suspendieron la distribución de la revista Zócalo se encuentra en la imagen de la portada correspondiente al mes de agosto (www.revistazocalo.com.mx). Y en términos generales por la línea crítica de Zócalo frente al duopolio televisivo. Consideramos como inaceptable la actitud de Intermex por su carga de censura y chantaje contra la revista, sus colaboradores y lectores”, señaló Carlos Padilla, el director general de la publicación dedicada al análisis del periodismo y de los medios de comunicación.
La edición que molestó a la empresa encargada de la distribución de Zócalo lleva como título una pregunta: “¿La TV hace presidentes?”, acompañada de una imagen en la que se ve el logotipo de Televisa resquebrajado, en forma de huevo descascarado, del que va emergiendo un dinosaurio con copete, en clara alusión a Enrique Peña Nieto. En la ilustración se aprecian los logotipos de las empresas Monex, Soriana, la Organización Editorial Mexicana y el PRI, entre otras, que han sido vinculados por los partidos de izquierda a la denuncia de fraude electoral.
En la portada también se anuncia un reportaje sobre los fallos de cálculos de las casas encuestadoras y otro sobre cómo el duopolio Televisa-Iusacell afecta la competencia.
“Sin mediar motivo o anuncio la empresa Intermex, perteneciente al Grupo Televisa, retuvo en sus bodegas la distribución de la revista Zócalo correspondiente al mes de agosto, que debió haber entregado en las tiendas Sanborn’s de todo el país desde la primera semana de agosto, omisión que provocó que sus habituales lectores no tuvieran oportunidad de conocer los contenidos”, indica Padilla en el portal electrónico de la revista.
En su relato de los hechos, el periodista señala: “Durante la segunda y tercera semanas de agosto, nos percatamos que los ejemplares del mes en curso no se encontraban en las tiendas Sanborn’s. Preguntamos la razón y nos dijeron que la empresa proveedora no los había entregado. Preguntamos en varias ocasiones a Intermex las razones por las cuales los ejemplares de Zócalo no habían sido repartidos en las tiendas Sanborn’s y nos respondían que la revista ya había sido “dada de baja”, pero que darían aviso de su nueva vigencia, que era cosa de avisarles a las tiendas Sanborn’s y que estaban esperando que Sanborn’s reactivara el código sin que a la fecha esto haya ocurrido. Sin embargo, durante todo el mes los ejemplares no fueron repartidos para su venta”.
No obstante, la publicación nunca fue distribuida. Sin explicación de por medio se quedó en bodegas. Por esa razón, sus trabajadores convocaron “a la acción de venta colectiva” el viernes 31 de agosto para vender la edición censurada. Los inconformes estuvieron de las 13:00 a las 15:00 horas en el cruce de las avenidas Chapultepec y Balderas, donde fueron acompañados por lectores, estudiantes de periodismo, colaboradores. En el acto denunciaron la censura de Intermex y se manifestaron por el derecho a la información de los ciudadanos y la libertad de expresión.
Por el momento, la revista continuará distribuyéndose a través de librerías Gandhi, Fondo de Cultura Económica y en las librerías de las Facultades de Estudios Superiores Acatlán y Aragón, la UAM Xochimilco y la Escuela de Periodismo Carlos Septién, además de puestos de periódicos del centro de la Ciudad de México, así como por suscripción.
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