El sábado, Fernando Gómez Mont, abogado de MVS en el caso de la Banda 2.5GHz, publicó un comentario en el diario 'Reforma' sobre este tema; el martes, Joaquín López-Dóriga cuestiona los motivos de Gómez Mont.
(Foto: Cuartoscuro)
En su columna del martes, ‘En Privado’, del diario Milenio, el periodista Joaquín López- Dóriga retoma lo escrito por Fernando Gómez Mont, quien el sábado, en otra publicación, fijara su postura como litigante de MVS Comunicaciones en el caso del rescate de la Banda 2.5 GHz por parte del gobierno.
En Privado del diario Milenio, López Dóriga publica:
“Fernando Gómez Mont, abogado de MVS en el caso de la banda 2.5, publicó en la edición sabatina de Reforma una reflexión compartida como colaborador invitado, en la que parte del principio de que un buen abogado no es solo el que conduce con éxito el interés de sus clientes, sino aquel que lo logra sin traicionar jamás aquello que lo define: la lealtad y el amor por México.
“Y dicho lo anterior, lanza la más fuerte crítica pública que un operador de MVS haya hecho de su principal conductora de noticias, Carmen Aristegui, al escribir que dado que los acontecimientos recientes (disputa por la banda 2.5) se han vinculado con hechos ocurridos en febrero de 2011 (la salida y regreso de Carmen de MVS), afirmo que desde el primer momento la conducta de la periodista Carmen Aristegui me afrentó. Me afrenta hoy todavía al buscar someter al Presidente de la República, al hombre, al padre de familia, al esposo, a un escrutinio injustificado e infamante. Al periodista de bien le corresponde desentrañar la verdad de los hechos. Le obliga la carga de la prueba. Le gobiernan, sobre todas las cosas, la ética y la responsabilidad de ejercer un oficio que a falta de entereza degenera en arbitrariedad o servilismo. Solo la soberbia puede explicar que a Carmen Aristegui no le haya sido posible retractarse, ni ayer ni hoy, de una conducta absolutamente reprochable.
“Y después de dedicarle otro párrafo más, pasa a ocuparse de la defensa que como abogado de MVS hace de la titularidad de la multimencionada banda, advirtiendo que de no haber conciliación, lo llevará a los tribunales, obligación elemental, digo yo, de cualquier litigante.
“Lo que no entiendo es por qué Gómez Mont, secretario de Gobernación de Felipe Calderón del 10 de noviembre de 2008 al 14 de julio de 2010, irrumpe ahora con esta implacable ofensiva contra Carmen, y advertencia final de litigio, cuando de aquel conflicto de febrero de 2011 han corrido 18 meses.
”Y por eso planteo mi duda”.
El sábado, Gómez Mont publicó en Reforma lo siguiente:
La postura del abogado ante el caso de la 2.5
“Como abogado del Grupo MVS en el ya famoso caso de la Banda de 2.5 GHz, comparto una reflexión. Lo hago convencido de que buen abogado no es sólo el que conduce con éxito el interés de sus clientes, sino aquel que lo logra sin traicionar jamás aquello que lo define: la honorabilidad, la lealtad y el amor por México.
“Dado que los acontecimientos recientes se han vinculado con hechos ocurridos en febrero de 2011, afirmo que desde el primer momento la conducta de la periodista Carmen Aristegui me afrentó. Me afrenta hoy todavía su actitud, al buscar someter al Presidente de la República, al hombre, al padre de familia, al esposo, a un escrutinio injustificado e infamante. Al periodista de bien le corresponde desentrañar la verdad de los hechos. Le obliga la carga de la prueba. Le gobiernan, sobre todas las cosas, la ética y la responsabilidad de ejercer un oficio que a falta de entereza degenera en arbitrariedad o servilismo.
“Doy testimonio de la calidad y la convicción con las que Felipe Calderón Hinojosa se ha entregado a la causa que protestó servir. Fui colaborador de su gobierno y sigo siendo hoy, desde el libre ejercicio de la profesión, un hombre que respeta en el Presidente las cualidades de entereza moral y visión de Estado.
“Sólo la soberbia puede explicar que a Carmen Aristegui no le haya sido posible retractarse, ni ayer ni hoy, de una conducta absolutamente reprochable. No, por cierto, aquella que consiste en ejercer su libertad con valentía, sino aquella en la que una periodista pretende revertir la carga de la prueba al destinatario de sus afirmaciones. En el acto en que muchos reconocemos en Aristegui una voz libre y valiente, somos también muchos quienes vemos en ella lo que somos todos: un ser humano que yerra y acierta. No tengo duda de que su conducta periodística en febrero de 2011 pertenece al primero de los casos.
“Mi participación en el asunto de la Banda de 2.5 GHz ha buscado construir un entendimiento entre el Gobierno y el concesionario, con bases legales y una apreciación de las políticas públicas que harían bien al país.
“(…)Sostengo que además de vulnerar derechos fundamentales de MVS, el rescate cancela un proyecto que detonaría la competencia como ninguna otra opción de política pública. Por ello, me he comprometido junto con otros profesionistas, a la defensa de esta visión pro-competitiva ante las instancias administrativas y jurisdiccionales. En este camino, buscaremos evitar que el arrebato vulnere dignidades y libertades”.
En Privado del diario Milenio, López Dóriga publica:
“Fernando Gómez Mont, abogado de MVS en el caso de la banda 2.5, publicó en la edición sabatina de Reforma una reflexión compartida como colaborador invitado, en la que parte del principio de que un buen abogado no es solo el que conduce con éxito el interés de sus clientes, sino aquel que lo logra sin traicionar jamás aquello que lo define: la lealtad y el amor por México.
“Y dicho lo anterior, lanza la más fuerte crítica pública que un operador de MVS haya hecho de su principal conductora de noticias, Carmen Aristegui, al escribir que dado que los acontecimientos recientes (disputa por la banda 2.5) se han vinculado con hechos ocurridos en febrero de 2011 (la salida y regreso de Carmen de MVS), afirmo que desde el primer momento la conducta de la periodista Carmen Aristegui me afrentó. Me afrenta hoy todavía al buscar someter al Presidente de la República, al hombre, al padre de familia, al esposo, a un escrutinio injustificado e infamante. Al periodista de bien le corresponde desentrañar la verdad de los hechos. Le obliga la carga de la prueba. Le gobiernan, sobre todas las cosas, la ética y la responsabilidad de ejercer un oficio que a falta de entereza degenera en arbitrariedad o servilismo. Solo la soberbia puede explicar que a Carmen Aristegui no le haya sido posible retractarse, ni ayer ni hoy, de una conducta absolutamente reprochable.
“Y después de dedicarle otro párrafo más, pasa a ocuparse de la defensa que como abogado de MVS hace de la titularidad de la multimencionada banda, advirtiendo que de no haber conciliación, lo llevará a los tribunales, obligación elemental, digo yo, de cualquier litigante.
“Lo que no entiendo es por qué Gómez Mont, secretario de Gobernación de Felipe Calderón del 10 de noviembre de 2008 al 14 de julio de 2010, irrumpe ahora con esta implacable ofensiva contra Carmen, y advertencia final de litigio, cuando de aquel conflicto de febrero de 2011 han corrido 18 meses.
”Y por eso planteo mi duda”.
El sábado, Gómez Mont publicó en Reforma lo siguiente:
La postura del abogado ante el caso de la 2.5
“Como abogado del Grupo MVS en el ya famoso caso de la Banda de 2.5 GHz, comparto una reflexión. Lo hago convencido de que buen abogado no es sólo el que conduce con éxito el interés de sus clientes, sino aquel que lo logra sin traicionar jamás aquello que lo define: la honorabilidad, la lealtad y el amor por México.
“Dado que los acontecimientos recientes se han vinculado con hechos ocurridos en febrero de 2011, afirmo que desde el primer momento la conducta de la periodista Carmen Aristegui me afrentó. Me afrenta hoy todavía su actitud, al buscar someter al Presidente de la República, al hombre, al padre de familia, al esposo, a un escrutinio injustificado e infamante. Al periodista de bien le corresponde desentrañar la verdad de los hechos. Le obliga la carga de la prueba. Le gobiernan, sobre todas las cosas, la ética y la responsabilidad de ejercer un oficio que a falta de entereza degenera en arbitrariedad o servilismo.
“Doy testimonio de la calidad y la convicción con las que Felipe Calderón Hinojosa se ha entregado a la causa que protestó servir. Fui colaborador de su gobierno y sigo siendo hoy, desde el libre ejercicio de la profesión, un hombre que respeta en el Presidente las cualidades de entereza moral y visión de Estado.
“Sólo la soberbia puede explicar que a Carmen Aristegui no le haya sido posible retractarse, ni ayer ni hoy, de una conducta absolutamente reprochable. No, por cierto, aquella que consiste en ejercer su libertad con valentía, sino aquella en la que una periodista pretende revertir la carga de la prueba al destinatario de sus afirmaciones. En el acto en que muchos reconocemos en Aristegui una voz libre y valiente, somos también muchos quienes vemos en ella lo que somos todos: un ser humano que yerra y acierta. No tengo duda de que su conducta periodística en febrero de 2011 pertenece al primero de los casos.
“Mi participación en el asunto de la Banda de 2.5 GHz ha buscado construir un entendimiento entre el Gobierno y el concesionario, con bases legales y una apreciación de las políticas públicas que harían bien al país.
“(…)Sostengo que además de vulnerar derechos fundamentales de MVS, el rescate cancela un proyecto que detonaría la competencia como ninguna otra opción de política pública. Por ello, me he comprometido junto con otros profesionistas, a la defensa de esta visión pro-competitiva ante las instancias administrativas y jurisdiccionales. En este camino, buscaremos evitar que el arrebato vulnere dignidades y libertades”.
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